La psicóloga y neurocientífica brasileña, Rosana Alves, participó hace poco días en una edición del programa
¿Cómo considera la ciencia a la Oración?
-La oración, y esto está científicamente comprobado, funciona en una región de nuestro cerebro, que es el sistema límbico, específicamente en la región mesolímbica, y allí libera sustancias muy importantes que nos brindan un sentido de pertenencia, mejora nuestra autoestima y nos hace sentir muy bien. Según Rosana, la oración tiene, sobre todo, un sesgo terapéutico, debido a su propuesta que es llevar al ser humano a abrir su corazón ante alguien en quien confía tanto y considera tener el poder de ocuparse de sus aflicciones, para aliviar las tensiones.
Desde ese punto de vista, ¿qué propósito tendría la Oración como medicina para el alma?
“El propósito de la oración es abrir nuestro corazón como se abre a un mejor amigo o cuando vamos a una sesión de terapia, ¿qué queremos? Contar lo que sucede en nuestro corazón, con la certeza de que hay alguien allí para escucharnos, que no solo nos escuchará, sino que también nos dirá una mejor manera de avanzar, una nueva forma de pensar y enfrentar nuestros problemas. Cuando abrimos nuestro corazón a Dios, eso es exactamente lo que está sucediendo. Puedo decir esto como profesional, pero principalmente como cristiana: no hay mejor psicoterapia en el mundo que la oración, porque cuando me arrodillo ante Dios, estoy diciendo ‘Señor, tengo mis debilidades y creo que el Señor puede resolverlas todas’. Y Dios puede resolverlo», explicó.
¿Científicamente de que se habla ahora al mundo, al creyente?
-Hablamos de una enseñanza de la oración real de entrega a Dios en un mundo en el que el perfecto maestro ; el perfecto psicoterapeuta es tan solo un pensamiento aún no concebido. En nuestro caso, hablamos de lo que se puede hacer para ayudar a los creyentes o no dentro de los límites de lo posible. Dios Mismo le ofreció a Jesucristo como salvador de este mundo.
Fuente: AcontecerCristiano.Net