El indultado expresidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000) permanecerá internado en una clínica de Lima para ser evaluado de los problemas cardíacos que lo afectan, informó este domingo su médico personal, Alejandro Aguinaga.
“Se convino hospitalizarlo para, en las próximas horas, hacer una reevaluación profunda de lo que ha venido aconteciendo, porque se han presentado algunos episodios de inestabilidad, por la fibrilación”, declaró Aguinaga a periodistas a las afueras de la clínica Centenario, en el distrito limeño de Pueblo Libre.
El exgobernante fue llevado este domongo a la clínica en una camioneta desde la lujosa residencia en el distrito de La Molina que ocupa después de haber sido indultado por el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski.
Durante su recorrido, Fujimori, de 79 años y quien cumplía una condena a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad, lució un semblante demacrado, pero se animó a saludar con una mano a los reporteros que seguían a su vehículo.
El exgobernante estuvo acompañado en todo momento por su hijo menor, el congresista Kenji Fujimori.
Aguinaga detalló que se ha decidido que el exmandatario permanezca en la unidad de cuidados intermedios de la clínica para controlar sus problemas cardíacos con monitores especiales.
Alertó, además, que si los problemas de fibrilación cardíaca, generada por subidas y bajadas abruptas de la frecuencia cardíaca o por su ritmo irregular, no son controlados debidamente “es evidente que podría irse a un paro cardíaco”.
“Mañana se van a hacer pruebas, inclusive una tomografía de corazón, y esperemos los resultados; de acuerdo a eso los cardiólogos harán los ajustes necesarios, estamos con visitas restringidas”, acotó.
Aguinaga también aseguró que el origen de estas dolencias es “netamente orgánico” y descartó que esté vinculado con el rechazo ciudadano que ha generado su indulto o con el enfrentamiento que mantiene una facción del fujimorismo, liderado por Kenji, con el partido Fuerza Popular, que preside su hija mayor, Keiko.
GV