El poderoso afán de la humanidad por mostrarse fuerte y avasallante ha privilegiado la balanza hacia lo grande, lo inmenso, hacia la cantidad… Una pretensión por imponer una visión del éxito basada en el poder mediante los manejos de las masas, sin rostro, anónimos y siempre dispuestos a legitimar o avalar las aspiraciones personales y utilitaristas de algunos.
Esta visión monopólica y engañosa del protagonismo, disfrazada de democracia participativa, ha sido utilizada por muchos centros de poder o regímenes autoritarios, para legitimar inmorales violaciones de derechos humanos. Es así, como muchas víctimas de este maquiavélico manejo comunicacional, hundidas en la miseria y el abandono, se sienten “protagonistas” porque los nombraron “jefes de calle” o coordinadores de algún CLAP, mientras los enchufados o jerarcas del régimen dictatorial, siguen llenándose el bolsillo con escandalosas cantidades de dólares y destruyendo al país en nombre de todos los venezolanos.
En estos casos, el régimen procura ocupar todos los espacios de participación ciudadana, recurriendo a sus prosélitos mediante las estructuras político- partidistas llamadas Claps, misiones… utilizando para ello la manipulación con la entrega de asistencia (bolsas, comida, medicina…) . Algo que por constitución corresponde al estado como lo es garantizar todos los derechos a los venezolanos se ha traducido, ahora, en una especie de alcabala que hay que pagar con sumisión y servilismo. Realmente produce tristeza observar que aún, algunos compatriotas – cada vez menos – se prestan para ser utilizados como punta de lanza para promover y defender un régimen que los mantiene sumidos en la más inmoral y vergonzante pobreza.
LUCES DE ESPERANZA
Pero no todo es desesperanza y sumisión. En medio de este contexto tan abrumador, cuando pareciera que todas las puertas del desarrollo y la democracia se han cerrado, ha ido surgiendo una bocanada de aire puro en las comunidades. Desde hace tiempo ha venido desarrollándose en Venezuela muchas iniciativas de organización comunitaria que han puesto su énfasis en hacer de la comunidad el lugar más indicado para construir participación, protagonismo y democracia.
Vecinos de la comunidad que se han ido empoderando de sus derechos. Hombres y mujeres que se han quitado la venda impuesta por la fallida y decepcionante revolución. Ahora, promueven espacios autónomos, participativos y democráticos desde donde se organizan para exigir al estado que cumpla con sus funciones constitucionales. Espacios que no dependen ni surgen de ningún partido o del régimen mismo.
La gente ha ido redescubriendo su enorme potencial como ciudadanos. Están concientes que corresponde al estado cumplir con los ciudadanos. En la actual situación claman por un cambio político que conlleve a la reconstrucción de un estado verdaderamente democrático y eficiente.
Son personas que no se han paralizado en la espera de un mesías que les cambie la situación. Saben que hay muchas cosas en el ámbito nacional político, económico y social que hay que cambiar pero sobre la cuales no tienen control. Pero, igualmente, saben que hay muchas cosas que se pueden hacer en la comunidad utilizando los propios talentos en la formación y exigibilidad de derechos, iniciativas de ayuda humanitaria, economía social, acciones de resiliencia solidaria….que producen un alto nivel de motivación y compromiso. Se proponen objetivos y metas logrables. Poco a poco se han ido ganando el respeto y reconocimiento de la mayoría de la comunidad. Son comunidad organizada que educa y se organiza para bien de toda la comunidad. ¡Qué más expresión de democracia que esta!
En estos espacios, como muy bien lo refiere el Doctor Eladio Muchacho, se construyen con conversaciones edificantes y esperanzadoras. Se edifican narrativas inclusivas en las que la persona es el centro del todo el quehacer. Hablamos para construir un mundo nuevo desde el centro de operaciones más importante: la comunidad.
Es así que con toda esta práctica socio comunitaria se están creando modelos de desarrollo local importantes. Referencias pedagógicas y metodológicas para promover procesos de empoderamiento ciudadano teniendo como centro y objetivo el valor de la persona y sus derechos en una sociedad necesariamente democrática y participativa. ¡Solos no podemos, juntos, nos animamos!
Lic. Antonio Perdomo
Educador Comunitario