En la historia contemporánea de la ciudad, ha habido instituciones ya sean públicas o privadas, que por años lograron realizar una labor encomiable en pro de la cotidianidad de Valera, en favor de sus habitantes, de sus costumbres, de su ambiente, de su quehacer diario. Instituciones o como se les quiera llamar que tenían sus objetivos claros, bien definidos, con una planificación acorde a las circunstancias y enfiladas para hacer de Valera una mejor ciudad, un mejor habitad para quienes a diario la transitan, para quienes siempre han soñado un mejor lar para su existir.
Una de esas tantas organizaciones y que se empeñó en trabajar con un sector, pero en favor de toda la colectividad valerana, dicha organización se esmeró por la difusión de la cultura en sus diversas manifestaciones, contribuir con la defensa del acervo histórico, apoyar a través de subsidios a todas aquellas agrupaciones culturales que desarrollan actividades creativas en barrios, pueblos, casas de cultura, centros educacionales, etc. Hoy hablamos y recordamos el impulso que dio y dejó en favor del aspecto cultural municipal, la Fundación para el Desarrollo de la Cultura y Acervo Histórico del distrito Valera, la cual según los datos encontrados, dicha organización se crea en el año 1982, un 15 de abril le abrió sus puertas para impulsar el acontecer cultural del entonces distrito Valera, y que tuvo como primer presidente a la noble educadora Aura Salas Pisani, y contó con el gran respaldo y apoyo del Dr. Jacob Sénior, gran impulsor de la cultura.
Hoy 37 años más tarde debemos recordar que la misma nace con el propósito de lograr el rescate de instalaciones culturales a través de la implementación de programaciones educativas, difusión del área de cine-club como elemento de formación cultural, conmemoración de fechas históricas para la patria, contribuir con la capacitación del trabajador de la cultura con la implementación de talleres de formación, apoyar a todas aquellas iniciativas que contribuían al desarrollo de la cultura popular (música, danzas, teatro, títeres, pintura, canto, creatividad infantil, etc.).
Lo realizado por la Fundación de la Cultura y Acervo Histórico, fue una labor constante llena de infinitas actividades que como hemos dicho siempre fueron para el beneficio de nuestra urbe, de su gente y de sus cultores.
El momento es propicio para recapitular y decir que gracias a esas gestiones, se constituyeron grupos como: «Cantos de un pueblo” de excelentes expresiones musicales. El empeño y constancia los hizo anclas en el corazón de toda la comunidad, la calidad fue su tarjeta de presentación.
Eficaz gestión
La fundación se convirtió en un gran impulsor en el campo de la cultura y el arte popular, gracias a su eficaz gestión, se logró luego de mucha lucha que los grupos culturales pudieran contar con equipos de sonidos propios para sus presentaciones y actividades. Para eso se apeló a la unión de todos y hacer realidad viejos anhelos.
También debemos señalar la lucha a brazo partido de las distintas organizaciones culturales, cultores y promotores al lado de la Dirección de Cultura del Concejo Municipal, la Coordinación de Cultura y Federación de Centros Culturales con Alfredo Matheus, para que se lograra la entrega, dotación y reacondicionamiento de las instalaciones del sótano municipal, las cuales brindaron un servicio permanente a la colectividad valerana con la implementación de diversas veladas culturales en pueblos y barrios, tal como se dijo en el trabajo de la edición de anterior.
Labor social
Otro de los aspectos importantes de resaltar la labor realizada durante sus años de operatividad de la Fundación para la Cultura, es que fue la única institución en Trujillo en lograr mantener el más alto número de agrupaciones subsidiadas, las cuales en forma consecuente pudieron lograr la ejecución de una labor sociocultural para la diversidad de nuestras comunidades.
De aquellas organizaciones seguramente algunas aún existen y podemos mencionar: «Agua y Tierra» en el barrio «5 de Mayo» Club Deportivo Francisco de Miranda» en la Plata 2, «Brisas del Valle en San Luis, Bahareque» en el final de la calle 10, «José Félix Ribas» en el barrio «Caja de Agua», «Parque Valera» en la Plata 1, Casa de la Cultura del barrio “El Milagro», “Danzas Caribay en Bella Vista», «Teatro de Títeres Papagayo» “Renovación Juvenil» del barrio El Milagro, «Cantos de un pueblo», “Danzas Trujillanas» en San Luis, Federación de Centros Culturales, «Venezuela en Canto» en el barrio El Milagro, “Danzas Las Delicias», «Conuqueros de Escuque» «Brisas del Momboy» en Los Cerrillos, «Alberto Minora» en Mendoza Fría, Grupo Cultural «El Despertar» del sector La Floresta, «Niños Cantores del Valle del Momboy», «Siso Martínez» del barrio 7 Colinas, «Francisco de Miranda» del barrio «San Isidro», Grupo Musical «San José», Grupo de Rescate Gors» grupo teatral «Alegría» del Ateneo de Valera, Danzas «Primavera'» y Casa del Estudiante.
