Caracas. Varias firmas prevén un incremento este año en el flujo de remesas, que envían los migrantes venezolanos desde el exterior. Dinámica Venezuela, por ejemplo, estima que podrían aumentar hasta 45 %, al ubicarse en $4800 millones en 2022.
Datos de la firma privada Dinámica Venezuela, que desde 2010 se dedica a analizar el entorno político y económico del país, arrojan que el flujo de remesas pasaría de $3311 millones en 2021 a $4800 millones este año; las cifras se divulgaron el 17 de febrero en el evento Perspectivas Económicas 2022 de la Cámara Venezolano-Americana de Comercio e Industria (Venamcham),
Para especialistas en entorno de negocios como Eduardo Fortuny, quien es director de Dinámica Venezuela, la economía venezolana pasó de ser petrolera a “remesera”. “En una se explota un recurso natural y en la otra el recurso humano”, dijo. A juicio de Fortuny estos flujos se van a mantener y van a convivir en esta nueva economía.
Fortuny apuntó que la combinación de esta nueva economía, donde las remesas empiezan a tener un rol importante, puede crear condiciones para experimentar la enfermedad holandesa, un fenómeno económico que se refiere a los efectos nocivos del aumento repentino en los ingresos de un país.
La Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela RV4 calcula que hasta el 8 de febrero de este año en el mundo había 6.041.690 de refugiados y migrantes venezolanos.
En 2020 las remesas mostraron una contracción, debido al impacto que provocó la pandemia por la COVID-19. Cifras de Ecoanalítica estiman que en 2019 las remesas se ubicaron en $3500 millones, mientras que un año después la cifra cayó a unos $1500 millones. La creciente inflación en algunos también afecta a los migrantes.
Maryelse Rojas, quien actualmente vive en Chile, dice que sus ingresos en el último año han sido estables y pudo conservar su trabajo en medio de la pandemia. En conversación con Crónica.Uno cuenta que en los últimos dos años también pudo organizar mejor sus gastos y enviarle un monto fijo a sus padres en Venezuela.
“Trato de mandarle todos los meses, si hay un mes donde no tengo gastos extras o logro bajar la tarjeta de crédito, pues les envío un poquito más. Este año la inflación está creciendo en Chile, la comida y algunos servicios ya han aumentado, de seguir las cosas así, entonces ya no les enviaría algo extra sino solo el monto fijo”, comparte Maryelse.
Marielvis Arcila, migrante venezolana en Colombia, también está afectada por la inflación. Explica que este año algunas cosas han subido y esto hace que el aumento de sueldo no se perciba. Sin embargo, todos los meses envía una ayuda a su familia. “Tampoco una cantidad grande, de enviar sí se puede, no $100 mensuales, pero sí se puede. También depende de los ingresos de cada persona”.
Para el director de Dinámica Venezuela hay un dato que no se ha estudiado a profundidad y es el impacto que tienen los extranjeros retornados a sus países, que envían remesas al país, entre ellos menciona a la población colombiana. Para Eduardo Fortuny para términos de flujo de remesas la cifra se eleva a ocho millones de personas, allí entran venezolanos y personas que se regresaron, etc.
“La remesa no es óptima porque condena a las personas a la pobreza”, dijo Fortuny. Otros datos de la firma señalan que 15 % de las familias venezolanas vive solo con bolívares y no recibe remesas desde el exterior, mientras que 42 % de las familias participa en la economía que se ha dolarizado: gastan en dólares en Venezuela.
El Informe de Coyuntura del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) también prevé un crecimiento. La institución afirma que las transferencias corrientes, que incluyen las remesas de los migrantes venezolanos, con base en información de Encovi (2020 y 2021) y del Banco Mundial para América Latina, se han estimado en $2700 millones en 2021 y $3500 millones para 2022, lo que representa incrementos de 26,1 % en 2021 y de 30 % en 2022.
Cambiar dinero no es tan fácil
Hasta hace un año Denise trabajó cambiando dinero para migrantes venezolanos. Cuenta que lo dejó porque los bancos empezaron a bloquear las cuentas al ver tantos ingresos. La mujer dice que hacía las transacciones por Bitcoin, debido a que era más sencillo y se cobraban menos comisiones.
Mientras estuvo en ese negocio – con remesas de España a Venezuela- dice que la gente mantenía las mismas cantidades. “Lo mínimo que la gente enviaba mensual eran 100 euros y lo máximo hasta 500 euros al mes”, explica. Para ese momento unas 30 personas al día cambiaban dinero.
Thais, migrante venezolana en España, busca mejores opciones para enviar remesas a su familia este año, pues las envía cada mes, pero no a través de plataformas como Western Union, sino que utiliza los servicios de un venezolano, que está allá y que le cambia el dinero a bolívares a la tasa del día del mercado paralelo.
“Busco opciones para poder enviar en divisas porque el cambio es difícil, el euro vale más que el dólar, entonces cuando haces el cambio pierdes dinero, pero aún no tengo una opción para enviar en dólares, lo que es Western Union y estas empresas lo veo complicado, para que reciban en Venezuela también es un problema y la idea es que reciban el dinero de inmediato y eso no ocurre”, comenta Thais.
Para Thais cuando se hace el cambio con una persona que tiene los bolívares sí es más rápido, debido a que la transferencia es directa y sus familiares obtienen el dinero rápido, no obstante, apunta que no es tan óptima porque porque se pierde dinero de esta forma. “Lo bueno de cambiar con un particular es que pueden ser montos pequeños, no tiene que ser una cifra alta. Estas compañías en cambio exigen monto mínimo y cobran comisión, entonces estamos entre la espada y la pared los que enviamos remesas a Venezuela”.
Fuente Crónica Uno