Por: Jorge Juárez Ruiz
“Las personas sin conocimiento de su pasado, su origen y su cultura, son como un árbol sin raíces” (Marcus Garvey).
En marzo de 1945, la Segunda Guerra Mundial estaba llegando a su fin. Los ejércitos aliados avanzaban por Europa, mientras que los bombardeos sobre Japón se intensificaban. La situación en marzo de 1945 incluía el avance hacia Alemania, el cruce del río Rin, ataques aéreos sobre Tokio y la creación de la Liga Árabe.
También en marzo de 1945 Se funda la Sociedad Venezolana de Cirugía. Su primer presidente fue el Dr. Domingo Luciani.
Ese mes de marzo de 1945, concretamente, el día 19, nacía JOSE LOPEZ, En la población de Pampanito, hoy municipio autónomo, anteriormente, fue municipio del Distrito Trujillo hasta 1987.
José López, o sencillamente, López para sus amigos, Hijo de Zenón Barreto y María Hilda Lucia López Morón, era el cuarto de 6 hermanos (Carmen, Rosalía, Pompilio, José, Enrique (+) y Mireya.
Aún no sabe a ciencia cierta, porque no llevó el apellido de su padre: “me llamo José López, así a secas”, refiere José cuando piensa en su identidad.
El Destino lo trajo a Carvajal
Por azares del destino, debió ser trasladado de un lado a otro en los primeros años de infancia,
– “De tan solo dos años me llevaron a la Chapa, a casa de mi tía Ana Barreto, a una hacienda de café, allá me estuve un tiempo y a los 4 años de edad, me llevaron nuevamente a Pampanito, a la casa de Juana Delgadillo donde hacían el velorio de la Cruz de Mayo. Recuerdo vagamente, las calles de piedra de Pampanito, solo 2 calles, una para entrar y otra para salir, también recuerdo una gran panadería cerca de la Plaza, pues allí nos compraban el pan y el biscocho que era lo que más me gustaba”.
Un año más tarde, José López quedó huérfano de padre. Por lo cual, debió ser llevado a Maracaibo.
-“Nos ubicaron en la Limpia, cerca del sector Santa María, nos fuimos todos junto a mi madre, a vivir con mi hermana Rosalía, permanecimos un año en aquella ciudad y nos trasladamos más tarde hasta Lagunillas, en donde estuvimos durante cuatro meses, el calor era insoportable en aquel lugar y pasamos muchas necesidades.
Es entonces, cuando junto con su madre y algunos hermanos, se trasladan hasta Carvajal, contaba con siete años de edad, corría el año 1953, cuando llega a esta tierra de las cocuizas y desde entonces se considera un Carvajalense más.
– “Llegamos a una casita construida a un costado del terreno de Don Adelmo Juárez, más arriba del “Pozo del Pescao” (cerquita de lo que se conoce como el sector La Guafa), propiedad de Don Juan Hack, era una casa muy humilde, pero cuando llovía se mojaba completamente”, “recuerdo que recién llegado fui a hacer un mandado en la calle principal y otro muchacho del sector de nombre Pedro Borjas (le decían King Kong), que era hijo del difunto Pedro Borjas, quien trabajó durante años como Fiscal de Transito; aquel muchacho se me acercó y como no me conocía quiso buscarme pleito, entonces me zampó una cachetada y como yo no era peleador, salí corriendo para la casa. Después cuando me tocaba hacer los mandados caminaba hasta Cuatro Esquinas, allí habían varias bodegas: La de Carmelo Juárez, la del Sr Silva y la de Emilio Barrios. Después hice las paces con Pedrito Borjas y nos hicimos grandes amigos”.
Sus Primeras Letras
-”las primeras letras las aprendimos en la casa, con mi mamá, luego entramos en la escuela, aquí cerquita, a estudiar 3er grado en la escuelita de Doña Libia Cestari, excelente educadora, que de vez en cuando, se apoyaba en la ayuda de la regleta para poder educarnos, más tarde me inscribieron en la escuela María Dolores de Araujo, allí cursé hasta sexto grado, fueron algunas de mis maestras Doña Hilda de Marín y la maestra Electa”.
