Tras el total abandono que se encontraba el cementerio de Orope, en la parroquia José Antonio Páez del municipio García Hevia, habitantes de la localidad se dieron la tarea de realizarle mantenimiento.
La enfermera Ruth Afanador y el prefecto de Boca de Grita, Gosbany Henao tuvieron la iniciativa de emprender este trabajo comunitario, con apoyo de los pobladores de Orope.
Afanador reunió a un grupo de mujeres y hombres que se encontraban preocupadas por las pésimas condiciones del lugar, el cual estaba lleno de maleza y en evidente descuido que afeaba a la pequeña población.
Por ello, cortaron la maleza, pintaron las áreas y limpiaron las tumbas, dejando el cementerio despejado y con una mejor fachada, como parte de instalaciones públicas de la localidad.