El 16 de noviembre de 1984, quedó registrado como un día histórico para la economía trujillana, fruto de la lucha de un pueblo unido hacia su propia superación. Fue la resultante del esfuerzo conjunto de una colectividad aliada en los objetivos que apuntaba hacia la consolidación del progreso que ávidamente reclama para alcanzar los niveles de desarrollo a que ha estado relegada
Elvins Humberto González
elvins2020@hotmail.com
La fecha del 16 de noviembre de 1984 quedó registrada en la historia trujillana, como el hito de una nueva era en la economía regional por ser, precisamente esa fecha, el día en que comienza a cumplirse la vieja y sentida aspiración de reiniciar la actividad del puerto de La Ceiba bajo la más sólida perspectiva de un comercio exterior fundamentado en el envío negociado, hacia el mundo de ultramar, de un producto que enorgullecía nuestro gentilicio, como lo era Cemento Andino.
Esa fecha, como hemos dicho, histórica para la economía trujillana, fructificación de la lucha de un pueblo unido hacia su propia superación, fue la resultante del esfuerzo conjunto de una colectividad aliada en los objetivos que apuntaba hacia la consolidación del progreso que ávidamente reclama para alcanzar los niveles de desarrollo a que ha estado relegada.
Era, en resumen, el logro alcanzado por la fe, la confianza y el estímulo que los hombres y mujeres de esta porción venezolana, depositaron en una empresa que, como Cemento Andino, no había escatimado sacrificios ni dio tregua en su afán de responder a las expectativas que en ese instante comenzaba a cristalizar.
Y es que han sido muchos los intereses que se confabularon contra Cemento Andino y, por ende, contra el estado Trujillo, para evitar este paso que hace 34 años se dio con el convencimiento, que, se ascendía a un nuevo escalón hacia la prosperidad regional. Pero ni la falacia, ni la mala intención pudieron detener aquel avance en favor de nuestro pueblo.
Un acto especial enmarcó ese día. Las actividades protocolares fueron encabezadas por el entonces gobernador del estado Trujillo, Eleazar González, quien se hizo presente con todo su tren ejecutivo; José Jesús Muchacho Bertoni lideraba la comitiva del Puerto de La Ceiba y el Dr. Simón Ramos Faría en representación de Cemento Andino.
Empresa verdaderamente trujillana
Cemento Andino, S.A. en aquel momento era una empresa verdaderamente trujillana, nacida y decidida en la suerte de nuestro estado, sorteó todos los escollos que adversaron el destino económico de la región para darle a ella una salida hacia el mundo a través del Puerto de La Ceiba, y con ello, abrir nuevos horizontes dentro de una comunicación internacional que nos avizora un porvenir más promisorio.
Con el funcionamiento del Puerto de La Ceiba, Trujillo y, lógicamente, el país, adquiría un polo de desarrollo inmenso, generador de divisas y proporcionador de una estimable cantidad de nuevos empleos.
Inicialmente se produjo la contratación de 400 camiones volteos, que estuvieron trabajando las 24 horas del día, en el traslado de las 30 mil toneladas de cemento que comenzaron a partir de aquel 16 de noviembre de 1984 mensualmente hacia los Estados Unidos. Esa contratación masiva de unidades de transporte logró brindar la oportunidad de trabajo fijo a unos 780 padres de familia, quienes se alternan los turnos para cubrir el cupo de carga.
Pero no solo la repercusión de la apertura del Puerto de La Ceiba en el ámbito ocupacional se quedará en las estructuras del transporte y del personal administrativo y obrero contratado, sino que se adelantó a nivel de universidades e institutos educativos a nivel superior, la implementación de cursos para la preparación del personal calificado que laboraban en este terminal lacustre. Casa, por gestiones personales del entonces presidente, doctor Simón Ramos Faría, contactó con diferentes instituciones educacionales del país y con la propia Compañía Anónima Venezolana de Navegación, a objeto de interesarlos en la preparación del personal especializado de puerto tales como agentes aduanales, fleteadores de buques, técnicos de transporte marítimo, especialistas en derecho marítimo, técnicos en seguros marítimos, de manera de implementar los mecanismos conducentes a la capacitación de este recurso humano en el que siempre tuvieron prioridad los trujillanos.
Se abría el camino al mundo
No hay que dejar pasar, que, junto con las actividades propias de Cemento Andino en su incursión hacia el mundo exterior, el Puerto de La Ceiba abría el camino hacia el comercio de cabotaje de la región andina y hacia la consolidación de una industria turística que en adelante rebasará las fronteras patrias.
Anhelo trujillano
La cristalización de este anhelo trujillano de ver nuevamente funcionando su puerto en el Lago de Maracaibo, contribuyó a consolidar los planes y valioso incentivo a los empresarios y hombres de negocio con mentalidad progresista. Y por qué no decirlo, sirvió para redoblar esfuerzos en las tareas agrícolas de las vastas zonas de la zona sur del Lago, emporio de riquezas incalculables, donde se cosechan las variedades alimenticias que requería el país en aquellos años.
Unión colectiva que dio frutos
Por todas estas razones y otras tantas, es que ese 16 de noviembre de 1984, es un día histórico para Trujillo. Y así lo terminaron de entender los dirigentes trujillanos que ostentaban los Concejos Municipales especialmente el de Rafael Rangel de esos años, cuya decisión para arribar a esta primera meta fue loable. Los señores representantes de nuestro estado en el Congreso de la República (como se conocía), quienes también colaboraron en todo lo de su alcance en el propósito. El gobierno regional, la Asamblea Legislativa, los partidos políticos, los gremios profesionales y sindicales y el pueblo en general, que consciente de la significación del hecho dijeron sí al progreso que se estaba reclamando.
Este hecho histórico, dejó demostrado que cuando hay consenso, acuerdo, dialogo, buena fe, ganas de hacer bien las cosa en beneficio de un común denominador, en este caso el pueblo, las cosa sale bien y o grandes proyectos e ideas se trasforman en realidad. Aquel Trujillo dio una gran demostración de unidad, cátedra de lealtad en pro de echar andar el progreso por el cual todos los trujillanos siempre han soñado.
16 de noviembre de 1984: Puerto de La Ceiba y Cemento Andino hacia la conquista del mundo
Referencias: Archivos Diario de Los Andes. Francisco González Cruz. Testimonio del Periodismo Trujillano de Don Luis González.