Amante del Deporte
Sabiendo que en Carvajal, en todas las épocas han existido excelentes deportistas y algunos muy versátiles, es decir, que han practicado diferentes especialidades deportivas, le pregunté a José si había practicado deportes cuando joven? el amigo López, se apresura a responderme: –“Si me gustaban los deportes, participé en varias ocasiones en maratón, también me gustaba ir a entrenar boxeo en el Gimnasio del Bolo, aunque oficialmente, no realicé ninguna pelea. Ahora bien, El deporte en que participé más activamente fue en el ciclismo. Me gustaba el ciclismo y lo practiqué en forma organizada, formé parte de viarios equipos: Flor de Patria, La Singer, el M.O.P., Corrí en tiempos de grandes ciclistas: Vicente Laguna, Vicenzio Rivas, Luis Umbria, entre otros”.
Cuando le pregunté acerca de las competencias en que participó, humildemente me respondió:
–“tampoco es que fueron muchas, Logré representar a mi estado en varios zonales de Ruta acá en Trujillo, con la participación de ciclistas de Zulia, Lara, Táchira y Mérida, además corrí en varios clásicos al Valle de Motatán que eran los favoritos de la fanaticada para aquel entonces, igualmente, competí en un clásico denominado Vuelta a Peraza, en otra ocasión, participé en un clásico de Valera a Santa Apolonia, que lo gané por cierto, me dieron una caja de maltas como premio, ah rigor, eran otros tiempos”.
-“Además, participe en dos Vueltas a Venezuela, una en el 68 si mal no recuerdo, pero me vi obligado a abandonar en la segunda etapa, justamente en el Velódromo Teo Capriles, en Caracas, me dio un resfriado muy fuerte con fiebre y malestar, que no me dejó seguir”.
Para José López, 1970 fue el año en que tuvo mayor participación en competencias ciclísticas y donde obtuvo un mejor desempeño, paradójicamente, ese mismo año y como consecuencia de un estrepitoso accidente en una etapa de la Vuelta a Venezuela (de Biscucuy-Valera), se retira de la misma con una grave fractura en una pierna.
-Me conto José: “Esa etapa fue ganada por Luis Villarroel del equipo de Carabobo, nunca se me olvida”. Lamentablemente, esa terrible lesión lo retira definitivamente del ciclismo, cuando atravesaba su mejor momento.
Nos refiere José López, que el club de ciclismo que mejor le atendió fue el equipo del M.O.P (Ministerio de Obras Publicas), que para asegurarlo dentro de sus filas, le incluyó en la nómina como Ayudante de Herrería, asistente de otro Carvajalense, el Maestro Luis Castellanos (El Violín de Oro), que era el Herrero Oficial.
-“Allí estuve más de 15 años, pues, me sentía muy a gusto, porque nos daban permiso para entrenar y hacer nuestra carrera deportiva”.
En el Filo se quedó
José López había contraído matrimonio con la Señorita. María Auxiliadora Viloria, el 28 de Octubre de 1967, con quien procreó tres hijos: Wislocky (Willy), Marianella y Mauren López Viloria. Recién casado vivió en Campo Alegre, en el Sector el Limón. El siguiente año 1968, compran una casita en el Filo de Carvajal a donde se mudan definitivamente, al respecto nos comenta el amigo José:
-“El Filo parte Alta, no era como ahorita, habían muy poquitas casas y muchos árboles frondosos, no existía la actual carretera asfaltada, en ese entonces era prácticamente una “pica”, un camino rudimentario, de tierra colorada y resbaladizo, al que de vez en cuando le regaban agua de asfalto,”
Trabajo y Mas Trabajo
Una vez que se retira del ciclismo a fines de 1970, también decide dejar su trabajo en el M.O.P., un tiempo después consigue ingresar en una prominente compañía privada dedicada a la construcción, incluyendo algunas obras públicas, me refiero a la Empresa Vincler, C.A., allí se desarrolla como “Soldador”, permaneciendo en la misma durante casi 20 años.
Con lo que le dieron de arreglo en la Vincler, compró dos camionetas, una de ellas era una buseta y se hace socio en la Línea Valera Carvajal, además, construye su propio taller a un lado de su casa y se dedica a realizar trabajos diversos: Herrería, reparaciones y mantenimiento de equipos, eventualmente mecánica (tren delantero de vehículos).
En resumidas cuentas
Definiríamos a José López como un trabajador incansable, además de ser creativo, ingenioso, batallador, de esos seres que le sacan punta a una bola de billar, de los que no se dejan avasallar por las adversidades y se niegan a dejar una tarea a medias, solidario y colaborador, espontaneo y directo al hablar. A sus 80 años, sigue de pie y todavía le falta tiempo, siempre anda buscando algo que hacer.
Escrito por: Jorge Juárez Ruiz.
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