El articulista Mario Villegas dice que el origen de la crisis por la que atraviesa la oposición, está en no haber sabido administrar la abrumadora victoria y el enorme capital político que alcanzó en las elecciones parlamentarias de 2015, tras las cuales se atoró en afanes inmediatistas para echar a Nicolás Maduro del poder antes de 2018 al costo que fuera.
Luego de las elecciones regionales, donde la oposición logró conquistar 5 de las 23 gobernaciones, los cuatro gobernadores del partido Acción Democrática (AD) han sido señalados de haber “apuñalado” por la espalda a sus colegas de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), fracturando esta al juramentarse ante una controversial Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
Socavado esfuerzos
El reconocido periodista Andrés Oppenheimer, sostiene en un artículo que difundió a través de sus redes sociales, que los cuatro gobernadores de la oposición -quizás con un guiño del jefe de su partido AD, Henry Ramos Allup – “han socavado los esfuerzos de la comunidad internacional para presionar a que Maduro restaure las instituciones democráticas”. Como los dijo el mismo Allup, la oposición “aprovecha” la coyuntura para “disparar contra AD”.
Llegó junto a Chávez
En el año 2000, muchos pensaban que de los adecos, así como de los copeyanos, solo quedaba el cadáver en descomposición que en cualquier momento debía ser incinerado. Pero junto con Chávez, llegó otro personaje para garantizar la subsistencia de un partido “ya sin vida”: Henry Ramos Allup, el “zorro viejo” que asumió la secretaría general de Acción Democrática precisamente en el 2000.
Ramos Allup se le es calificado como un “zorro viejo” porque aparentemente “se las sabe todas”. Su control sobre AD permitió a los venezolanos enterarse de que en los obituarios leyeron el nombre equivocado, AD no había muerto. Aquella fuerza política, legado del gran Rómulo Betancourt, seguía viva. Impetuosa y enérgica; pero a criterio del articulista del portal web panampost.com, Orlando Avendaño, dispuesta a colaborar con el desmebramiento de la República.
Entorpeció el objetivo
“Se necesitaron años para comprender que la principal maquinaria — en cuanto a estructura — política del país jamás estuvo, en esto 18 años de chavismo, a disposición de los principios republicanos de toda una sociedad. Todo lo contrario. El gran partido ‘opositor’, realmente no era tal. La ciudadanía debía enfrentarse desamparada al régimen más criminal que se ha impuesto sobre el país; pero, demás, con un ‘zorro viejo’ que entorpeciera aquella empresa”, cuestiona Avendaño.
Para el también comunicador social, en enero de 2016, cuando Henry Ramos Allup asumió la presidencia de Parlamento venezolano, dejó “embelesado” a los venezolanos. “Gladiador teatral en el coliseo, que entró al escenario político carajeando y manoteando al oficialismo. Fueron pocos los que no se dejaron cautivar. El ‘zorro viejo’ lucía más que adecuado para ese cargo. De repente, expedía soplos de esperanza para una Venezuela desesperada en un verdadero cambio político, sobre todo cuando prometió que en seis meses esta oprimida sociedad se iba a librar del dictador”.
Incapaz de morder
Aquella promesa no se cumplió y el delirio en torno al político de moda se fue difuminando. “El Parlamento empezó a dilatar debates, a discutir nimiedades (pequeñeces) y a aferrarse a procesos a los que los sensatos no les apostaban. El tipo de los discursos y las frases fantásticas había resultado ser una estafa. El ‘zorro viejo’, que se las sabía todas, resultaba incapaz de morder al adversario”.
A criterio de Avendaño, Allup se veía tímido cuando hablaba con franqueza, pero al mismo tiempo hacía honor a una de las más vergonzosas frases que se ha empuñado desde la política nacional: “a veces hay que doblarse para no partirse”.
Se dobló
“Ramos Allup se dobló; pero ahora se le ve arrodillado. Sometido de la forma más impúdica a un régimen con el que ha decidido cohabitar. Una coyuntura criminal que el secretario de AD no pretende cambiar; en cambio, busca la manera de escalar hasta el poder. Su comportamiento y declaraciones más recientes nos brindan a los venezolanos el momento ideal para comprender que el adeco siempre fue un estafador. Personaje que simuló la contienda cuando realmente dinamitaba los esfuerzos por el rescate de la libertad”.
Recuerda Avendaño que fue Allup quien luego de la imposición de la Asamblea Nacional Constituyente, informó a los venezolanos que había tomado la decisión “de forma unilateral” de que su partido se inscribiera en las elecciones regionales. Luego lo acompañó el resto de la coalición opositora.
“Fue su fuerza política la que forzó a una dirigencia a someterse al más humillante proceso para, luego, ser incapaz de demostrar el fraude. AD reconoció los resultados y, además, su vicepresidente sugirió que los gobernadores electos de la oposición – la mayoría adecos – podían sin problema subordinarse a la ANC”.
Cuestionó a Almagro
El comunicador reprocha que Henry Ramos Allup fue quien cuestionó a uno de los más influyentes apoyos internacionales de la oposición venezolana, como lo es el secretario de la OEA, Luis Almagro, cuando este hizo declaraciones incómodas para la dirigencia de la MUD. “Allup Le dijo al diplomático que era ‘muy fácil criticar desde las oficinas en Washington’. Sus inadmisibles palabras fueron acompañadas por el vicepresidente de Acción Democrática, Antonio Ecarri, quien aseguró que ‘no se puede creer todo lo que diga Almagro’”.
Se cayó en el embrujo
Por último Orlando Avendaño apunta: “sobre todos cayó su embrujo, cuando Allup nos brindó momentos de placer al disminuir y suprimir frente a sí a personajes tan poderosos como Diosdado Cabello o el mismo Nicolás Maduro. Pero aquello fue una ilusión, empeñada en esconder la realidad que siempre se impone y hoy, con esta nueva coyuntura, nos asoma otra oportunidad para marginar a los cómplices de siempre: Henry Ramos Allup, aquel ‘zorro viejo’ que se las sabe todas, ha sido un estafador de los venezolanos, cuyo único y gran interés – preeminente sobre la vida de una sociedad – es alcanzar el poder de la forma más despreciable”.
LA FRASE:
“Sobre todos cayó su embrujo, cuando Allup nos brindó momentos de placer al disminuir y suprimir frente a sí a personajes tan poderosos como Diosdado Cabello o el mismo Nicolás Maduro. Pero aquello fue una ilusión”.
Orlando Avendaño