París, 3 dic (EFE).- Las autoridades sanitarias francesas han documentado de manera extensiva por primera vez la presencia de los llamados químicos eternos (PFAS, sustancias perfluoroalquiladas) en las aguas sin tratar y del grifo, y en casos como el del TFA (ácido trifluoroacético) es generalizada, ya que apareció en el 92 % de las muestras.
La Agencia francesa para la alimentación, el medioambiente y la seguridad y salud laboral (ANSES), encargada de desvelar este miércoles los datos del estudio, precisó, no obstante, que las concentraciones de PFAS «en la gran mayoría de las muestras analizadas son inferiores a los límites reglamentarios cuando estos son aplicables».
No en todos los casos existen normativas claras respecto a las concentraciones a vigilar, como en el caso del TFA, que no figura entre los químicos eternos prioritarios que deberán controlarse a partir de este enero, por normativa europea, y sobre el que pesan sospechas de ser perjudicial para el hígado y los embarazos.
El estudio se realizó a partir de unas 600 muestras de agua de grifo y de otras tantas de líquido destinado a ser potable, pero antes de ser tratado, recogidas en Francia entre 2023 y 2025.
Las muestras procedían de puntos de captación que representan, en total, alrededor del 20 % del agua distribuida en Francia, si bien dos tercios de ellas se tomaron en puntos en los que existe un riesgo potencial de contaminación por PFAS.
En el comunicado sobre las conclusiones, la ANSES resalta que la presencia de los PFAS en el agua para el consumo «todavía es insuficientemente conocida» y que solo algunas de esas sustancias son objeto de vigilancia.
Por eso, la agencia condujo este estudio pionero en Francia para «disponer de un inventario» de los agentes presentes actualmente.
En total, los investigadores buscaron 35 PFAS (los 20 de la lista de vigilancia europea y otros 15, incluido el TFA) y encontraron una veintena de ellos en las aguas en bruto y 19 en las de grifo.
De ellos, once están contemplados en la directiva europea y los tres encontrados con mayor frecuencia fueron el PFHxS (21,7 % de las muestras de agua distribuida), el PFOS (19,1 %) y el PFHxA (16,1 %).
La directiva europea establece un límite de calidad de 100 nanogramos por litro para la suma de las concentraciones de los 20 PFAS que incorpora y, en el estudio francés, solo una pequeña proporción de las muestras superaba este valor.
En cuanto al TFA, que aparece sobre todo cuando otros químicos usados en aires acondicionados, espráis y espumas se rompen en la atmósfera, su concentración variaba considerablemente de una muestra a otra, con una mediana de 780 nanogramos por litro en el agua de grifo.
El estudio también identificó, por primera vez en Francia, la presencia significativa del TFMSA (ácido trifluorometanosulfónico) en el 13 % de las muestras, con una concentración media de 28,5 nanogramos por litro en el agua distribuida.
Estos resultados corroboran los datos de estudios previos realizados por organizaciones de la sociedad civil francesa, que habían dado la voz de alarma sobre la presencia de químicos eternos (llamados así por ser compuestos artificiales que no se descomponen fácilmente en la naturaleza) en el agua para el consumo.
