Fundación Yo Por Trujillo realiza jornada de ayuda a 50 familias

Este viernes Trujillo capital amaneció soleado, a pesar de haber sido una semana lluviosa y torrentosa, durante este día hubo un clima despejado, lleno de buen ambiente, ideal para arropar las buenas acciones de la fundación Yo Por Trujillo; este grupo de jóvenes se encargó de proveer a 50 familias necesitadas con alimentos esenciales, regalando sonrisas para alegrar sus rostros en medio de esta fuerte crisis económica que atraviesa el país.

Dicen que durante los tiempos más difíciles es donde se ven las verdaderas intenciones de las personas; esta fundación sin fines de lucro, llamada Yo Por Trujillo, lleva poco tiempo en las calles, pero su trabajo ha sido ejemplar, y durante la pandemia no han parado de ayudar a los más necesitados.

 

Entregas de bolsas de comida

La jornada empezó a las 9 de la mañana y terminó pasadas las 3 de la tarde, se hizopor varios sectores del municipio Trujillo, siempre buscando a los más desfavorecidos, entregando 50 bolsas de comida por las casas de San Jacinto, Timirisis, Valle frio, La Guaira, Don Tobías y la Mirabel.

El contenido de la bolsa era de medio Cartón de huevos, al igual que un kilo de Azúcar, acompañado de granos, pasta, sardinas, harina y arroz; la alegría de la gente era palpable y se mostraron muy receptivos por el apoyo; para los voluntarios fue una actividad muy gratificante.

 

Una experiencia única

Para toda la sensación de estar ayudando no tiene precio, María Flores, se estrenó con esta jornada “me sentí muy bien, está integrada por gente maravillosa que quiere ayudar a otras personas sin recibir nada a cambio”.
“Aquí aprende hasta el más duro a expresar sus sentimientos, las lágrimas, bendiciones, risas, y caras de sorpresa, es algo que te llena como ser humano; y recibir ese, Dios les pague , es algo increíble que te eriza la piel y te incentiva a querer ayudar a muchísimas personas” expresaba con emotividad otra voluntaria de la fundación.
Fundación Yo Por Trujillo.

Dilcybeth Araujo, psicólogo clínico y presidenta de la fundación, recuerda sus pasos, empezaron con 5 voluntarios y hoy en día después de casi dos años ya son más de 40, siempre con la voluntad de ayudar a las personas más vulnerables y que están en una situación de precariedad, dando el ejemplo de hacer las cosas más nobles por su estado.

El principal incentivo es ver la alegría y la gratitud que muestran estas personas al recibir estos donativos, “ahí nos damos cuenta que de verdad Dios existe y no nos abandona” comenta; además recalca que la experiencia y la satisfacción, llenan sus almas al aportar ese granito de arena a los más desfavorecidos.

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