Dijon (Francia), 4 jul (EFE).- El neerlandés Dylan Groenewegen, campeón nacional en ruta, brindó al Jayco Alula su primer éxito en el World Tour con una ajustada victoria al esprint en la sexta etapa del Tour de Francia, disputada entre Mâcon y Dijon, de 163,5 km, en la que mantuvo el maillot amarillo el esloveno Tadej Pogacar.
Dos años después de su racha de 5 victorias en el Tour, Groenewegen (Amsterdam, 31 años) volvió para cantar la sexta en la meta de Dijon, de manera tan ajustada que no pudo levantar los brazos. Relegó al eritreo Biniam Girmay (Intermarché) la segunda plaza y al colombiano Fernando Gaviria (Movistar) a la tercera. Fue desclasificado por maniobra irregular el belga Jasper Philipsen, que había entrado segundo.
Tercer esprinter que gana en el Tour después de Girmay y Cavendish, en una jornada de transición que cumplió el pronostico de llegada masiva. Un triunfo perseguido y celebrado con emoción. Desde 2022 Groenewegen no se pasaba por el podio. En zona de los vinos de Borgoña, su equipo, el Jayco, pudo celebrar su estreno en el World Tour.
No hubo cambios en la general. Los favoritos tuvieron algún sobresalto por las travesuras del viento, pero todos llegaron junto a meta. Tadej Pogacar sigue al mando en vísperas de la crono, seguido a 45 segundos por Evenepoel, mientras que Vingegaard sigue a 50 segundos, Juan Ayuso a 1.10, Roglic a 1.14, Carlos Rodríguez a 1.16 y Mikel Landa a 1.32.
Los abanicos siembran el pánico y Pogacar, aislado
Etapa por Borgoña para afrontar la ruta del vino desde Mâcon, a orillas del Saona, donde el Tour homenajeó al ciclismo africano en el Día Nacional de Ruanda, cuya capital, Kigali, albergará dentro de un año el primer Mundial en el continente.
El eritreo Biniam Girmay, con su triunfo en Turín, fue la atracción. También se dio un buen homenaje de parabienes Mark Cavendish después de batir el récord de 35 etapas. En la ciudad natal del jugador del Atlético de Madrid Antoine Griezmann, se presentó la lluvia y todos los equipos miraban la previsión del viento. En principio era la única preocupación del día.
En vísperas de la primera crono la etapa sonaba a transición pura y dura, pero el viento alteró el orden. El Lotto Dstny soltó el látigo en cabeza a 70 por hora al paso por Chassagne-Montrachet, a 84 km de meta. Ninguna broma para el UAE del líder, ya que todos sus componentes menos Pogacar quedaron cortados en un segundo grupo.
La maniobra y esa consecuencia puso al frente al Visma de Vingegaard, forzando la máquina en espera de víctimas, sobre todo de los hombres del líder, poco atentos a las maniobras, dejando solo al maillot amarillo, desprovisto de gregarios, descolgados a 25 segundos.
Un decorado que se modificó una decena de kilómetros más tarde. El grupo se volvió a compactar a 70 de meta, después de que los hombres del líder asumieran el trabajo de caza. El viento siguió acompañando al pelotón camino de Dijon. Los acelerones y los abanicos subieron de manera brutal la media después de 120 km de carrera: 46,3 km/hora.
Ya nadie se fiaba del incesante viento lateral. El UAE tomó nota, Pogacar iba delante, cerca de Vingegaard, Roglic, Evenepoel, Carlos Rodríguez. Los favoritos tomaron el mando del grupo, en espera de llegar a la zona de seguridad, a 3 km de meta, para esfumarse y dejar paso a los «guepardos» y sus lanzadores.
Ningún equipo domina el esprint y Groenewegen resucita
Volvió la tranquilidad en los últimos 25 km, eso sí, todo el mundo con las orejas tiesas para evitar bromas pesadas. Tomaba forma la previsión lógica de desenlace al esprint. Además acompañaba el sol con Dijon, la ciudad famosa por su mostaza, condimento clave en su gastronomía, normalmente regada con un buen borgoña.
Como viene siendo habitual en este Tour, ningún equipo impone su tren de lanzamiento. Astana, con 5 hombres, aproximó a Cavendish, pero el «plusmarquista» de victorias no llegó a disputar. El Uno X praparó el terreno para Kristoff, el Alpecin confiaba en Philipsen, y hasta Van Aert se buscó la vida para pescar la victoria.
Nadie, o pocos, contaban con Dylan Groenewegen, un esprinter agazapado en los últimos tiempos, pero todavía con piernas explosivas. Pero el ciclista de Amsterdam volvió por sus fueros, controló los movimientos de Philipsen y a 50 metros lanzó su ataque. Llegó a tiempo, por centímetros, para meter la rueda y llevarse la sexta etapa en el Tour y la número 75 de su carrera deportiva.
Groenewegen, protagonista directo del grave accidente de Fabio Jakobsen en un esprint de la Vuelta a Polonia en 2020, hubo de luchar contra tremendas acusaciones y una sanción de 9 meses sin correr. El tiempo fue borrando el recuerdo. Este año ha ganado 5 carreras, entre ellas la general de la Vuelta a la Comunitat Valenciana en el estreno de la temporada.
«Desde 2022 llevaba persiguiendo la victoria, me resulta increíble, además con este maillot de campeón de Países Bajos. Apenas lo he podido celebrar. Estuve decepcionado, pero esta victoria me cambia el ánimo», dijo Groenewegen en meta.
Este viernes cita con la primera contrarreloj con el recorrido de 25,3 km entre Nuits-Saint-Georges y Gevrey-Chambertin pasando por los viñedos de Borgoña. Un duelo «gran reserva» entre los favoritos en la jornada que marcará la primera semana del Tour. Una crono exigente con la Cota de Curtil Vergy a mitad del trayecto (1,6 km al 6,1). Fuerza y técnica a partes iguales.