La Fundación para el Desarrollo de la Cultura con el apoyo del Dr. Jacob Sénior y los aportes de Aura Salas Pisani, y luego Ivetta Hidalgo, fueron claves en el maravilloso trabajo mancomunado de un valioso de grupo de jóvenes y organizaciones que lograron ubicar la cultura en un lugar privilegiado. Fueron sus años dorados.