Isaías Márquez
Tarea fina y ardua a afrontar junto con su equipo, herencia del desgobierno chavista, la reingeniería del modelo económico tras poco más de unos 30 años de desplome económico: reactivación de la industria petrolera, del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), de la producción agropecuaria, con miras a restituir salarios e ingresos competitivos, sin el vicio de las bonificaciones con las que ha pretendido sustituirse todo ingreso, así como el valor real, intrínseco y extrínseco de nuestra moneda pulverizada, hoy por hoy, entre otros, por la falta de autonomía del BCV, así como de poco más de unos 25 años de torpezas económico-financieros cargadas desde el régimen del presidente extinto y luego, reformulados por Nicolás Maduro, cuyo laboratorio palaciego de guerra sucia, ya pretende el bombardeo de una candidatura tan digna como la del doctor Edmundo González Urrutia, cuyo proselitismo para las presidenciales 2025-2031 ha iniciado muy oportunamente, desde el 18/5, bajo los auspicios de la lideresa indudable, única y exclusiva de la oposición, señora María Corina Machado; razón por la que debería muy saludablemente, instituir las pautas a seguir para el logro de sus metas presidenciales, así como la escogencia de los hombres idóneos a conformar eventualmente, su gabinete. Y, podría gobernar con o sin militare. Pero, no en contra de estos; error craso de Pérez Jiménez.
Y, como la transición hacia la democracia no sería algo tan sencillo, en virtud de una AN oficialista, también debería pensar en negociaciones posibles, quiérase o no; al menos, por el primer semestre de su mandato. No obstante, estaría la Asamblea legítima del año 2015, la cual preside el diputado Juan Guaidó. Serían comicios de una historia acrática.