José salió de su casa aproximadamente a las 10:00 pm, horas antes, había quedado con su grupo de amigos en acudir a un club nocturno ubicado en un concurrido centro comercial de Las Acacias, específicamente en la avenida Bolívar con calle 20. Pues allí disfrutarían de una noche marcada por el goce, la música y los tragos. Al llegar a la discoteca, se dispuso en comprar varias cervezas para así empezar la velada. Pasó su tarjeta de débito y pagó. No hubo ningún problema, la operación había sido exitosa.
Mientras retumbaban las cornetas y la noche se tornaba más gozosa para él y sus compañeros, se dirigió nuevamente al cubículo donde se encontraba una joven, esta se encargaba de recibir las tarjetas y realizar las transacciones. José, que ya había ido varias veces, captó la atención de la mujer, quien le dijo que le facilitara sus datos para que no estuviese de allá para acá, el muchacho, confiado en la buena voluntad de ella, se los facilitó.
Pasaban las horas y había llegado el momento de abandonar el salón donde hacía breves instantes estaba colmado de personas. No quedó nadie. José se reunió con sus amigos en la salida del club y se fue. Al llegar a su casa, se acostó y descanso un par de horas.
Al despertar, se dirigió a una bodega, la cual cuenta con punto de venta, este sacó nuevamente su tarjeta y cuando se dispuso en dar sus datos para hacer la compra, la persona le comunicó que esos estaban errados, no correspondían a su tarjeta. Esto causó confusión en él. Al entregársela, José se fijó en la tarjeta y vio que no era la suya.
Tenía plasmado el nombre de una mujer, una tal Andreina. Rápidamente tuvo una especie de flash back donde recordó el preciso momento en el cual le proporcionó sus datos a aquella joven en la discoteca. «¡No puede ser!», fue lo primero que pensó.
Era domingo y el centro nocturno no abriría sus puertas sino hasta el jueves por la tarde. José no tenía otra tarjeta la cual utilizar para adquirir productos, eso generó aún más preocupación en él, pero más el día lunes, cuando sorpresivamente le llegó un mensaje a su teléfono móvil donde el banco le informó que había realizado una compra por punto de venta por cierta cantidad de dinero.
La preocupación tomó un punto más álgido. José estaba siendo víctima de estafa. El joven acudió a las autoridades y denunció, ahora, un grupo de detectives del Cicpc, especialistas en este tipo de delitos, se encuentra tras la pista de la mujer con la finalidad de esclarecer el caso. El llamado es a la comunidad para que no facilite sus datos personales, sea precavido y esté atento al momento de realizar ese tipo de operaciones bancarias.