El Gobierno no cumplió con las ofertas de vivienda

Inés Bravo muestra la loza de la casa prometida

No ha alcanzado el presupuesto ni cuando el petróleo permitía que ingresaran a la nación fabulosas sumas de dólares, ni ahora cuando la crisis devora todo lo que tenemos, donde el emblema de las comunidades además de carecer de vivienda, servicios públicos eficientes es el hambre, pues los alimentos no se consiguen y si los hay, es a precios prohibitivos su adquisición, por carecer de dinero las personas de escasos recursos económicos, que sobreviven en medio del sacrificio y la miseria.

Todo esto ha castigado a los vecinos de La Quinta parte alta, perteneciente a la parroquia Granados, municipio Bolívar, donde tanto el gobierno regional como el local que preside José Gregorio Díaz, está divorciado hace tiempo de las comunidades y a estos ciudadanos no les volvieron a ver la cara por el sector, exceptuando cuando hay elecciones que con una sonrisa a flor de labios y el ¿cómo están?,  concurren en busca del sufragio a su favor, para seguir engañando incautos, según lo dijeron Mercedes Nava, Inés Bravo y José Antonio Abreu, vecinos del sector en mención, territorio del municipio Bolívar.

“Hace más de tres años que a Inés Bravo le prometieron la casita donde puede refugiarse con sus niños, le demarcaron el lugar, hicieron la loza, pero todo llegó hasta allí, estas casas nos fueron ofertadas por el CC de la zona Esperanza Nuestra y Fundacomunal, sin embargo, al pasar el tiempo y no continuar los trabajos para la casita que anhelamos, nos dimos cuenta que todo era una promesa, una mentira, oferta que seguro llenará lugares de publicidad en la Gran Misión Vivienda Venezuela, donde tal vez las casas prometidas están ya concluidas y son presentadas en otro lugar de la región y del país, como un logro de la revolución, sin embargo, todo ha sido mentira, como pueden ustedes observar”, dijo Inés Bravo, al mostrar a los periodistas el lugar destinado para la casita.

También mostró Inés Bravo el rancho que le sirve de habitación, donde vive con sus niños, que en estos tiempos de lluvia se han visto en dificultades pues el agua se mete por todas partes, por las paredes que son de caña brava y por el piso, lo que pone en peligro la integridad física de todos, pues en varias oportunidades han buscado refugio en las casas vecinas, pues las corrientes de aguas pluviales que bajan pueden arrasar con todo, y lo más grave, los niños que se refugian al lado de su progenitora, con el pánico que se produce en estos casos.


La necesidad

Inés Bravo sobrevive en precarias condiciones con sus tesoros, cuatro niños en edades de 4 meses, 10, 11 y 13 años, que al igual que ella corren grave peligro por las deplorables  condiciones en que se encuentra el rancho que habitan. Necesitan la casita que les prometieron para resguardarse del sol y el agua que castiga a estos venezolanos de escasos recursos económicos.

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