El régimen que preside Nicolás Maduro salió nuevamente “raspao” o reprobado académicamente hablando durante el año escolar bolivariano 2017- 2018, ya que incumplieron con los 200 días hábiles de clase, con la alimentación nutritiva y balanceada de los niños(as) y adolescentes, la seguridad alimentaria de los maestros, la provisión de transporte para el traslado de los educadores, y estudiantes, por el deterioro de la infraestructura, pésimo servicio de agua, electricidad, falta de efectivo, inseguridad, deserción escolar y los salarios de hambre, miseria y pobreza que devengan los maestros.
Las declaraciones corresponden al profesor José Miguel Briceño, presidente del Suma Trujillo, filial de Fetramagisterio, quien indico que esto demuestra el rotundo fracaso del socialismo del siglo XXI y el ministro del poder popular para la Educación: Elías Jaua. La meta de cumplir con los doscientos días hábiles de clase quedo muy lejos de la realidad educativa y lo establecido en la nueva Ley Orgánica Educación, articulo 49 porque fue el propio C.N.E el que suspendió abruptamente en tres o más oportunidades las actividades escolares, que sumado a los días que por cualquier evento político partidista originaron más ausentismo sin importar los intereses superiores de la población estudiantil, establecidos en la C.R.B.V y en la L.O.P.N.N.A.
Las fallas constantes en la distribución de los alimentos para los hijos de la patria – prosiguió el dirigente magisterial – causó irregularidad en la asistencia escolar, cuando oportunamente no garantizaban una alimentación adecuada, nutritiva, ni balanceada, en la mayoría de las veces, servían medianamente una ración de comida, sin sal, ni proteínas, sin jugo, ni leche y sin fruta, es decir almorzaban deficientemente violando sistemáticamente lo contemplado en el articulo 30 de la L.O.P.N.N.A, que establece con claridad meridiana, los intereses superiores de los niños (as) y adolescentes de tener un nivel adecuado de vida a través de una alimentación balanceada, nutritiva, de calidad y cantidad.
En el caso de los maestros – especificó – lo que reinó fue la hambruna bolivariana ya qué la hiperinflación socialista del Siglo XXI, pulverizó todo el poder adquisitivo que a duras penas compran dos o tres productos para comer y eso sí madrugan, tienen prohibido vestirse con cierta comodidad, mucho menos disfrutar de un buen esparcimiento, y recreación familiar qué dignamente se lo merecen, así como garantizarle a los hijos y nietos, una educación de calidad para la vida y el milenio. Además de estos atropellos patronales y oficialistas – dijo para concluir José Miguel Briceño – el futuro de la patria recibieron clases en ambientes inadecuados mas el deterioro acelerado de la planta física y la falta de efectivo, lo costoso y pésimo del servicio de transporte, agua, electricidad, internet, inseguridad,, diáspora forzosa, desnutrición y las miserables remuneraciones del magisterio, determinan contundentemente qué la educación empeoró durante este año escolar, de allí qué la calidad educativa, estuvo ausente por la negligencia e ineficiencia, del gobierno bolivariano cómo Estado patrono.