Grandes mentiras sobre el cambio climático que debes dejar de creer

** Que haga frío en invierno no anula el calentamiento global y que haya habido cambios climáticos antes no quita responsabilidad al hombre. El aumento de la temperatura media global se encuentra casi 1ºC por encima de los niveles preindustriales

El huracán Florence, en una imagen de la NOAA. El cambio climático incentiva los fenómenos extremos.

 

¿El cambio climático es solo un ciclo natural? ¿Todos los Fenómenos Meteorológicos Adversos (FMA) son efecto del cambio climático? Estas son algunas de las cuestiones o falsas creencias más extendidas que Mario Picazo, Mar Gómez e Irene Santa, meteorólogos de eltiempo.es, desmitifican y analizan con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el Cambio Climático que se celebró el 24 de octubre.

 

No, no todos los desastres naturales responden a efectos del cambio climático. Tornados, huracanes y DANAs, responden a procesos dinámicos naturales que suceden en la atmósfera y a situaciones meteorológicas concretas. Sin estudios de atribución de cambio climático es difícil establecer una relación directa. Lo que sí sabemos es que algunos fenómenos pueden ser más devastadores en el futuro.

Por ejemplo, en la cuenca del Atlántico no se prevé que aumente el número de huracanes, pero sí que sean más devastadores debido al calentamiento global.

 

Aunque el clima de la Tierra siempre ha estado cambiando por causas naturales desde que el planeta se formó hace 4.500 millones de años, el cambio tan vertiginoso que se ha producido en las últimas décadas no cuenta con precedentes en el registro o la reconstrucción climática de miles de años. La acción humana está detrás de gran parte de esa amplificación del cambio climático.

El aumento de los gases efecto invernadero provocan a su vez el calentamiento de la atmósfera y superficie del planeta, haciendo que los fenómenos meteorológicos sean más extremos.

 

Esta creencia se debe a la confusión entre el concepto de tiempo y clima. Mientras que el tiempo se refiere a la situación meteorológica de un día, semana, mes o incluso año, la climatología de un lugar se construye con los datos meteorológicos de un largo periodo de al menos 30 años.

El clima es un resultado estadístico a partir de la meteorología, del que se puede conocer tanto el clima medio como su variabilidad, marcada por los extremos meteorológicos. Una ola de frío es un ejemplo de episodio meteorológico extremo. Que esté subiendo la temperatura media climática no implica que no puedan darse episodios de frío.

 

El dióxido de carbono es un componente atmosférico que desempeña varios papeles vitales en nuestro entorno. Es un gas de efecto invernadero que absorbe energía en la atmósfera evitando que la Tierra sea un lugar mucho más frío. También es la fuente de carbono para las plantas y sin él no se produciría la fotosíntesis que libera oxígeno.

Sin embargo, desde que se inició la revolución industrial, su presencia en la atmósfera está aumentando exponencialmente y esto implica el aumento de la temperatura, del nivel del mar, la acidificación de los océanos y la devastación de los hábitats naturales.

 

La realidad es que aún tenemos margen de tiempo para mitigar los efectos del cambio climático y limitar el calentamiento a 1,5ºC por encima de la era preindustrial a finales de siglo. Es cierto que la situación ahora es crítica y para conseguir ese límite, las emisiones de CO2 deberán caer un 45% de aquí a 2030, según el Panel Internacional de Cambio Climático. En 2050 habría que dejar de emitir más CO2 del que se elimina de la atmósfera.

Llegar a este objetivo implicaría reducir ciertos efectos tales como el aumento del riesgo de inundaciones al 170%, la exposición de más de 400 millones de personas a sequías extremas a finales de siglo o la extinción de los corales. Por lo tanto, aunque el aumento de temperatura continuará en las próximas décadas, sí podemos limitar y mitigar ciertos efectos del calentamiento global.

 

No, el ascenso de temperatura no se repartirá por igual entre todas las estaciones del año en España. Según las proyecciones de cambio climático, la estación que presentará una mayor subida de las temperaturas será el verano, seguida del otoño. Esta previsión se corresponde  con los datos que conocemos de las últimas décadas: los veranos se alargan en nuestro país y ahora son unas 5 semanas más largos que a principios de la década de los 80. Por el contrario, el invierno se presenta como la estación con menor subida de temperaturas.

 

No es cierto. El cambio climático es el mayor problema al que ya se enfrenta la sociedad en la actualidad. El aumento de la temperatura media global se encuentra casi 1ºC por encima de los niveles preindustriales y esto ya repercute en el hielo del Ártico, que pierde volumen a un ritmo del 13,2% por década según la NASA.

En España, el cambio climático ya afecta a más de 30 millones de españoles, siendo el sudeste peninsular, Castilla La Mancha y el Valle del Ebro las regiones más afectadas por la desertificación.

Además, sufrimos el alargamiento del verano (con nueve días por década), un aumento de la frecuencia de las noches tropicales y el incremento del Mediterráneo, a razón de 3,4 mm por año desde 1993.

 

No, no solo no somos todos iguales ante el cambio climático sino que además puede hacer que aumenten nuestras diferencias sociales. La ONU advirtió que las personas más pobres serán las que más sufran las consecuencias de esta crisis ya que no podrán adaptarse debido a la falta de recursos.

Tampoco en todas las zonas del planeta el cambio va a ser igual, las regiones evolucionarán de formas diferentes y en algunas áreas el nuevo clima puede resultar más adverso que en otras.

 

En nuestras manos

 

«Los científicos manipulan los datos y los modelos climáticos no son fiables»

Los científicos trabajan con datos de observación cada vez más precisos, a la vez que los modelos de predicción climática van mejorando sus cálculos y se convierten en herramientas más fiables. La comunidad científica maneja la información más rigurosa y veraz de la que disponemos a la hora de pronosticar cómo será el futuro clima de la tierra y qué impacto tendrá sobre su medio ambiente y biodiversidad.

Cada año que pasa disponemos de información más exacta sobre la situación de nuestro clima, y de cómo evolucionará durante las próximas décadas. Cómo será dependerá de los escenarios de gases de efecto invernadero, que nosotros los humanos, decidamos tener en la tierra.

 

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