Flexibilización con protección: ¿con qué se come esto?

Foto: Yanara Vivas

inició otra semana de flexibilización en Mérida. Los casos de contagiados reportados en cuadros estadísticos parecen un zigzag. Las campañas preventivas se intensifican, rumores van y vienen, no hay gasolina para movilización, pero en las calles se observa gran cantidad de personas con hermosos tapabocas para proteger, literalmente, sus barbillas y cuellos. Algunos incluso usan guantes sin dejar de tocarse la nariz o comer, como si el uso de los mismos, por si solo, protegiese contra el coronavirus.

 

Plaza Bolívar de Mérida Foto: Yanara Vivas

La conducta ciudadana preocupa a las autoridades. Se nota en la insistencia de campañas informativas. Sin embargo, algo sucede que los ciudadanos parecen ignorar las recomendaciones e incluso las informaciones estadísticas, justo en el pico más alto de contagios, dejando de ocupar el primer lugar de interés para la audiencia, ante la necesidad de trabajar y llevar alimento a casa.

La venta de tapabocas a la moda, decorados hasta con lentejuelas o válvulas especiales se han convertido en obligatorio, sin muchas veces siquiera averiguar sobre su elaboración, algunos con varias capas de telas simples, sin filtros adecuados, que ofrezcan el mínimo de seguridad o leer las indicaciones del fabricante sobre la función de válvulas.

 

Parada del Trolebus en Mérida. Foto: Yanara Vivas

Sobre el distanciamiento social, las organizaciones mundiales hablan de un metro mínimo entre personas. Sin embargo, se observan aglomeraciones con escasos medio metro de distancia pues, “con tapaboca no se entiende lo que se habla” siendo la excusa para reducir espacios con personas desconocidas. Ni hablar de los desinfectantes usados en puertas de tiendas, supermercados e instituciones. En alto porcentaje de casos, especialmente el alcohol es diluido, con el consecuente riesgo que representa al perder efectividad. Mientras los llamados a clases, un día sí y el otro no se sabe, crea dudas de cómo lograr la formación a través de la web, ante la falta de electricidad y deficientes comunicaciones, sin tocar el tema salarios, así como la planificación de elecciones, parece incidir en la conducta ciudadana al minimizar el tema mundial del Covid-19.

Por otra parte, los insumos. A diario se encuentran noticias sobre dotaciones de insumos de bioseguridad o medicamentos, así como, campañas para solicitar ayuda y las denuncias del sector salud ante la falta de los mismos, evidenciando “no han sido suficientes los entregados o donados” La duda ciudadana se genera al revisar las estadísticas, pues muchos se preguntan ¿para qué tanto pedir con tan pocos casos positivos?

 

Foto: Yanara Vivas

Ante la duda ciudadana, la respuesta debería ser la prevención consciente desde cada individuo, desde cada familia y puesto de trabajo. Asumiendo la responsabilidad de vida que nos corresponde. De nada o muy poco servirán campañas, dotaciones, ni las vidas de cercas de 200 trabajadores del sector salud, entregadas en primera línea de la lucha contra el coronavirus, si los ciudadanos no asumimos la responsabilidad que nos corresponde, con el adecuado uso de las medidas de prevención para minimizar el riesgo individual y del núcleo familiar.

El coronavirus puede tocar tu puerta. Tú decides si le facilitas la entrada.

Plaza Bolívar desde el balcón de la Gobernación de Mérida

 

 

Foto: Yanara Vivas

 


@YanaraVivas /CNP 16770/SNTP 6961

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