Hacer realidad la esperanza

En la política no se puede, como en otras artes, tener éxito si no se conoce y no se comprende cómo se formó la sociedad en la cual se actúa. Entender que, el fraguado de toda formación social es un proceso socio-histórico, que éste tiene su estar siendo y su dejar de estar siendo para ser otro. Comprender que este es un proceso dialéctico y que, para decirlo en palabras de Don Miguel de Unamuno, “cambian dentro de una permanencia”, resulta una exigencia fundamental que el más “lerdo” actor político debe conocer y comprender.

Y esta es, precisamente, la razón de origen que explica el por qué, el oposicionismo venezolano, ha fracasado en sus centenares de acciones emprendidas para derrocar a la Revolución Bolivariana.

No conocen Venezuela, mucho menos al venezolano.

Y aquí reside, precisamente, el “talón de Aquiles” del oposicionismo. La razón que explica sus incontables fracasos.

Nadie que tenga “dos dedos de frente”, por muy elementales que sean sus conocimientos sobre la política, incurre dos veces en el mismo error. Y, un sector de la oposición, precisamente, el mismo que en el año 2005 llamó a la abstención para la elección de la Asamblea Nacional, teniendo en sus manos la misma cartilla y aduciendo los mismos argumentos, volvió a llamar a la abstención este 20 de mayo pasado con motivo de la elección presidencial.

Al hacerlo se terminó de distanciar del país nacional.

Obvió la manera como se estructuró el pueblo venezolano. Nada le dice nuestro sincretismo étnico y cultural, ese carácter mestizo que nos identifica. Mucho menos les importan los rasgos psicológicos que caracterizan a nuestros pueblos, los cuales le dieron el carácter nacional que como pueblo tenemos. Pero sobre todo, nada le importan los valores históricos que nos dan razón de ser una PATRIA.

Al arrodillarse ante el imperio y sus adláteres, ese sector de la oposición, que pretende resucitar la MUD, que anda pidiendo más sanciones económicas contra la Patria de Bolívar y Chávez, que quiere revivir las guarimbas, “no da pie con bola”, cada vez es más errático, cada día está más solo en el país. A Borges, Capriles, Ramos Allup, María Corina, López y Rosales, los militantes de sus partidos se mofan de ellos, les hacen reír.

Como bien lo dijo el sociólogo Carlos Raúl Hernández, esa oposición quedó «desestructurada y descabezada». Quedó hecha añicos.

El 20 de mayo de 2018 abre un nuevo rumbo para nuestro país.

Un nuevo paisaje político comienza a configurarse. Henry Falcón, Javier Bertucci y Reinaldo Quijada podrían constituirse en los nuevos conductores de una posición que sea sensata, que entienda que Venezuela somos todos y que es de los venezolanos. Que entienda que la democracia no es solo un sistema político, el cual me conviene si soy yo quien dirige el gobierno.

Por nuestra parte, el Presidente Nicolás Maduro el jueves 24 del corriente, al prestar juramento ante la Asamblea Nacional Constituyente, le presentó al país las seis líneas estratégicas que guiarán en lo adelante su gestión de gobierno.

Dijo que la paz debe ser política y social para darle el poder al Pueblo. Que el proceso que se abre es constituyente. Anunció su firme disposición a reanudar el diálogo y las negociaciones políticas. Insistió en la necesidad de profundizar la unión cívica – militar republicana. Enfatizó en que el enfrentamiento a la guerra económica y a la conspiración permanente con la mayor fuerza. La Revolución por ser un proceso del pueblo debe aprender a recrearse de manera permanente. Ya que el Pueblo es grande y bello, el Pueblo es la vanguardia. El Pueblo lleva las ideas y va delante de todos nosotros, en ese soy dogmático. Reconoció, asimismo, que la transformación de la jefatura de la revolución debe ser inminente. Hay cosas buenas que hacemos pero eso no quiere decir que todo lo estamos haciendo bien. Hace falta una gran rectificación profunda. Hace falta hacer las cosas de nuevo y mejor más allá del aplauso. No estamos haciendo las cosas bien y hay que empezar por nosotros mismos a retransformar todo. Hago el llamado a hacer las cosas de nuevo, a mejorar la calidad de nuestro trabajo, a buscar los resultados esperados en cada tarea asignada, a buscar la calidad de los resultados, y para eso tenemos todo el poder político para lograrlo.

Y eso lo lograremos a través de la pacificación y el diálogo nacional, del diseño de un nuevo sistema de comercialización y distribución de alimentos.

Con la lucha renovada contra la corrupción para el surgimiento de una nueva ética patriótica y ciudadana, una nueva ética social, una nueva ética económica. Con el fortalecimiento del sistema de seguridad y protección al Pueblo. El sistema hospitalario, las misiones, el empleo, el sector educación, todo lo que es la protección para el Pueblo; el carnet de la patria, como instrumento de protección. Con la defensa del Pueblo ante los ataques del imperialismo y la defensa de las instituciones del Estado. Por ello debemos superar el dilema ¿Capitalismo o Socialismo? ¿Bachaquerismo o cristianismo? El rumbo de Venezuela debe ser el Socialismo cristiano, bolivariano, chavista, robinsoniano, independentista y solidario.

Vamos a salir adelante y nuestra patria será la patria potencia que Bolívar y Chávez soñaron.

@HugoCabezas78

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