En opinión de los integrantes de la Corriente Clasista de Trabajadores “Cruz Villegas”, del PCV en Trujillo. La brutal arremetida del sector empresarial, desatada en los últimos días con el incremento abusivo, casi a diario, del precio de los productos alimentarios, medicamentos y demás bienes de uso, no es más que otra de las acciones dentro de la agenda conspirativa, con el afán de acabar con el proyecto bolivariano. Así lo mencionan José Salas, Guillermo Milano y José Matheus, integrantes de dicha organización sindical.
Sostienen los declarantes que toda esa confabulación, ha contado con una delincuencial clase política que mientras promueve y estimula, la agudización del bloqueo financiero, y desata acciones terroristas, contra las infraesructuras de servicios públicos del país. Cínicamente se presenta en escenarios de diálogo con el gobierno venezolano. De allí que consideramos absolutamente desacertado, que se mantengan conversaciones, con unos elementos claramente enemigos del pueblo.
Igualmente condenan y denuncian esta arremetida orquestada por Fedecámaras y Consecomercio colocados a ofensiva de los incrementos diarios del costo de los productos básicos, justificando tales acciones por el aumento del precio de la divisa estadounidense. Todo lo cual ha provocado severas distorsiones en los ya menguados presupuestos familiares, y genera desesperación en las familias, que se ven imposibilitadas de poder adquirir los bienes necesarios para su alimentación.
Precisaron que frente a estas acciones, que las respuestas del Estado han resultado sumamente débiles, porque no es mediante el pago mensual o la asignación eventual de determinados montos en bonos, como se enfrenta esta agresión inhumana.
Tampoco resulta efectivo, con el simple incremento de sueldos, o la venta de bolsas o cajas de comida, cada tres o cuatro meses, como ocurre en Trujillo, y buena parte de estados del país Se hace necesario, y es un reclamo del pueblo, que el peso de la autoridad del estado se imponga. Resulta inexplicable la ausencia de fiscalización por parte de ese organismo llamado Sundde, mientras que en supermercados, abastos y los ahora denominados Mini Market, marcan y remarcan precios casi que por horas.
Exhortaron a los Ministerios de Finanzas, el BCV, a implementar las medidas necesarias, para frenar esa anarquía que hoy existe dentro de la economía venezolana. “Desde el PCV hemos planteado un verdadero proceso de recuperación de las empresas que fueron creadas o negociadas con los privados, y que hoy se encuentran paralizadas, mediante el impulso del modelo de control obrero. No se avanzará en la consolidación de una verdadera soberanía alimentaria.