Jim Tull, un experto en resolución de conflictos educado en Harvard viajará a Caracas la próxima semana para intentar lo que parece imposible: impulsar el diálogo político en una Venezuela profundamente polarizada, según AP.
El mediador de habla hispana, que ayudó a aliviar las tensiones en Venezuela luego del golpe de estado de 2002, se mostró cauteloso acerca de las posibilidades de éxito. “Hay un alto porcentaje de que se pondrá mucho esfuerzo en esto y nada cambiará en el terreno”, dijo en una entrevista desde Cambridge, Massachusetts. “Pero si involucras a las personas adecuadas y te acercas paso a paso, entonces aumentas dramáticamente las posibilidades de que algo bueno suceda”, aseveró.
La misión de Tull está siendo organizada por el Grupo de Boston, una red informal de legisladores estadounidenses y venezolanos de todo el espectro político preocupados por Venezuela. Las reuniones exploratorias fueron organizadas por el senador Bob Corker, presidente republicano del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los EEUU.
Tull, en su visita, realizará talleres a puertas cerrada con representantes del Gobierno y la oposición.
Caleb McCarry, el principal asesor de política latinoamericana de Corker, se reunió recientemente en Caracas dos veces en el lapso de ocho días con Maduro para impulsar el diálogo, la primera vez, el 7 de octubre, acompañado por su jefe. El esfuerzo de mediación de Tull se está denominando como una “mesa redonda de intercambio de ideas” para distanciarla de las negociaciones fallidas en el pasado.
Pero queda por verse si una Casa Blanca escéptica apoyará la iniciativa. El Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional no comentaron si lo respaldan. Al menos públicamente, la administración Trump no ha tenido ningún papel en el esfuerzo de paz de Corker.
El esfuerzo liderado por Tull está siendo financiado por el Centro Noruego para la Resolución de Conflictos, que jugó un papel importante en el proceso de paz de Colombia. Tull dijo que lo ideal sería que el gobierno y la oposición enviaran ocho representantes compuestos por una combinación de veteranos del Grupo Boston y sustitutos nuevos en los talleres enfocados en crear un “espacio seguro” para el diálogo futuro, pero no negociaciones abiertas, al menos no por ahora. Entre los recién llegados que Maduro enviará se encuentran el gobernador Rafael Lacava, un intermediario clave en la saga de Holt, y el gobernador del estado de Miranda, Héctor Rodríguez, según una persona familiarizada.
Tull, cuyo interés en la teoría de la negociación se volvió muy personal hace décadas en Nicaragua cuando fue tomado como rehén por guerrilleros y negoció su propia liberación, dijo que recuerda a Maduro después del golpe como un feroz defensor de sus opiniones de izquierda pero también un buen oyente.
Tull está convencido de que se puede encontrar una base común de nuevo, pero reconoce que cualquier esfuerzo de diálogo, no importa cuán discreto, será visto como una traición por muchos en ambos lados de la división política.“Los venezolanos han estado luchando durante mucho, mucho tiempo y las cosas siguen empeorando”, dijo Tull, “y eso no es necesariamente satisfactorio para ninguna de las partes”.