Forenses del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, intentan obtener la identificación de dos hombres, que con heridas de bala y avanzado estado de descomposición, fueron encontrados, el pasado miércoles en una trocha que conduce al Rio Táchira, en la fronteriza localidad de Ureña.
La información fue conocida en medios policiales, donde se dijo que este proceso forma parte de las investigaciones que los funcionarios contra homicidios de la sub delegación de Ureña están adelantando: En el de frontera con Colombia se han presentado tres doble crimen, cometidos en menos de una semana, sin incluir otros casos de homicidio, que son atribuidos a integrantes de presuntos grupos irregulares.
Los cuerpos sin identificar permanecen en la morgue del cementerio municipal de San Cristóbal a donde fueron llevados por los detectives encargados del levantamiento y entregados al equipo de forenses que están trabajando, en la identificación, en primera instancia a través de la reconstrucción de los pulpejos dactilares y en segunda instancia con características puntuales, que puedan ayudar a la hora de un reconcomiendo. Deberán a través de la autopsias establecer las causas de muerte y la fecha aproximada en que esta ocurrió.
Los cadáveres de ambos hombres fueron encontrados, prácticamente a orillas del Rio Táchira por personas que suelen utilizar la trocha “La Mona” para desplazarse entre Venezuela y Colombia, dadas las dificultades que existen para cruzar por los puentes. La situación fue notificada a las autoridades y poco después llegaron los detectives del Cicpc de Ureña para el respectivo levantamiento. La data de muerte se estima de manera extraoficial en cuatro días y pese a las precarias condiciones, se cree que recibieron heridas de bala. No portaban documentos y por ese motivo fueron ingresados a la morgue del cementerio como “Por identificar”. Se está procesando, en busca de información, la lista de personas denunciadas como desaparecidas, tanto en Colombia como en Venezuela, en busca de información que coincida con las víctimas.
Es el tercer doble crimen del cual se tiene conocimiento en el eje fronterizo San Antonio del Táchira – Ureña en menos de ocho días, puesto que el pasado fin de semana, concretamente el domingo en lugares diferentes de San Antonio del Táchira, fueron asesinados un conocido comerciante y su hijo.
Con pocas horas de diferencia y de varios disparos mataron a Leopoldo Albarracín, de 50 años de edad dueño de un establecimiento conocido como Club Turístico Santa Eduvigis, situado en el sector de La Capacha, detrás del cementerio, por una pareja de pistoleros que ingresaron al lugar con el evidente propósito de quitarle la vida, puesto que le dispararon sin mediar palabra alguna o motivo aparente.
Cuando los funcionarios delo Cicpc estaban en el lugar procediendo al levantamiento del cadáver, en horas de la noche del domingo, fueron notificados sobre un segundo homicidio ocurrido en la calle principal de la invasión “Che Guevara”, donde dos hombres, dieron muerte de varios disparos de arma de fuego, a Yeison Alejandro Albarracín Rodríguez, de 30 años, hijo del comerciante Leopoldo Albarracín.
Se especula que este doble homicidio habría sido cometido por integrantes de grupos paramilitares como represaría por la negativa de las victimas de pagar la consabida “vacuna”.
El tercer doble crimen cometido en menos de una semana en la frontera, ocurrió el pasado miércoles en La Mulata, municipio Pedro María Ureña, donde un joven y su pareja fueron asesinados por dos hombres que llegaron a buscarlos a su residencia en la carrera 13 del Barrio Emmanuel.
Las víctimas quedaron identificadas como Tito Leonardo López Quintana, venezolano de 28 años de edad, quien salía de su residencia, cuando fue abordado por sujetos que portando armas de fuego le dispararon hasta causarle la muerte. Su esposa de nombre Keyerling Andrea Orellana Altuve, de 25 años, alarmada por los disparos, intentó correr a la calle para enterarse de lo ocurrido, pero los hombres que ya habían ingresado a la casa, la interceptaron en la sala principal, donde la asesinaron. Dos menores que se encontraban en el inmueble pudieron ocultarse y de esta manera salvaron la vida