Davos (Suiza), 26 may (EFE).- Con la guerra de Ucrania de fondo y tras cuatro días de sesiones, el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) se clausura hoy con la advertencia unánime del peligro de la inflación por parte de los líderes mundiales, que no se atreven a especular sobre una posible recesión: mejor evitar la palabra.
Este encuentro anual, con 51 años de historia, ha retomado este año la presencialidad, detenida por la covid-19, con la participación de unos 2.500 líderes mundiales políticos, empresariales y sociales y con la marcada ausencia de Rusia, sancionada por su invasión a Ucrania, país, este último, que se ha convertido en el gran protagonista de la edición.
El impacto económico de la guerra que ha desatado una crisis cuando el mundo no acaba de despertar de otra, la de la covid-19, ha sido una constante en este encuentro mundial, menos concurrido que en ediciones anteriores ante la ausencia también a causa de la pandemia de una gran parte de los líderes asiáticos, especialmente de China.
¿Habrá recesión? Esta ha sido una de las principales incógnitas que ha sobrevolado en los debates económicos del foro, que se ha clausurado sin una conclusión clara al respecto, salvo la del temor que existe hasta a utilizar el término.
«Mejor hablar de bananas», apunta el multimillonario estadounidense David Rubenstein, copresidente de la firma de capital privado Carlyle Group, quien se remonta a sus tiempos de cuando «trabajaba» con el presidente estadounidense Jimmy Carter, y se le aconsejó a uno de sus asesores que no empleara el término recesión porque «asustaba a todo el mundo».
Di mejor que estamos en peligro de tener la peor banana en 45 años, pidió Carter. Para Rubenstein: «Todavía no hemos llegado a la banana pero los signos no son tan favorables como me gustarían».
«Si la guerra terminara hoy, la economía haría un rebote, pero parece que no es así y la cosa se complica debido a los problemas de la energía y los alimentos», concluye.
La propia Christine Lagarde, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), eludió pronunciar esta palabra aunque fuera con un eufemismo cuando fue preguntada en una sesión al respecto: No voy a dar titulares, se limitó a decir.
Tampoco lo augura ni lo descarta el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya directora Kristalina Georgieva, afirma que percibe que el año 2022 será «difícil», lo que no significa que se vaya a entrar en recesión. Tampoco se puede descartar, apostilla.
Más clara quedó la necesidad de una transformación hacia las energías renovables y de un cambio de estrategia, especialmente en Europa, hacia la independencia energética.
La guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto el error estratégico de países como Alemania que hace una década y media decidió depender de Rusia, reconoce uno de sus ministros Robert Habeck. Este error se ha de enmendar.
La presencia de líderes ucranianos ha sido una constante con su presidente, Volódimir Zelenski, a la cabeza, que ha intervenido hasta en dos ocasiones, pero también con el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, entre otros líderes de este país, escenario de la guerra.
Cincuenta años de foro económico mundial en el que destaca la presencia de veteranos como los estadounidenses George Soros o Henry Kissinger, a quien -a este último- el fundador del foro Klaus Schwab, le recordó cuando coincidieron en el evento allá por los ochenta. Hace cuarenta años.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha intervenido en este encuentro, entre otros miembros del Ejecutivo, al igual que empresarios del IBEX, como el presidente de Iberdrola, José Ignacio Galán, que se refirió a los impuestos y se mostró «partidario de que el que contamine pague, no por lo que gana, sino por un extra adicional que es el tema medioambiental», explica a EFE.
Este foro anual fue fundado en 1971 por Klaus Schwab, un profesor de economía suizo que ha logrado llevar a este estado de Europa durante cincuenta años a los principales líderes del mundo, que entre estrechas medidas de seguridad desgranan los principales inquietudes del mundo año a año.
Belén Molleda