Gal Gadot: Quizá en 30 años me dé cuenta de lo que logré con Wonder Woman

Madrid, 15 dic (EFE).- El Atlético de Madrid confirmó el trámite ante el Servette suizo y selló con facilidad el pase a los octavos de final de la Liga de Campeones con un triunfo por 5-0 encauzado por la colombiana Leicy Santos y la venezolana Deyna Castellanos. Los goles de las americanas en la primera mitad acabaron con cualquier esbozo de intento de milagro del conjunto suizo, que pese a viajar a Alcalá de Henares con un déficit de dos tantos tras el 2-4 de la ida salió con la intención de plantar batalla, pero se quedó en eso, en un intento. Las pupilas de Dani González, muy firmes, demostraron que no iban a permitir alegría alguna a su rival, y no tardaron en comenzar a crear peligro por medio de la brasileña Ludmila da Silva y la alemana Turid Knaak, que envió un balón al larguero. Justo después, a los 14 minutos, un saque de esquina botado por Deyna Castellanos fue rematado sin parar por Leicy Santos. El 1-0 amainó la fogosidad del equipo de Eric Severac, cuyo esfuerzo fue insuficiente ante un Atlético superior, que cerró la eliminatoria justo antes del descanso gracias a un centro desde la derecha medido de Knaak remachado por la venezolana. Fue hasta un escaso premio a la vista del importante número de ocasiones que tuvieron las rojiblancas. Dani González vio la situación clara. Ante la inminencia del derbi liguero ante el Real Madrid del sábado, incluso se permitió dar descanso a Ludmila da Silva y la dejó en el vestuario en el intermedio. No tardó en hacer lo propio con Silvia Meseguer, Deyna Castellanos y Alia Guagni, que se retiraron cerca de la hora de partido. Mientras, el Servette, con todo perdido, decidió echar mano de orgullo para despedirse de su estreno en Champions con mejor sabor de boca y, ante una cierta falta de concentración atrás de las rojiblancas, incluso mandó un balón al palo de la meta de la francesa Pauline Peyraud-Magnin. Pero otro córner, botado por Leicy Santos, permitió a la defensa francesa Aissatou Tounkara marcar de cabeza el tercer tanto atlético, y dedicarlo a su madre, recientemente fallecida. Leicy Santos siguió siendo el faro del juego equipo madrileño. Con su dinámica, control y manejo, guió a sus compañeras a un final plácido, adornado con nuevos goles de la inglesa Toni Duggan y Amanda Sampedro, que refuerzan la confianza para llegar otra vez lejos en el torneo continental (la pasada edición cayó en cuartos ante el Barcelona) y encarar con más optimismo el derbi tras inesperado tropiezo contra el Madrid CFF. - Ficha técnica: 5 - Atlético de Madrid: Peyraud-Magnin, Laia Aleixandri, Tounkara, Van Dongen, Guagni (Bernabé, m.59), Knaak (Elena Martínez, m.74), Meseguer (Moore, m.59), Leicy Santos, Amaia Sampedro, Deyna Castellanos (Duggan, m.59) y Ludmila da Silva (Laurent, m.46). 0 - Servette: Thalmann, Soulard (Di Pasquale, m.83), Abbe, Hurni, Spalti (Tufo, m.46), Lagonia, Maendly, Paula Serrano (Gillioz, m.74), Arfaoui (Fleury, m.67), Sarrasin y Marta Peiró (Dumauthioz, m.83). Goles: 1-0, M.14: Leicy Santos. 2-0, M.45: Deyna Castellanos. 3-0, M.62: Tounkara. 4-0, M.72: Duggan. 5-0, M.93: Amanda Sampedro. Árbitra: Frida Nielsen (DEN). Amonestó a Spalti (m.12), Sarrasin (m.16), Laurent (m.47), Tufo (m.58) Incidencias: Partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Liga de Campeones femenina disputado en el centro deportivo Wanda de Alcalá de Henares a puerta cerrada.

Los Ángeles (EE.UU.), 15 dic (EFE).- Ningún enemigo ha sido tan temible para Wonder Woman como la pandemia. Tras retrasar su estreno en tres ocasiones, Gal Gadot presenta por fin «Wonder Woman 1984» y admitió a Efe que todavía no es consciente del icono feminista en que se ha convertido este personaje para millones de personas.

«Con la perspectiva del tiempo, igual dentro de 30 años, echaré la vista atrás y diré: ‘Oh, eso es lo que logré'», ironizó.

