Allanar la residencia de Guaidó y secuestrar a Freddy Guevara es una jugada calculada para que regresen las voces que llaman a la abstención y que desaconsejan la ruta electoral.
He tenido muy poco contacto con el joven dirigente político Freddy Guevara. Lo conozco como una persona muy valiente y de opiniones muy firmes. Generalmente me encuentro en desacuerdo con sus propuestas políticas y estratégicas. Creo que ellas han estado muy equivocadas. Sin embargo, hoy quiero consignar mi más enérgica protesta por su arbitraria detención y por la persecución de la que se le hace objeto.
Pero traigo a colación el caso de Freddy Guevara porque es difícil entender de qué se trata. ¿Qué persigue el gobierno con ese secuestro y con el allanamiento de la casa de Juan Guaidó? ¿Cuáles son las motivaciones que hay detrás de esas acciones aparentemente tan absurdas y tan contradictorias con el clima de distención que se había venido creando en los últimos meses?
Muy simple: el gobierno necesita que en la oposición prevalezca la línea política abstencionista. Al gobierno no le conviene que la gente vote. Al gobierno le interesa que la abstención siga siendo muy alta porque esa es la única manera que tiene para ganar elecciones: sin votos.
La elección de un nuevo CNE, menos sectario que los anteriores. El cambio de actitud del gobierno norteamericano y de la Unión Europea, las declaraciones de líderes que ayer fueron abstencionistas y que hoy se han venido pronunciando a favor de la participación electoral y el llamado a un nuevo diálogo, estimulado por el gobierno de Noruega con el consentimiento de los Estados Unidos. Todas estas circunstancias, animaron a sectores importantes de la oposición a retomar el camino electoral y encendieron las alarmas en la mesa situacional que tiene el gobierno para hacerle seguimiento a todos los procesos políticos y sociales que se dan en el país. Las encuestas empezaron a poner de manifiesto que la abstención bajaba y que la inclinación a participar en las elecciones previstas para el mes de noviembre, aumentaba. Voces muy influyentes que ayer llamaron a la abstención ahora están llamando a votar.
Ante esta realidad, el gobierno decidió darle un “palo a la lámpara”. Allanar la residencia de Guaidó y secuestrar a Freddy Guevara es una jugada calculada para que regresen las voces que llaman a la abstención y que desaconsejan la ruta electoral.
De más está decir que, en mi opinión, lo que corresponde hacer a la oposición es fortalecer más todavía el llamado a retomar la ruta electoral. SI EL GOBIERNO NO QUIERE QUE VOTEMOS, CON MAS RAZÓN DEBEMOS VOTAR. Es la única vía para derrotar al régimen y para reconstruir la democracia venezolana.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
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