Griselda Reyes
@griseldareyesq
La incapacidad de quienes administran el gobierno nacional, estatal, regional, es tal, que no pueden ni siquiera ofrecerle a la gente el vital líquido, siempre se dice que el agua es vida, y es lógico, porque la primera recomendación del médico es beber 8 vasos de agua diario, para preparar los alimentos es necesario la utilización del líquido para lavarlos y evitar contaminaciones, y cada ciudadano debe mantenerse aseado, y así evitar enfermedades que pueden contraerse con este tipo de ausencias, lo que determina, que el agua es salud, pues bien, no se entiende cómo que con la promulgación del Decreto Extraordinario N° 6.382 de fecha 15 de junio de 2018, a través del cual se creó el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo (MINEC) y el Ministerio de Atención de las Aguas, creó la reforma de la administración ambiental en el territorio nacional. Es decir, un ministerio dedicado al agua, y en nuestro país hay gente que no tiene ese líquido, y lo expreso con propiedad, en Mérida el gobierno regional administraba por ley la empresa encargada del agua, -Empresa Aguas de Mérida- dicha empresa le corresponde todo lo relacionado al servicio, saneamiento y cobro, pues el ministerio en unas justificaciones absurdas intervino la empresa quitándole al gobernador -opositor- dichas atribuciones, y desde ese entonces se registra en el estado no más de 12 fallas de agua a la semana, donde hay días que los merideños de la capital por ejemplo tienen hasta 48 horas consecutivas sin agua, en una ciudad que le cruza 3 importantes ríos que alimentas el sistema hídrico de la ciudad, el Río Santa Ana, el Albarregas y La Mucuy, y a pesar de ingreso constante de agua, los merideños sufren las consecuencias de la falta del líquido, que vale destacar, desde 1981 que la ciudad no sufría de esa mala administración de servicio y donde las viviendas no están preparadas para atender tantos días sin agua, pero para otros municipios como son Alberto Adriani, Obispo Ramos de Lora y Caraciolo Parra, la suerte es peor, ya que sus habitantes deben pasar hasta semanas completas sin el servicio de agua a pesar de contar con una gama de ríos que pueden cubrir perfectamente la demanda de sus ciudadanos, en el municipio Sucre es dantesca la situación, donde gobernadores de la revolución han proyectado grandes presupuestos sobre el acueducto “La Tostó”, y los vecinos de San Juan y Lagunillas viven sin agua.
Visité recientemente, un municipio muy alejado de la capital, un municipio que es frontera entre Anzoátegui y el estado Bolívar, y muchos sabemos lo que significa vivir en esas condiciones, olvidados por los responsables y no deseados por los otros, pero el problema del agua es fatal, corrijo, no es agua, es barro lo que los habitantes de la Soledad y Mamo, municipio Independencia del estado Anzoátegui, les llega por las tuberías, a pesar de que PDVSA invirtió una cuantiosa cantidad de dinero en la construcción de un acueducto, esto se convirtió en el negocio más nefasto y bajo que se pueda ver, donde mafias, escribí bien, mafias controlan a un municipio que está prácticamente olvidado, pero no conforme del olvido, y sin agua sus habitantes viven bajo el psicoterror de uniformados y los apoyados por los uniformados, donde los habitantes rezan por tener un día más de vida.
Sólo estos dos ejemplos que me acompañan, porque si contamos otros municipios y estados, caso Trujillo, necesitamos más de un año y este gobierno no hará nada por resolverlo, ya que definitivamente no tiene capacidad para atender el problema del agua, mucho menos atender el país.