El Gobierno del presidente Nicolás Maduro liberó y deportó a 59 colombianos que estuvieron casi 3 años tras las rejas acusados de conformar una célula que perpetraría acciones terroristas durante una manifestación opositora en agosto de 2016, informó a Efe la ONG Foro Penal.
«Ya están en San Antonio (del Táchira) y van a la frontera (con Colombia)», dijo a Efe el director del Foro Penal, Alfredo Romero, durante una conversación telefónica en la que destacó que la Justicia venezolana cometió gruesas irregularidades procesales en este caso.
Romero señaló que las liberaciones ocurrieron solo días después de que la alta comisionada de Naciones Unidas para los derechos humanos, Michelle Bachelet, visitara el país y se reuniera con diversos sectores, entre ellos los familiares de los considerados «presos políticos».
También dijo que los liberados eran «simples colombianos», algunos de los cuales hacían vida en Venezuela desde hace 30 años, y que fueron detenidos para «construir una narrativa» de agresión internacional contra la Administración de Maduro.
«Ellos se van y se quedan aquí sus casas, sus familias, porque el que menos tiempo tenía en Venezuela estaba desde 2011», añadió.
Adelantó que serán recibidos en la frontera por las autoridades colombianas, lo que estima sucederá cerca de las 13.00 horas locales (17.00 GMT).
Los colombianos fueron detenidos en Caracas en agosto de 2016 antes de la llamada «toma de Caracas», una manifestación opositora que reclamaba el fin de la aguda crisis que padece Venezuela desde hace más de un lustro.
Maduro acusó entonces a los colombianos, cuyo número inicial de detenidos era de 92, de «mercenarios» y «paramilitares», y de ser parte de un «campamento» instalado a solo 500 metros del palacio presidencial de Miraflores.
Un tribunal de Caracas ordenó en noviembre de 2017 que los colombianos fueran excarcelados, pero la medida no se cumplió y no se explicaron las razones.