La comunidad de Colinas del Torbes en la ciudad de San Cristóbal, es una de las más afectadas por los constantes apagones en el estado Táchira. Desde hace más de dos meses tan sólo cuentan con seis horas de electricidad al día, lo que los tiene cocinando con leña e incomunicados.
Raúl Arellano es representante de la comunidad Colinas del Torbes, denunció que casi todos los habitantes están cocinando con leña, pues desde hace cinco meses se quedaron sin gas doméstico, y aunque en diciembre cancelaron la recarga del servicio a Pdvsa Gas y sus funcionarios se llevaron los cilindros, no han obtenido respuesta.
“Tenemos cuatro meses sin gas y en el momento que vamos a cocinar no hay luz. Le hago un llamado directamente al señor Freddy Bernal, con muchísimo respeto se lo digo también a la gobernadora Laidy Gómez, al alcalde Gustavo Delgado, señores vamos a abocarnos todos a tratar de busca una solución, a muchos habitantes se les ha echado a perder la lavadora, la licuadora por las alzas y bajas. En mi caso se me dañó la licuadora”, expresó.
Aminta de Vivas tiene 90 años de edad, indicó que por la oscuridad constante ha sufrido resbalones al no ver bien por dónde camina. Tiene cinco meses sin gas y depende de la electricidad para cocinar, además de que la inestabilidad del sistema eléctrico le dañó la nevera. “Se dañó la nevera, se daña la carne, se daña el pollito que ahora no podemos comer mucho pollo tampoco, se daña. Ahora toca tratar de no comprar, la carne de las hallacas se dañó, toda no, pero si se dañó un poco”.
No sabe cómo describir lo que está viviendo a su edad, pues no puede ni hacer un jugo porque nunca tiene electricidad, ni tampoco puede ofrecerles alimentos a sus nietos y bisnietos porque no tiene nevera para refrigerar, gas, ni electricidad para prepararlos.
A Carmen Ibarra también se le dañó la nevera y el aire acondicionado por los apagones. Consideran que la responsabilidad de lo que ocurre es de todos los gobernantes, del gobierno nacional, de la gobernadora y del alcalde.
Sin poder estudiar ni trabajar
Por su parte, Alfonso Ibarra indicó que el miércoles esperaron hasta las 2 de la mañana que llegaran la luz y el agua para poder limpiar la vivienda y adelantar algunos alimentos, lo mismo hacen para poder trabajar en computadoras.
“No hay agua, no hay electricidad sino a ratos, cuando uno está haciendo un trabajo en la computadora se lo tumba. Aquí cocinan hasta con leña, estamos pasando a la época antigua que eso no debe ser en un país petrolero. No tenemos gas, no tenemos gasolina, no tenemos transporte y el teléfono está fallando también”, destacó.
Luis Carreño es estudiante a distancia de Derecho de la Universidad de Los Andes –ULA- Mérida, los apagones constantes lo han dejado sin la posibilidad de continuar con sus actividades vía internet. “Los últimos meses no he podido ver clases con estos cortes de luz, y pareciera que hay cortes de internet, porque cuando hay luz también se va el internet”.