Grupo de mucha mística
Para citar algunos nombres en el firme trabajo de la Fundación para la Cultura y Acervo Histórico de Valera, donde se logró juntar un gran equipo de trabajo con mucha mística, sobre todo aquel grupo conformado en los años 80 el cual encabezó la educadora Ivetta Hidalgo, presidente (84-89), le acompañaba el profesor Benito Medina manejaba estrictamente las finanzas, Jesús Enrique Briceño recién fallecido fungía como secretario ejecutivo, además se contó con excelentes promotores que dependían directamente de la Dirección de Cultura del Concejo Municipal, entre ellos: Richard Terán, teatro y pintura, Marisol Urbina, danzas, Pedro Aguilar en música, Nuvia Uribe, creatividad infantil, Luz Marina Matheus, coordinadora, Daisy Virgüez en la secretaria.
Igualmente contó con el valioso aporte de Alfredo Matheus por la Federación de Centros Culturales, de un promotor incansable como Robert Ramírez y otro que vivió y murió en favor de la cultura como lo fue Melgar Osorio, y así como ellos grandes hombres y mujeres de la sociedad de Valera que se abocaron a respaldar las iniciativas culturales a través de la Fundación para la Cultura de Valera.
Dejaron caminos abiertos
Hoy nos ha sido grato refrescar aquellos años en los cuales la combatividad del trabajo cultural en la Valera de hace más de 30 años, del apoyo constante y decidido de la gente que conformó la Fundación para el Desarrollo de la Cultura y Acervo Histórico del entonces distrito Valera. Ellos mantuvieron abiertos los caminos, limpiaron las espinas y escombros en el afán de hacer que esa labor transitara y fluyera de la mejor manera, no solo en Valera, sino que lograron expandirlo por todo el Estado. Se inculcaron los valores más profundos y puros de las raíces culturales y sus distintas manifestaciones populares, brindando apoyo a quienes con sus manos y corazones fueron hacedores de esa alma colectiva que identifica como un pueblo, que posee en su seno todo un potencial creador, el cual hoy día debemos de rescatar, para hacerlo florecer nuevamente y preservarlo como una eterna primavera, y así con un plan estratégico redifundirlo y proyectarlo como la herencia de aquellos que con sacrificio y desprendimiento dejaron un legado, un camino hecho.
Testimonio de
Ivetta Hidalgo
La educadora, Ivetta Hidalgo quien fungió de fuente testimonial para este trabajo, nos dice sentirse muy contenta de poder recordar aquellos momentos de la época de oro de la cultura. “Fue una época maravillosa, recuerdo con mucho agrado esos años y el trabajo dedicado que ese grupo de muchos con el que contamos; se esmeraba, trabajaban prácticamente sin percibir sueldos, contábamos con poco presupuesto y el mismo iba prácticamente íntegro a cada uno de los grupos que hacían vida activa, apenas quedaba algo para el mantenimiento de la oficina”, apunta la expresidente de la fundación entre los años 1984 y 1989.
“Recuerdo que recibimos la fundación de parte de la profesora Aura Salas Pisani quien por dos años trabajó en la consolidación de la fundación, ella fue su primer presidente. Desde que asumimos buscamos despolitizar a la cultura, eso funcionó muy bien, a pesar que yo era integrante y representaba una fracción política en la cámara. Logramos grandes reunificaciones para este sector de la población, todo con un trabajo dedicado, coherente y mancomunado que fue siempre a favor de la diversidad de nuestras comunidades. Se debe decir que el apoyo del Dr. Jacob Sénior fue fundamental, con él se lograron cosas de mucho interés colectivo, impulsó las actividades, era un enamorado de la cultura, gracias a él se logró que el Sótano Municipal pasara a manos de la cultura y allí se conjugó el gran movimiento neto cultural y por eso le llamó la época dorada de nuestra cultura.
Lastimosamente luego que nosotros salimos se tomaron otros caminos y se desmejoró, no hubo el mismo interés, el apoyo no fue igual, poco a poco todo lo que se había construido con tanto esfuerzo y dedicación se fue derrumbando, aun así, guardo gratos recuerdos de ese trabajo realizado, fue una gran experiencia, fue unión, fue un equipo, señala con voz que refleja el sentimiento y añoranza de aquellos años, Ivetta de Hidalgo.
Repensar a
Valera es…Saber que, las personas que llegaron a integrar la fundación, y sobre todo quienes tuvieron la responsabilidad de dirigirla, siempre mostraron un gran espíritu de trabajo, de lucha, donde la colaboración, la solidaridad y el respeto eran honor en pro de los numerosos grupos y de sus cultores o promotores, siempre para ello estuvo presente el respeto, un respeto que fue mutuo. Respetando en todo momento la autonomía y opinión de cada una de las organizaciones que la agrupaban, situación esta que dejó los mejores resultados, contribuyó al crecimiento de las actividades, a un mejor manejo en cuanto a la organización y planificación, que llevó al fortalecimiento cultural en las distintas comunidades que conforman la urbe valerana. EHG.