Cuando se habla de periodismo en el estado Trujillo, entre los nombres referentes siempre resaltan los de aquella camada que entró como parte de los primeros inscritos del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), pero hay uno de esa generación que probablemente sea el más reconocido y querido, el popular Graterol Vargas.
CIFRA
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Años de anotaciones, recopilaciones, redacciones, titulares, comentarios, análisis y entrevistas que lo formaron como un periodista del y para el pueblo trujillano
El de las frases “Ya tengo el titular”, “te la comiste”, el mismo que se las ingenia en cada noticia regional para ponerle ese “picante” que le gusta tanto al trujillano, el que hace divertida cada polémica de “tirios y troyanos”, el que da la voz de “play ball” en cada rodaje del impreso del Diario de Los Andes, el sempiterno e inagotable Jefe de Redacción de la sede blanquiazul, José Francisco Graterol Vargas.
Ese es su nombre completo, pero es más conocido por sus dos apellidos. Este Día Nacional del Periodista, el entrevistado especial no podía ser otro sino el histórico comunicador social, quien recientemente cumplió 70 años de vida, y que ya tiene poco más de medio siglo (52 años) en dicha profesión. Aún sin retirarse, pero por ahora, de reposo.
Solo soñaba con jugar pelota
“Mi sueño de muchacho de 12, 13 y 14 años era jugar pelota”, confiesa quien no solo fue beisbolista, softbolista y tapicero, sino además un “fiebrudo” cinéfilo. “Al llegar me conecté porque los primeros años de mi vida jugaba béisbol para el equipo de Los Criollos de la Calle 7”, dijo sobre la escuadra que tenía su sede en el longevo estadio “Mario Urdaneta Araujo” de El Milagro.
“Tenían equipo de béisbol amateur y menor”, acotó. Paralelamente empezó a trabajar como tapicero con el señor Guillermo Briceño, un histórico dirigente deportivo, quien no solo fue su instructor en el oficio de la tapicería, sino también uno de sus primeros guías en el deporte.
“Él fue fundador del equipo”, regresó al modo béisbol, algo muy típico en Graterol Vargas, mezclar pelota con cualquier tema de la vida. “Desde ahí las inclinaciones mías por el periodismo”, volvió a las lides periodísticas.
“Había una señora que todos los días compraba el periódico, sobre todo Panorama”, rememoró a la vecina que fue su primera proveedora de material informativo. Precisamente a la lectura, Graterol le da mucha importancia, porque sabe que es el inicio de todo buen comunicador social.
“Además cuando aprendí a leer de verdad, a los 12 años me vine para Valera a los cines, en el Teatro Valera o Cinelandia. Llegaba a las 10:00am, a las 3:00pm y a las 5:00pm”, recordó, las funciones matutinas y vespertinas que lo graduaron como cronista.
Es que a cada filme que veía le hacía una sinopsis. “Y además de eso en esa época yo me iba para el cine en Campo Alegre. Si, ahí habían dos cines”, sorprendió con su comentario. “Le daba mucho interés a esas series que continuaban. Era muy aficionado a eso”, señaló algo que pudo ser su inspiración para llevar con tanto tino aquellas secuencias noticiosas que creaban expectativas con cada portada de los periódicos.
“Yo regresaba con 50 u 80 y hasta 100 comiquitas, como El Charrito de Oro, entre otras”, señaló parte de la lectura que clasificaba de los distintos diarios y la que quizás le aportó esa característica de ser tan ocurrente en cada texto que escribe.
“Nosotros hacíamos caimaneras, entonces yo hacía las anotaciones. Anoté mi primera estadística ahí, en la urbanización Santa Ana, donde habían unas casas, unos llanos y hacíamos intercambios con otros equipos”, describió.
“Entonces llevaba un cuaderno, y ahí anotaba los mejores jonroneros, los mejores pitchers”, detalló. Recordó que su colega de radio y amigo Evencio José Daboín, estaba en el equipo.
“Lamentablemente cuando nos mudamos con 4 o 5 años, nos venimos a San Isidro, se me perdió el cuaderno de anotaciones de béisbol y películas”, lamentó. “Ya me venía a Valera a jugar pelota, y empiezo con Guillermo en la tapicería”, comentó.
