Fiesta del Curruchete, de Valera para Venezuela / Por: Alfredo Matheus

Sentido de Historia

 

 

Hace 15 años, con la Escuela de Liderazgo y Valores de la Universidad Valle del Momboy, iniciamos el gran festival del curruchete trujillano, homenaje a San Juan Bautista, santo patrono de la ciudad de Valera.

San Juan, es un personaje notable en el mundo del cristianismo. Nació cuando sus padres pasaban de los 80 años de edad. Fue hijo único, en su infancia y adolescencia padeció muchas enfermedades.

A temprana edad, se da cuenta que brindando ayuda a las demás personas dejaba de sufrir, comenzó una larga etapa de vida brindando auxilio a los más necesitados. Juan, era eso que hoy llaman: “naturista”. Se alimentaba solo de frutas, granos y verduras. Manifestaba que la carne animal despertaba en el ser humano sus bajos instintos-

Al Santo Patrono de Valera, le acompañaba un poder de oratoria extraordinario, había personas que caminaban varios días, solo para escuchar aquel ser humano que entusiasmaba, que movía la fibra de hombres y mujeres, en siempre mantener la fe, en “esto también pasara”, para referirse a cualquier situación de adversidad que estuvieran viviendo quienes lo escuchaban. Su mensaje se enfocaba en la oración y meditación para vivir mejor.

Dicen los estudiosos del pasado de San Juan Bautista, que era un ser especial, le acompañaba una gran humildad, jamás hizo alarde del inmenso carisma que tenía, de la recia personalidad, por lo cual, hacía que centenares de personas lo siguieran como un líder espiritual que motivaba a la humanidad a ser cada día personas de corazón amoroso.

Sobresalió por su fuerza física, de una personalidad sumamente valiente, gran seguridad en sí mismo. Enfrentó las injusticias de su época sin medir los peligros que podían venir después… Fue perseguido, torturado, y finalmente decapitado por sus ideas revolucionarias de amor, paz y fraternidad entre los pueblos… Ese es el patrono espiritual de los valeranos, para orgullo y regocijo de la feligresía.

 

Todo el curruchete
para San Juan Bautista

 

Ayer sábado, en el parque Los Ilustres de esta ciudad, la Fundación Cultural y Desarrollo Humano, Aprendiendo a vivir mejor, el Ateneo de Valera, con el apoyo solidario de muchos valeranos, realizamos el Festival del Curruchete Trujillano, con una inolvidable mañana musical y artística, donde sobresalió lo mejor de nuestra cultura popular. Un Dios les pague a los artistas presentes y agrupaciones, como Danzas Caribay, Fundet y La Beatriz, que nos deleitaron con lo mejor de las danzas venezolanas.

La ciudad endulzó el alma con el curruchete, dulce típico de nuestras tierras andinas. Se cree que tenga unos 300 años que apareció en estos lares. Su origen lo encontramos en nuestras comunidades indígenas que vivían en frías montañas, se consume especialmente en los meses de junio y julio, al momento en que las lluvias emprenden con mayor fuerza en nuestros páramos.

El curruchete es rico en calorías y su dulzura hace que el frío que llega hasta los huesos, se haga más llevadero, más liviano. Ese fue el descubrimiento que hicieron nuestros antepasados, al comer curruchete, el frío iba perdiendo fuerza… Para algunos estudiosos de nuestra historia, en las distintas oportunidades en que el Libertador Simón Bolívar pasó por tierras trujillanas, lo primero que manifestaba: “y dónde está mi curruchete”, las mujeres corrían a complacer los deseos del Libertador, quien le dio fama nacional.

En la actualidad, en todo el país se prepara el sabroso curruchete, el pero es, a los trujillanos nadie les gana en su elaboración; el nuestro es único…

Su sabor es lo máximo al paladar, imposible de olvidar. Además de calmar el frío si se come caliente, los campesinos descubrieron, agregándole guayabita, clavitos comestibles, una pizca de sal, se transforma en verdadero viagra, levanta el “ánimo” en forma milagrosa, y “a gozar se ha dicho” …

Modo de preparación
(Para diez personas)

-Un kilo de queso duro
– Un kilo de panela, ni muy blanca, ni muy negra
-Biscocho o pan blanco rayado

En una olla, mejor si es de fondo pesado, coloque la panela y poca agua. Deje derretir hasta formar un melado espeso, revuelva con una cuchara de madera de vez en cuando. Agréguele el queso picado en pedacitos. Le incorpora el pan salado (también en pedacitos), una pizca de sal, dele vuelta y vuelta hasta que todo quede bien unido…

El curruchete es humilde y sencillo en su presentación, pero, carajo, como endulza el corazón.

Los trujillanos y merideños le dieron el toque mágico en su sabor, ni el mejor chocolate del mundo, es tan sabrosón, como nuestro curruchete trujillano.

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