La familia de Edward Indaguier Armella Márquez estaba advertida pero aún así temían del daño que podían causarle sus enemigos; aversiones obtenidas tras su estadía en la prisión de Trujillo.
A pesar de que fue condenado por los delitos de robo de vehículo (2009), apropiación indebida (2015) y homicidio calificado (2016), logró salir y con otra identidad consiguió empleo como ayudante de albañilería y pudo estar junto a sus tres hijos y demás seres queridos.
Aunque solo hasta el pasado martes, 24 de octubre, día en que salió de su casa, ubicada en la calle 16 de Valera y no regresó. Esa tarde llamaron a su madre y le dijeron que lo mataron, pero sin más detalles, entonces la mujer avisó al resto de la familia y se empeñó en buscarlo.
Cuando acudieron a la morgue, vieron llegar la furgoneta y según los trabajadores del recinto traía un cadáver hallado en la carretera vieja de Motatán, pero la identidad, según los documentos que portaba, no coincidía con la del hombre que buscaban, aún así, le permitieron verlo para salir de dudas y así fue como lo reconocieron.
Con documentos falsos el hombre evadió la justicia, la cual lo solicitaba desde febrero de 2016, pero no escapó de sus verdugos. “Él me decía, vieja, usted sabe que tengo enemigos”, reconoció una pariente, sin embargo, desconocen los motivos por los cuales lo asesinaron. El Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) investiga quiénes serían los autores del crimen cuyo móvil presumen como venganza.
Pistas
Los sabuesos del Cicpc colectaron pistas de interés criminalístico y analizan las balas que impactaron al occiso para descifrar su procedencia. El cadáver fue remitido al Servicio Nacional de Medicina y Ciencia Forense (Senamecf) para la autopsia de ley.