Gloria Reinozo. Crónica, feminismo y arte de Mendoza / Por Oswaldo Manrique

Sentido de Historia

 

Hablar de esta connotada educadora, constituye exaltar los valores humanos, la cultura y la historia de Mendoza del Bomboy.

Gloria del Carmen Reinozo Osorio, nació el 12 enero de 1946, en uno de los asentamientos o caseríos más antiguos del valle, como lo es San Pablo -en las riveras del río Bomboy-, de la parroquia Mendoza, municipio Valera,  estado Trujillo. Su padre Carlos Reinozo Labastida, descendiente del fundador de la ciudad de Trujillo, y su madre la señora María Jóvita Osorio; sus hermanos Marlene, Belkis, Dalmi, Alix, Hilaya y Carlos Reinozo Osorio. Su bisabuela Paula Andrade Labastida, casada con el coronel Reyes Rubio,  era la dueña de la hacienda «San Pablo». Aunque en tiempo remoto era lugar de indígenas (la Encomienda San Pablo), alrededor de esta hacienda de caña dulce y trapiche, y los importantes  hatos y criaderos de ganado, como fuente de trabajo, se fue formando dicho caserío, constituyendo y manteniéndose como una importante y nutrida comunidad.

Reynoso, para los primeros tiempos de la Colonia, se llamaba a los que venían del Virreinato de Nueva Granada (hoy Colombia); nombre de esta familia que se formó aquilatadamente en San Pablo de Bomboy. Por información dada por el señor Carlos Reinozo, el primero de su apellido, llegó a estas tierras alrededor de 1700, desde la ciudad de Tocuyo, especie de colono que decidió radicarse en la Cañada de Mendoza, que era un espacio próspero, con agua y buen clima  ¡El hermoso Valle de Bomboy! en las faldas de la Sierra de la Culata, de floración perpetua, mantos fríos de aire puro, virtudes naturales, que agradan la vida de cualquier mortal, en búsqueda de prosperidad.

Su vida y obra destacó en el campo de la cultura, las artes plásticas, las letras y en la educación, en la que su trayectoria por más de 32 años, ha sido objeto de reconocimiento. Al concluir sus estudios en educación en la Escuela de Normalistas de Valera, ingresó al campo de la docencia, dando clases en Cuicas, Escuque y estuvo muchos años en la Escuela Padre Rosario, en la población andina de Mendoza. El carácter amoroso, entusiasta y comunicativo en su labor, dejó una hermosa y profunda huella en el espíritu de los que tuvieron la dicha de recibir sus enseñanzas.

Así, la maestra Gloria o la directora, como entonces le decían sus alumnos, marcó de fervoroso patriotismo, de admiración y pertenencia a este valle trujillano, de valores como el esfuerzo y estudio, de respeto y reconocimiento a sus héroes, de una innegable sensibilidad cívica, y de servicio a su comunidad.

Gloria del Carmen Reinozo Osorio, la letra feminista

Vinculada al campo de la educación, la cultura, la historia y al mundo intelectual, hizo gala de su exquisita prosa en diferentes escritos y crónicas de su pueblo, sin embargo, es interesante su trabajo muy bien argumentado en el que afirmó el papel de la mujer, indisociable de la lucha diaria de los pueblos, una especie de discurso cultural-feminista, que indica que las luchas sociales e históricas tienen una presencia vital de ellas, sin excluir ninguno de los estratos de la región.

Al salir de sus ocupaciones en su escuela, lugar de vida, a la maestra Gloria le alcanzó el tiempo para pensar y escribir sobre destacadas mujeres de su localidad, que conoció y trató muy cerca, material que sería conveniente recopilar y difundir. Hemos leído:

¿Quién fue la profesora Aura Briceño Monreal?
Despedida a la profesora Arminda Elena Valera de Mejía, 1995. 
Biografía de Paula García Rivas de Linares.
Añoranza de mi terruño natal (San Pablo de Bomboy).

Alguien escribió que, conocer su historia de vida, es como retrotraerse a la Mendoza mestiza, en su rica cultura y costumbres, pueblo este «plasmado en la personalidad de esta maravillosa facilitadora, quien ha contribuido al desarrollo de su formación y a la reconstrucción de su identidad local»; indudablemente la maestra de cronistas.

Sobre Antonio Nicolás Briceño

De su modo de enfocar la historia local, no puedo dejar de mencionar su apasionado culto a ese Capitán de Libertadores como fue Antonio Nicolás Briceño «el Diablo», cuyo rol en la guerra independentista, jugó un verdadero papel transformador de la conciencia americana: la maestra Gloria, dedicó parte de su labor de cronista a este héroe incomprendido y obviado por la antigua y la actual «Ciudad Letrada».