Afortunadamente, solo habrá que esperar hasta el día de Navidad para «Wonder Woman 1984», de nuevo con Patty Jenkins a los mandos y que llega acompañada de polémica debido a la decisión de Warner Bros. de estrenarla a la vez en las salas y en la plataforma HBO Max (tanto Gadot como Jenkins han apoyado esa controvertida solución).

Esta nueva película cambia la I Guerra Mundial de «Wonder Woman» (2017) por unos años 80 de gloria eterna al consumismo y reverencia sin condiciones al individualismo, donde Diana Prince (Gadot) lleva una vida relativamente discreta.

Pero su panorama cambia de arriba abajo cuando se cruzan en su camino un villano muy «reaganiano» (Pedro Pascal), una amiga atravesada por la envidia (Kristen Wiig), y algunos recuerdos dolorosos del pasado.

 

Pregunta: Ha sido un año muy loco para «Wonder Woman 1984»...
Respuesta: ¡Uf! Sí… (sonríe).

P: ¿Cómo lidió con tantos cambios, retrasos y rumores?
R: ¿Sabes? A veces en la vida hay diferentes prioridades. Creo que en el momento en el que la pandemia golpeó al mundo eso fue la cosa más importante con la que lidiar. Tuvimos que retrasar y retrasar la película por eso, pero lo más importante era mantener a la gente sana y salva. Es lo que hay.

P: En «Wonder Woman 1984» vemos a una Diana Prince más humana y menos perfecta.

R: Desde luego. La primera película era el nacimiento de la heroína, era Diana Prince descubriendo sus poderes y su fuerza y convirtiéndose en Wonder Woman. Entonces estaba en una perspectiva completamente diferente a la de la humanidad.

En cambio, en esta cinta está más informada, tiene experiencia y entiende las complejidades de la vida. Ha estado durante décadas y décadas sin tener ningún amigo alrededor.

Y ahora estamos en los años 80, pero no tiene ningún amigo porque no quiere que nadie sepa que es inmortal, que no envejece y no quiere experimentar la pérdida de nuevo. Tiene una misión específica que es el progreso de la humanidad. Pero ahora además comparte la perspectiva de los seres humanos y sufre con las mismas cosas con las que sufrimos todos.

Así que, como actriz, lo que me gustó de Diana en esta película es que tuve mucho margen para interpretar a un buen personaje, que, sin embargo, está muy muy lejos de ser perfecta.

P: ¿Qué hace que Pedro Pascal y Kristen Wiig sean ideales como enemigos de Wonder Woman?

R: Son perfectos por muchas razones.

La primera es que claramente son intérpretes súper talentosos. La segunda es que creo que sus personajes no son simplemente malos y malvados, que no es como blanco y negro: sus personajes son mucho más complejos.

Todos podemos identificarnos con sus personajes: hay una ambivalencia ahí. Y eso hace que tengas también algo de empatía por un villano, algo que no estás acostumbrado a sentir por un personaje malvado en las cintas de superhéroes. Así que pienso que el modo en que han moldeado sus personajes en historias es súper rico e inteligente.

 

EL PESO DE UN ICONO

P: Diana Prince ya era un personaje muy famoso antes de la primera película, pero después del éxito de esa cinta se convirtió en un icono muy importante para las jóvenes y para el feminismo. ¿Se siente abrumada en alguna ocasión por personificar un rol así?

R: Uf… No sé. Quiero decir, ¿quizá algunas veces? (sonríe).

Pero creo que tengo como un atraso para darme cuenta de lo que estoy haciendo, el alcance de lo que hago, cuánta gente puede reconocerme… Simplemente no pienso nada en eso.

Creo que, con la perspectiva del tiempo, igual dentro de 30 años, echaré la vista atrás y diré: «Oh, eso es lo que logré». Pero ahora mi cerebro no tiene la capacidad de entenderlo (sonríe).

 

P: Ha hecho dos películas con Patty Jenkins y tienen ideas para otros proyectos (como una nueva versión de «Cleopatra»). ¿Por qué Jenkins es tan especial para usted para haberse convertido en una compañera tan cercana?

R: Lo primero es que tenemos una química genial y nos adoramos totalmente la una a la otra, nos queremos.

Creo que las dos tenemos la misma intención en todos los frentes del trabajo: sobre los personajes, sobre cómo aspiramos que se sienta el público… Tenemos mucho en común.

Se ha convertido en una de mis mejores amigas y creo que es una de las pocas personas que puede entender y comprender por lo que paso, ya que las dos estamos juntas en esto. Con la primera película teníamos las de perder y nadie sabía realmente si podríamos conseguirlo, pero nosotras estábamos juntas creyendo en esa película y lo logramos juntas.

David Villafranca

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