“En mi libro (Periodismo del Güeno) narro que mis primeras crónicas de béisbol fueron en esa tapicería. Yo ahí escribía en las paredes, cuando la Liga Nacional y la Americana eran dos, pero no eran tantas divisiones”, se transportó a sus primeras muestras de pasión por las Grandes Ligas, su “fiebre” perenne.
“Por ahí a los 18 años fui a representar a Trujillo en un Nacional de Béisbol en Yaracuy, exactamente en 1968”, trajo a la memoria su mejor logro como pelotero. “Fue muy buena actuación porque hasta el sol de hoy ningún equipo ha llegado a play off y nosotros llegamos”, presumió.
“Le dije a Guillermo (Montilla) yo quisiera escribir esto en Diario El Tiempo”, se decidió en el mismo año del torneo.
Su debut fue en Diario El Tiempo
“Y me llevan para El Tiempo, me recibió Cornelio Viloria y escribí esa crónica. Les entregué unos garabatos y los transcribieron”, dijo con la espontaneidad acostumbrada. “Empecé escribiendo “La Columna de Jovar (José Vargas)”, dateó sobre el primer artículo de opinión de tantos que envió en adelante.
FRASE
“La diferencia del periodismo de aquella época con el de hoy, es que las cosas no pasan por segunda vez” –Graterol Vargas-
“En 1969, Rudi Linares era el cronista de Deportes de El Tiempo. Un día me llegó Guillermo (Montilla) y me dijo, mira están buscando uno en el Tiempo. Él me lleva y yo empiezo a escribir, después se fue Rudi y quedo encargado de Deportes”, relató.
Tres años después organizó sus papeles y los introdujo para optar al Colegio Nacional de Periodista (CNP). Así que hizo historia al entrar en la misma fundación del CNP en 1972, junto a otros trujillanos, entre ellos Cornelio Viloria, Guillermo Montilla y Rafael Lujano.
“Memo (Guillermo Bracamonte) y (Ramón) Rivas Sáez entran después”, agregó. “Ya tenía yo cuatro cambures”, indicó sobre ese mismo año, siendo la referencia para los cuatro empleos de periodista que llegó a tener de manera simultánea.
“Era encargado de Deportes de El Tiempo, estaba en el noticiero de Radio Turismo (el del recordado Pájaro Amarillo), era corresponsal de Diario El Universal y tenía la Jefatura de Prensa de la Comandancia de la Policía de Valera”, resumió con orgullo.
“Ahí empecé, cuando uno compara, en todas las épocas hay gente muy buena, pero la verdad que en ese tiempo…”, alabó con nostalgia a los periodistas con los que les tocó trabajar. “Después me fui en 1975 o 1974, tuve una incursión por Barquisimeto”, expresó para después contar cómo fue que salió de Diario El Tiempo.
“Tú sabes que aquí en Valera había una Plaza de Toros. Entonces Don Luis Mazarri me dijo que fuera a cubrir una corrida de toros que había en Las Acacias. Me fui a cubrir mi jornada taurina sin saber nada de toros “A mí me pareció que eso era espectacular”, confesó su nuevo enamoramiento por un evento que consideró un deporte más.
“Cuando llego, estaba don Luis Mazarri (propietario de Diario El Tiempo) molesto. Él quería que le echara plomo a esa corrida, ahí discutimos y salí botado”, contó sin reparos.
Su etapa en Barquisimeto
“Con Rivas Sáez me fui a Barquisimeto. Allá me estuve como año y medio o dos. Ahí llego a Radio Tricolor, ellos tenían un equipo de softbol y llego a trabajar en la Jefatura de Prensa, el de la fuente de Deportes era Alfonso Saer”, refirió sobre un nuevo reto.
“Ahí tengo una anécdota. La Tricolorcita era como el Pájaro Amarillo aquí, y ahí me la dan a mí”, tomó una nueva responsabilidad. “Aunque allá no había ese periodismo populachero como aquí, quizás por ser una ciudad más grande”, señaló sobre la capital del estado Lara.
“Había un buen colega de apellido Castellanos, pero me la dieron fue a mí. Así que me fui para la avenida 20 y cometo una novatada. Me encuentro uno de esos tipos líderes (de calle), le dejé el micrófono y habló como media hora”, prosiguió su jocoso relato.
