La Asamblea Nacional aprobó este martes el retorno al Tiar, un tratado regional de defensa que es considerado el marco legal para una eventual intervención militar en el país petrolero.
Durante una sesión en una plaza de Caracas, el Legislativo convirtió en ley el proyecto que reincorpora a Venezuela al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (Tiar), del que se retiró en 2013.
“Aprobado por unanimidad de todos los presentes. Queda sancionada así (la ley)”, dijo el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, quien este martes cumple seis meses de haberse autoproclamado presidente encargado de Venezuela.
“El Tiar no es mágico, no es un botón que apretamos y mañana se soluciona todo. Hemos llegado a este punto por todo lo que hemos construido durante años”, afirmó el opositor ante unas mil personas entre diputados, embajadores y partidarios.
Guaidó ha dicho que este paso permitirá establecer “alianzas internacionales” para “proteger y defender al pueblo y la soberanía venezolana”, sin mencionar explícitamente una intervención extranjera.
Sin embargo, el dirigente no descarta esta opción para poner fin al gobierno de Nicolás Maduro, a quien el Legislativo ya declaró en “usurpación” del poder por considerar que su reelección en 2018 fue fraudulenta.
“No le tenemos miedo a ningún espacio, siempre que ponga fin al sufrimiento de nuestra gente”, afirmó Guaidó este martes en la plaza Alfredo Sadel, subrayando que “no hay soluciones mágicas”.
La iniciativa había sido aprobada en primer debate el pasado 28 de mayo.
Ahora “nos tocará construir el respaldo de los demás países de la región para este mecanismo, cuya aprobación final pasará en la OEA”, declaró recientemente Guaidó.
La salida del Tiar fue acordada en 2012 por Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, este último bajo la presidencia del fallecido Hugo Chávez (1999-2013).
Estos países argumentaron que el pacto, vigente desde 1947, quedó herido de muerte tras el conflicto bélico de 1982 entre Argentina y Gran Bretaña por la soberanía de las Islas Malvinas, cuando Estados Unidos no apoyó a Buenos Aires.