Frontera / Venezolana desplazada del Catatumbo descarta su regreso al país

Daryori Méndez fue la penúltima en salir de la vereda en donde vivía junto a su esposo y sus hijos en el Catatumbo. Está en Tibú, en donde ha tenido que pasar días en la calle mientras le encuentran un lugar para albergarse. A pesar de las dificultades no quiere trasladarse a Cúcuta, ni a Venezuela

En Tibú miles de personas son ubicadas en albergues, la mayoría provenientes del Catatumbo y de sectores cercanos. Fotos: Carlos Eduardo Ramírez

Entre las últimas familias que han salido del Catatumbo, departamento Norte de Santander, Colombia, está la de Daryori Méndez, una venezolana que desde hace años migró a esta región, se casó, tuvo a sus hijos y ama a estas tierras como si fuera el lugar que la vio nacer. 

Ella, su esposo, hijos y nietos fueron los penúltimos en salir de la vereda en donde vivían y trasladados a la región de Tibú, en donde los albergues están copados de personas que se han desplazado desde distintos sectores y que no quieren moverse hacia la ciudad de Cúcuta, por lo que la espera ha sido más complicada, pues no cuentan con un lugar adecuado para el descanso. 

No quiere viajar a Cúcuta, porque cree que pasarán más necesidades. Tampoco volver a Venezuela ha sido una opción. “Siempre con el temor de pasar más necesidades, en cambio acá, está uno aquí en este pueblo y cualquiera le brinda cualquier empanadita, ya tiene más como más allegados, pero llegar a Cúcuta y sufrir más es mejor quedarse acá en el pueblo”, expresa.

Fotos: Carlos Eduardo Ramírez
Fotos: Carlos Eduardo Ramírez
Fotos: Carlos Eduardo Ramírez
Fotos: Carlos Eduardo Ramírez

Esperar en las calles ha sido la única opción, en medio del dolor que ha significado para ellos el miedo y tener que dejar todo lo que tienen, producto de años de trabajo. 

“La verdad ha sido muy fuerte, muy triste, muy doloroso, porque lastimosamente yo soy venezolana pero tengo muchos, muchos años viviendo acá. Mis hijas son de acá, mis nietos son de acá, mi esposo de acá. Mi esposo ya ha sido desplazado dos veces… Llegamos acá y estamos a la deriva, en la calle, mirando a dónde nos meten”, explica. 

Relata que a veces la comida es crítica y les toca aguantar hambre, aunque agradece estar en un lugar seguro, fuera de los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), pero reitera que es difícil estar en la calle. 

“Es muy fuerte y bueno ahorita, desde esta mañana estamos acá en la alcaldía, esperando qué solución nos puedan brindar o si nos tocará devolvernos otra vez a la vereda, esperando quizás la hora mala que no queremos”, dice. 

Destaca que son muy pocas las personas que quedan en las veredas cercanas a donde vivía, porque la salida de los habitantes del Catatumbo ha sido masiva. Aunque está consciente de que algunas familias y líderes comunitarios han sido amenazados, ellos no fueron objeto de estas circunstancias. 

 

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