“Me dijeron, no chico eso no es así, ese tipo es un cabeza caliente”, remedó a su jefe en ese entonces.
“A los 25 años empiezo a jugar béisbol y softbol a la vez en Radio Tricolor, en el equipo de béisbol, que era de la familia Ocanto, es por eso que los aprecio tanto”, rememoró. “Frank nació en Barquisimeto, en el hospital de allá”, comparó el caso de su hijo con el suyo.
La referencia fue para su hijo mayor y su principal pupilo en el periodismo, Frank Graterol Aparicio, hoy en día un reconocido cronista de deportes de DLA, asimismo comentarista de radio.
“Yo jugaba con un equipo que iba de 5-0 y éramos quinto. Estábamos perdiendo el invicto con uno de los equipos más malos, yo era el primer bate, tiré hit y me fui para segunda. Yo corría mucho, me tenía tanta confianza que me fui, pero lo malo es que choqué en la segunda con la rodilla del short stop”, presentó una anécdota peloteril que se convirtió en drama.
“Triple fractura, me estuve convaleciendo unos meses y me vine para Morón (sector de Valera), con mi esposa de ese entonces, Mery Aparicio, la mamá de Frank. Cuando estoy restableciéndome con yeso y todo, me llama Guillermo Montilla”, recopiló en su memoria.
Su inicio con Diario de Los Andes
Montilla le dice que va a salir un periódico, el Diario de Los Andes. “Yo estaba de permiso, fui a Radio Turismo, que lo tenían los Muchacho, Eladio y Chuchi”, contó cómo fue que se enroló en DLA, en su mismo año de fundación (1978). Arrancó como periodista deportivo, después fue Jefe de Información para después encargarse como Jefe de Redacción.
“El DLA se fundó en agosto del 78 y ya en enero del 79 estaba metido en una Vuelta al Táchira. Me fui con Gilberto Ascanio, aquel tremendo reportero gráfico, colombiano pero residenciado en Valera”, habló del cómo fueron precursores de esas coberturas.
“Nos ganamos ese año el premio de mejor periódico”, afirmó. De ahí en adelante el DLA marcó siempre la pauta con respecto a la competencia en cuanto a la fuente deportiva.
“Fíjate las diferencias entre el periodismo de antes. Yo me llevaba una máquina de escribir, cuando terminaba la carrera me recostaba en cualquier parte, escribía sobre la crónica de la carrera, o mandaba una columna. Ascanio mandaba en un rollo bien tapadito las fotos”, detalló el sacrificio que significó una época en la que DLA aún no fundaba su sucursal tachirense.
El medio de transporte era un vehículo que de inmediato salía a llevar el material a Valera. “Así estuve varios años cubriendo esa Vuelta”, soltó.
Su paso por la Gobernación de Trujillo
“Cuando Luis Ernesto González fue nombrado Gobernador, me llama Ernesto Aldana (del periódico Acción), quien me dice que si quiero ir a la Gobernación de Jefe de Prensa”, reveló Graterol.
“Yo sin ser adeco, ni copeyano tampoco, es más, siempre comulgué más con la Izquierda. Siempre fui gremialista además”, hizo la salvedad por si acaso. “Yo le digo que AD (Acción Democrática) debe tener su candidato y si tenían. Desayunamos al otro día porque no nos habíamos conocido”, dio su respuesta.
“Claro ahí iba a ganar cinco o seis veces más que el sueldo que tenía (en DLA)”, justificó su ida al Gobierno Regional. “Ya al primer sábado me juramenté como Jefe de Prensa de la Gobernación. Luis Ernesto me dijo no le vayas a decir a nadie, del seno de AD me están mandando candidatos a Valera. Yo no quiero a ninguno del partido. Yo quiero que seas vos, vos sos un periodista bueno y reconocido”, contó sobre su nueva etapa.
“Luis Ernesto nunca me influenció, me respetó, yo le puse las cartas sobre la mesa desde el principio”, atestó. “Segundo Mendoza que era el Jefe de Prensa cuando llegué, yo le puse como condición que él trabajara conmigo, eso no lo hubiese hecho cualquiera”, confió.
Ordenó a “Segundo (Mendoza) para que ese encargara de las relaciones con el partido y a Francisco Oscar Salazar, un periodista de Trujillo, para que se encargara de las relaciones institucionales con gobierno y militares”.