En su entusiasta defensa del excepcional héroe andino, la buscaban investigadores e historiadores en su casa, que se acercaban a recorrer los predios de los Briceño patriotas, los del padre Rosario, sus tierras, sus casas, los restos del trapiche, el templo San Antonio Abad, el Museo, la Casa Carmania, los visitantes vivían la emoción con la que la maestra Gloria, les explicaba las ideas, detalles y costumbres de estos héroes.

En una oportunidad, la maestra Gloria recibió una carta, específicamente con fecha 5 de mayo de 2010, del investigador Miguel Mora, desde el estado Aragua, que pesquisaba sobre la historia de los pueblos coloniales andinos, de cuyo texto transcribo lo siguiente: «estoy entonces amistado con una patriota, con una persona que conmovida por la historia de su pueblo, de sus héroes y heroínas, está dejando como legado una síntesis encantadora plasmada en los símbolos de la patria chica»; más que una carta, esto es un agradable reconocimiento a esta cronista.

A este investigador, a quien Gloria le expuso ampliamente el tema, que le apasiona: «el prócer inmortal, el incomprendido luchador que le correspondió la tarea de impulsar contra toda idea pesimista sobre el destino de la Patria, el Decreto de Guerra a Muerte»; como una manera de retribuir esos datos históricos, le escribió al final lo siguiente: «aceptando tu amable gesto de cooperar con este andino que consiguió en Antonio Nicolás Briceño, una inspiración en el ambiente bicentenario de la Guerra a Muerte, es justicia enaltecer lo humano del personaje, del héroe Mendocino, si este es el mejor gentilicio, aunque lo veo más trascendente que simplemente local»; esto, describe en parte la labor desplegada por la hoy desaparecida reivindicadora de la historia y cultura de Mendoza.

En el año 2000, Gloria Reinozo, la amante de la estética y la belleza, historiadora y artista plástica, ganó el concurso como autora de la bandera del municipio Valera, que fue presentada y celebrada en los actos de los 180 años de la elevación de esta urbe a parroquia eclesiástica.

Oda a su pueblo San Pablo Apóstol

Fue una preocupada residente de su municipio, y particularmente del lugar donde nació.  Escribió un sentido homenaje a su lar nativo, del cual compartimos lo siguiente: «Añoranza de mi terruño natal. Tu nombre emerge de San Pablo Apóstol, nombre que solo puede compararse con una melodía celeste arrancada a las cuerdas sutiles de un arpa de oro admirablemente labrado por la mano límpida y pura de Jesús»; le imprime más belleza con su cristianismo militante.

El siguiente trozo, describe con propiedad y conocimiento, junto con el cuido de su expresión: «San Pablo caserío esmaltado en la fina tercitud de esta página que te escribo…tus floridos campos donde las mariposas dibujan el arco iris más sublime y enternecedor envolviendo de éxtasis a tus caseríos Scarandy, el Alto de la Cruz y San Lorenzo»; aquí encontramos evidencia de un alma de alta sensibilidad, la de poetisa.

El lugar de sus más recónditos recuerdos, lo revela así: «San Pablo, yo saboreé la miel y caña de tus trapiches, yo libé la espuma de tu guarapo cuando emergían producción, la calidad de tu panela fue orgullo de los coterráneos, Sanpableros, tus verdes cañaverales, tus lindos sembradíos, tu ganado porcino, caballar, mular, caprino ¿Quién lo extinguió? ¿Qué han hecho de ti, mi lar amado? Hoy tienes nuevos dueños, extraños moradores que te han convertido en una masa de concreto…¡Oh, San Pablo! nada o muy poco queda ya de tu trapiche, mi dolor es silencioso, y solo me queda para ti un eterno homenaje de ternura, remembranzas y cariño«; una especie de reclamo ambientalista.

Su religiosidad mariana, también la expresa: «Quiero volver a ver la Divina Madre de Lourdes en la gruta donde un día la entronizara Doña Delia Terán, cómo sueño con sus alegres ojos» (Reinozo, Gloria. Añoranza de mi terruño natal. Original en papel. S/F).

Mi agradecimiento a Carlos Reinozo, músico, hermano de la profesora Gloria, por su deferencia en prestarme los trabajos de ella, información de prensa, así como, por la imagen de su hermosa pintura de San Antonio Abad.

La profesora Reinozo, murió en Mendoza,  el 30 de noviembre de 2019, en medio de la veneración y tristeza de sus paisanos, alumnos y colegas, quienes le rindieron honores alrededor de su féretro, llevado al templo San Antonio Abad, y posteriormente acompañando sus restos hasta el lugar de sepelio.

 

 

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