Desde hace un año no llega el servicio de gas doméstico al municipio Capacho Nuevo, de la frontera. Cocinar con leña las tres comidas ha sido la manera de poder preparar los alimentos, ante las fallas eléctricas, pero ahora también hay escasez de palos secos, por la deforestación en las montañas
Cocinar con leña se ha convertido en la única opción de habitantes de diversos municipios del estado Táchira, pues desde hace un año el servicio de gas doméstico no llega, y las fallas eléctricas no permiten garantizar la cocción de los alimentos a tiempo. Sin embargo, este insumo también está escaseando en las montañas tachirenses, por la constante deforestación, según relató este miércoles 4 de noviembre Lourdes Velazco, habitante del municipio Capacho Nuevo.
Lourdes vive con sus hijos y nietos en una zona de montaña de Capacho Nuevo. Desde hace un año ella y sus vecinos no tienen gas en sus cocinas, y para cocinar con electricidad dependen de que no falle el servicio, y otros de tener el dinero para comprar una cocina de este tipo, por lo que se han visto obligados a buscar leña donde sea.
“Ya no conseguimos leña seca, sino verde. Toca caminar y buscar y buscar, para poder resolver. El desayuno, el almuerzo y la cena lo estamos haciendo con leña. Cuando yo era joven cocinábamos con leña, pero luego no era necesario. Me da tristeza que mis hijos y nietos tengan que volver a esto, cuando ya habíamos avanzado tanto”, expresó.
Cuando Velazco conversaba estaba preparando una sopa con sus vecinos. Cocinaron en conjunto para ahorrar la leña. Sin embargo, los palos que usaron estaban mojados, por lo que salía un abundante humo negro, y les tocó usar aceite quemado para ayudar a encender los palos.
Problemas respiratorios
Danilo Ruiz fue el encargado de encender la leña. Le preocupa que sus familiares sufran de problemas respiratorios, sobre todo los niños, porque ya les ha dado tos porque la casa se inunda de humo.
“Nos toca alejar el fogón bastante de la casa, porque da mucho miedo que los niños se enfermen, uno al menos ya está viejo. Antes nos preocupábamos por tener comida, ahora por conseguir leña, porque las tres comidas dependen de estos palos. Con leña no nos montan en ningún transporte público y nos vemos obligados a caminar lo que sea necesario”, acotó.
Ruiz afirmó que aunque en el pueblo y el mercado municipal venden leña, tienen que pagar por cinco palos unos 5.000 pesos, lo que sería una renta imposible de mantener para ellos.