Estudio Deportivo y su regreso al DET
Casi paralelo con la fundación del DLA, en radio fundó “Estudio Deportivo” junto con Guillermo “Memo” Bracamonte, Evencio José Daboín y Omar Buznego. Años después se sumaron Rafael José Daboín (RJ) y José “Cheo” Cárdenas. “Después salí de la Gobernación, ya no quería trabajar más ahí. Eladio me llamó de DLA para trabajar como jefe pero no quería responsabilidades”, aseveró.
El Tiempo le ofreció encargarse de sus páginas deportivas y le puso más fácil la decisión. “Ahí me estuve varios años. En cuatro o cinco años volví a DLA. Si, ya hace como 15 años me dijo Eladio que me necesitaba allá”.
“Me insistieron mucho que no fuera, hasta que Pepe (Mazarri) me dijo, bueno tú eres del DLA. Ya estaba Frank como reportero gráfico”, cerró otro ciclo.
Frank Graterol es quien continúa como conductor en los últimos años del histórico programa radiofónico Estudio Deportivo, espacio que ya suma 41 años al aire.
“El periodista no debe ser actor político”
“Aprovecho para felicitar al equipo DLA, ustedes han hecho una gran labor. Los que tienen acceso a la web, a las redes. Pero sí me han comentado el trabajo, he visto el trabajo que ustedes han hecho”, reconoció la labor de sus dirigidos en tiempos de pandemia y dificultades económicas.
“El periodismos siempre es el periodismo, el periodista tiene que ser valiente, no mirar para un lado, no convertirse en un actor político. Eso lo he visto en el país, lamentablemente”, opinó.
“Siempre tenemos que ser periodistas. Ya salirse del libreto de periodista para activar, eso es lo que rechazo”, envió un claro mensaje a sus colegas.
“Nací por accidente en Ocumare del Tuy, pero soy de Valera… o Carvajal”, expresó entre risas. “Yo vivía en La Hoyada”, espetó. El pasado 2 de abril cuando cumplió sus siete décadas de vida, estaba iniciando la cuarentena producto de la pandemia.
“Estaba fuerte, fui al hospital porque me tocaba llevar a mi hermana a hacerse quimioterapia, necesitaba comprar medicinas. Me decían que no fuera, pero imagínate, esa es una crónica que les debo”, narró cómo inició el día de su cumpleaños en el contexto actual y como es normal en cada una de sus vivencias, consideró redactar esa historia.
“A los profesionales de la medicina aprovecho para decirles que ellos con muchas limitaciones, porque no todo lo que brilla, hacen un gran esfuerzo. Eso es mentira que todos los centinelas están bien equipados. Esa gente se ha fajado”, coló una “perlita” en favor de los galenos y demás trabajadores de la salud.
“Yo no creí a los 70 años que iba a estar en esto todavía. Ahora este problema, con las condiciones actuales. Se nos va la luz, no tenemos agua, sin papel para hacer el periódico, se nos cae el internet. Cuando no es una cosa es otra”, expuso las vicisitudes que pasa el periodista hoy en día. “Mi salud está como carro viejo”, reconoció en tono de broma el muy activo septuagenario. Aunque a la vez brindó su amplia sonrisa de optimismo y larga vida.
“Todo se lo debo al periodismo”
“El gran orgullo es que todo se lo debo al periodismo, como levantar esta familia”, alegó. Frank es su hijo mayor y único varón, sus otros retoños son Francis, Beatriz y María. Francis y Beatriz trabajan en distintas empresas. María estudia en la Universidad Valle del Momboy.
Graterol Vargas vive feliz con su actual esposa Carmen Maldonado de Graterol. “Junto con ella están Carmencita y Helen quienes también son mis hijas”, agregó con gran afecto. La primera referenciada es Carmen Stivala, atleta de alto rendimiento, principalmente destacada en polo acuático. En cuanto a Helen, es una ex diseñadora gráfica del DLA que ahora explora nuevos horizontes en el extranjero.
Tiene ocho nietos y dos bisnietos. Son seis hijos de Frank (todos varones), dos de Francis y uno de Beatriz. Los dos bisnietos se los dieron los hijos de Frank, Efraín y Diego Armando.
