María Esther Pinto tiene 65 años y está saludable. Ella vive en Naguanagua y sale a caminar todas las mañanas, tal como se lo recomendó su médico. Pero esta semana, en plena rutina de ejercicio se sintió mal, con la visión nublada y dolor de cabeza repentino. Entró a un comercio cercano y se sentó hasta que se le pasara el malestar. Horas después su doctor le diagnosticó un golpe de calor.
Como ella, son varios los que han padecido los efectos de las altas temperaturas registradas en las últimas semanas en Carabobo. Se conoció que, al menos, dos pacientes diarios acuden a ambulatorios de comunidades de la Gran Valencia con afecciones de este tipo.
Se trata de una situación que se relaciona con la sensación térmica. El analista de gestión de riesgos, Jacobo Vidarte, señaló que, si alguien se expone al sol, sobre todo haciendo alguna actividad física, como las caminatas de María Esther, es probable que sienta un golpe de calor.
“No es lo mismo que yo me pare en la autopista Valencia-Tocuyito, en medio de un campo de fútbol, donde no hay árboles, y ahí voy a tener mayor sensación térmica que si estoy en una zona medianamente boscosa”.
A esto se suma que, si alguien está en su casa o sitio de trabajo con aire acondicionado a 16 o 18 grados, y sale a la calle donde hay una temperatura de hasta 38 grados, es muy factible también que se padezca de un golpe de calor.
Síntomas y recomendaciones para el golpe de calor
No es casual que se haya incrementado el número de pacientes en algunos ambulatorios de la entidad. El médico internista Juan Soler, explicó que, aún sin condiciones de salud preexistente, es normal que cualquier persona se sienta mal por un golpe de calor.
Los síntomas habituales son dolor de cabeza, fatiga, mareos, visión borrosa y, en casos extremos, se puede acelerar la frecuencia cardíaca, además de provocar confusión mental y calambres musculares.
La recomendación del especialista es mantenerse hidratado con entre tres y cuatro litros de agua al día, incluso si no se siente sed: evitar las bebidas alcohólicas y con cafeína, ya que pueden aumentar la deshidratación; vestir ropa ligera y de colores claros que permita la transpiración y refleje la luz solar, y gorras o sombreros para proteger el rostro y el cuello del sol.
Al estar al aire libre, es importante buscar la sombra durante las horas más calurosas del día, generalmente entre las 10:00 a.m. y las 4:00 p.m.
También se sugiere realizar actividades físicas intensas durante las horas más frescas del día, y utilizar bloqueadores solares de amplio espectro con un factor de protección solar de al menos 50, y volver aplicarlo al menos tres veces al día.
Y si alguien padece un golpe de calor intenso, como le sucedió a María Esther, lo ideal es ponerse a la sombra e hidratarse con agua o suero oral hasta esperar que pase el malestar.
No es una ola de calor
Las altas temperaturas en Venezuela no son nuevas. La Organización Meteorológica Mundial registró que julio del año pasado fue el mes más caluroso de la historia, desde que se tienen datos almacenados, en 1880.
Vidarte recordó que de septiembre a diciembre las temperaturas estuvieron por encima del promedio, y lo mismo ocurrió en enero, que estuvo entre tres y cinco grados por encima, en los llanos venezolanos, y entre dos y tres grados más elevados en la zona centro norte del país.
El fenómeno de El Niño, del que ya se tienen 27 episodios desde 1950, comenzó a finales de mayo de 2023 y se mantendrá hasta abril de este año, aproximadamente.
Pero esto no quiere decir que haya una ola de calor. “Eso es algo que debe ser decretado por el ente con competencia en el país, en la zona o en la región… cuando hay unos registros oficiales que duran tantos días, y es comparado con los últimos años de esa misma zona, en la misma época. Entonces, en función de eso, no hay oficialmente una ola de calor en estos momentos”.
Lo que hay actualmente en el país es riesgo de golpe de calor, y es lo que provoca los síntomas que presentó María Esther en Naguanagua, y otras personas en diferentes zonas de Carabobo que han acudido a los ambulatorios con mucho malestar inusual.