Francisco Graterol Vargas.
El aniversario del Ateneo de Valera fue también un punto de reencuentro con amigos que hace tiempo quien escribe no veía personalmente. Uno de ellos es don Mario Maldonado, el director de Tiempo FM.
Inicié una conversa con Mario Maldonado al frente de la iglesia San Juan Bautista, algunos la llaman la catedral erróneamente porque es en Trujillo Capital donde reside el Obispo donde está la CATEDRAL exactamente.
“Siendo Presidente de la Juventud Revolucionaria Copeyana gané las elecciones en el Liceo Rafael Rangel donde la izquierda tenía una dictadura. Desde ahí comenzamos la campaña en el Año 1968 para llevar a Rafael Caldera a la Presidencia de la República”, recuerda el radiodifusor.
“La campaña electoral nos trasladó hasta Monte Carmelo luego de recorrer dos días en bicicleta partiendo de lo que es hoy el Velódromo “Vicente Laguna” en Mendoza. Visitamos varias casas en ese bello poblado y la sorpresa, Graterol es que en una de las viviendas me encontré con una foto mía en un altar, una foto….”
– “Señora, y usted porque me tiene aquí”, preguntó Maldonado.
– “Es que le pedimos mucho a Dios por usted para que me lo mantenga sano y que el Dr. Caldera gane las elecciones”…
Bueno, el Dr. Caldera aspiró como siete veces a la silla principal de Misia Jacinta y venció en dos oportunidades, acota Maldonado, quien no olvida pese a que desde entonces mucha agua ha corrido debajo de los puentes y ya las canas denotan su edad esa visita a Monte Carmelo donde en vez de toparse con José Gregorio Hernández o algún santo, estaba era una fotografía suya que había salido en el diario El Tiempo.
Cosas veredes, amigo lector.
ME LO CONTÓ HENRY MONTILLA
Uno de los libros que más he repasado de autores trujillanos es “Me lo contó el abuelo” de don Tulio Montilla, padre por cierto de Henry Montilla, rector del Núcleo Universitario “Rafael Rangel” en una ocasión.
También a las puertas de la iglesia San Juan Bautista, Henry, rememora un episodio donde estuvo involucrado el autor de “Camino de Piedra” y por supuesto “Me lo Contó el Abuelo”.
Don Tulio era un gran amante de los tangos. Un admirador de aquel inmortal llamado Carlos Gardel, nacido en Francia pero que hizo de Argentina su nido hasta su muerte en Medellín, Colombia. Sus restos fueron sepultados en el cementerio de La Chacarita en Buenos Aires. Por supuesto se naturalizó argentino.
Gardel hizo una gira por Venezuela presentándose en las principales ciudades del país. Vino a Cabimas y esa noche don Tulio vistió sus mejores galas para oír cantar a “El Morocho del Abasto” nombre de la película con que Carlos Rossi contó la vida del famoso cantante.
“Me cuenta papá- dice Henry Montilla- que el repertorio de Gardel comenzó muy flojo, con canciones que no eran las preferidas de un auditórium que en su mayoría eran obreros de la zona petrolera. Los abucheos no se hicieron esperar y concluyeron cuando Gardel interpretó “Mis Buenos Aires Queridos”, “Leguisamo Solo”, “La Comparsita”, “Madreselva” y “Lejana Tierra Mía” entre otras. Esa fue una de las noches más felices de don Tulio.
Me cuenta Marlene Briceño que para cerrar la celebración del aniversario del Ateneo de Valera, tuvo lugar en la UGA una noche baladas, boleros y tangos interpretados por los miembros de la Coral de Jubilados de la ULA NURR, y el Zorzal de Castán, profesor Conrado Daboín.
JUAN VICENTE TORREALBA Y ESTELITA DEL LLANO
Muchos fueron los artistas nacionales que se presentaron en el Ateneo de Valera, en esa sede que hoy los ateneístas y el pueblo en general reclaman que sea devuelta a nuestra casa de la cultura. El tiempo de Dios es perfecto, algo me dice que pronto volveremos al local ubicado diagonal a la Eloisa Fonseca.
Juan Vicente Torrealba, músico y compositor, uno de los mejores venezolanos en ese oficio vino a un concierto en el Ateneo:
“Todo estaba de lo mejor, los aplausos no se hicieron esperar para el maestro quien invitó a los que tocaban el arpa en Trujillo para que lo acompañaran y lo que no sabíamos es que José Monagas, cantante y después radiodifusor se coleó por detrás y le pidió a Juan Vicente Torrealba que le bautizara el CD que llevaba con todo su repertorio. Amablemente complació a Monagas, quien se marchó muy contento del ateneo.
Otra anécdota que cuenta Marlene es de Estelita del Llano. “Nosotros si observábamos que Estelita del Llano luego de cada canción decía que iba a tomar agua y lo que hacía era echarse su palito para entonar. Fue otra noche maravillosa con esta actriz y cantante venezolana.
Marlene quedó comprometida con este servidor que un día de estos vamos a reunirnos para contarle muchas cosas que pasaron con famosos que se subieron al escenario ateneísta en aquellas noches donde nuestra casa de la cultura era insuficiente para albergar a quienes asistían masivamente.
Y como decía otro actor y locutor trujillano, Carlos Alberto Pabón, de lo bueno poco pronto volveremos si Dios y la Virgen lo permiten con otras GRATEROLADAS.
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