“El mejor premio en mi vida han sido los hijos que Dios me dio. Hoy cada quien ha hecho su vida pero los sigo queriendo mucho, con todo el amor de mi corazón. Amanece y anochece pensando en ellos”, aseguró. “Capítulo aparte para mis hermanas Ana y Dominga, quienes ante la partida de mis padres siempre han estado pendientes de mí. Para ellas un eterno agradecimiento. También para mi hermano (menor) Rafael Antonio, hemos sido muy unidos, todos para uno y uno para todos”, valoró.
“Y en esta etapa tan interesante en la existencia del ser humano como es la tercera edad, me encuentro con una esposa como Carmen y otras hijas que me atienden y soportan mis achaques. A ellas un Dios les pague”, resaltó.
Hizo un reconocimiento muy especial al doctor Eladio Muchacho (Editor del Diario de Los Andes): “Hemos andando mucho trecho con él. Ha sido un libro abierto de sabiduría y un guía para no desviarse del camino de la rectitud en una profesión donde abundan las tentaciones y los halagos”.
Encuentro en La Habana con Fidel Castro
“Yo tuve una etapa en la que hice entrevistas imaginarias a Jesucristo, Simón Bolívar y Fidel Castro. Así que después me llaman de Prensa Latina y me dicen que estoy invitado a ese acto”, emprendió Graterol otra de sus curiosas historias, esta vez un evento en Cuba, que confesó que marcó su carrera periodística.
“Fue un evento internacional al que invitaron a periodistas, economistas y abogados de muchas partes del mundo. Fuimos invitados por Fidel Castro. Por Venezuela fueron invitados cinco periodistas, tres de Caracas, dos de La Guaira y por yo por Trujillo”, resaltó el encuentro con el icónico líder izquierdista.
“Yo era muy ingenuo en esa época. Yo hasta le pedí al doctor Eladio unos dólares para llevarme para La Habana”, sacó a relucir su simpatía al momento del relato. “Cuando llegamos al aeropuerto José Martí, había otros periodistas, nos hicieron un fiestón con bailes típicos de la isla y todo. Como a los cinco días, en un palacio Fidel nos recibió a todos”, describió la fastuosidad del momento.
“Usted sabe que cuando eso mandaban AD y Copei en Venezuela y a uno lo tildaban de comunista por cosas como esas”, señaló. “Fidel le daba la mano a todo el mundo, yo me llevé debajo del brazo donde estaba la entrevista imaginaria con él, Cuando iba entrando a la puerta, yo le dije que era Graterol Vargas de Valera, me dijo ¡Ajá!…
No se estuvo 30 segundos viendo la cuestión. Me dijo: Mire y quien le dijo que yo había comido ratones en Sierra Maestra, ese fue Camilo Cienfuegos. Claro, él ya sabía que yo fui invitado a ese evento por esa entrevista”, siguió su divertido e histórico relato.
“Por cierto que allá se celebró el Día del Periodista, se celebra en otra fecha. Me tocó de sorpresa, y mire la sorpresa mía. Habló un orador por La Habana y yo hablé por los periodistas extranjeros. Yo me subí encima de una silla, no fue que di un gran discursos pero hablé”, zumbó más de su repertorio de anécdotas.
“Yo el DLA lo volví comunista, empecé a mandar”, se atrevió a bromear por las informaciones o artículos que envió a la redacción en Valera.
“Me encontré a Omar Catarí, quien después fue medalla olímpica. Fue a trotar para El Malecón”, arrojó para cerrar la entrevista con una de las tantas historias valiosas que desplegó en su libro “Periodismo del Güeno”.
RECONOCIMIENTOS MÁS RESALTANTES:
-Condecorado con la Orden Ciudad de Valera en 2010
-Tres veces ganador del premio interno de DLA como “Periodista del Año”
-Diversos premios regionales, municipales e institucionales
-Premios nacionales de federaciones deportivas como béisbol, fútbol y ciclismo
-Miembro de las Glorias Deportivas del estado Trujillo
-Premios regionales como Mejor periodista Deportivo tanto en Diario Los Andes como en El Tiempo
-Firmante del Libro de Glorias Deportivas en el Bicentenario de Valera (2020)
Miguel Ángel Albarrán
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