Festival del Cine Venezolano, entre celebraciones y voto salvado

Las películas ganadoras representan una mirada al país desde distintas perspectivas. El premio a la prensa generó diferencias por el reconocimiento a Carlos Azpúrua. Un periodista salvó su voto

Por Humberto Sánchez Amaya / Crónica Uno

Caracas. El Festival del Cine Venezolano de Mérida volvió a dar nombres nuevos en su palmarés. Así como el año pasado en la categoría de largometrajes figuraron realizadores como Nico Manzano (Yo y las bestias) y John E. Robertson (Crudo), en esta edición el certamen sirvió para poner en la palestra obras que revisan el país de una manera acertada, íntima y con el interés de una perspectiva muy cercana a la cotidianidad de la venezolanidad.

Simón, de Diego Vicentini, ganó como Mejor Película en la categoría de Largometraje Ficción. El realizador recibió el reconocimiento como Mejor Director.

Inspiradas en las protestas contra el gobierno venezolano en 2017, la película cuenta la historia de Simón (Christian McGaffney), un joven que estuvo en las calles durante las movilizaciones de ese año. El muchacho emigra a Miami, donde tiene que enfrentar las consecuencias de lo ocurrido, los traumas por la violencia, a la vez que intenta conseguir asilo político.

“Empecé a escribir la película durante ese año de protestas. Fue vivir todos esos días viendo desde afuera lo que ocurría en Venezuela. Observar a mi generación luchando por lo que creía. Sentía que no estaba formando parte de eso por no estar allá. Decidí hacer algo al respecto, contribuir de alguna manera”, comenta vía telefónica el cineasta, quien actualmente reside en Los Ángeles.

El proyecto comenzó como un cortometraje. Otros premios que recibió fueron Mejor Actor de Reparto (Franklin Virgüez), Mejor Fotografía (Horacio Martínez), Mejor Edición (Diego Vicentini) y Mejor Guion (Diego Vicentini). Está previsto que Simón se estrene en la cartelera venezolana el 7 de septiembre.

“Después de varias proyecciones en distintos lugares veo que la gente experimenta como una catarsis. Es lo que me han dicho. Creo que los venezolanos tenemos heridas en el fondo. La película destapa un poco eso. Ayuda a poder expresarlas, y así salir de la sala más liviano porque uno conecta con esas emociones que estaban muy adentro. Ojalá entonces ayude a eso, a empezar a sanar esas heridas”.

 

Simón toca uno de los episodios más adversos de la historia reciente del país

 

El realizador celebra que en el Festival del Cine Venezolano de Mérida hayan premiado su película: “Hay un sentido de orgullo, consecuencia de actos que para mí son de valentía. Me refiero a que el festival haya incluido el largometraje en la selección oficial, que el jurado estuviese dispuesto a premiar la que consideraran la mejor película. No importó la carga política o si tenía algo controversial. También menciono a esos estudiantes que estuvieron dispuestos a pararse ahí y recibir los premios”.

Durante la realización del certamen, que se llevó a cabo entre el 9 y el 13 de julio, en algunos grupos de Whatsapp del gremio cinematográfico corrió la información de que Diego Vicentini tuvo que dejar el país debido a amenazas. Al respecto, el director responde: “Me fui antes de lo que pensaba quedarme simplemente por una recomendación que tuvimos. Nos dijeron que era mejor que no fuéramos antes. Solo seguimos ese consejo”.

Otros galardonados

Entre las otras películas del certamen destaca La sombra del sol, de Miguel Ángel Ferrer, que ganó Mejor Ópera Prima y el Premio de la Prensa a Mejor Largometraje.

“Tuve la oportunidad de verla en su estreno mundial en Los Ángeles. Salí tan contento de ver una producción venezolana de ese nivel de calidad. Da mucha esperanza y entusiasmo por el cine que se está haciendo, especialmente ese cine de tantos afuera. Somos como 7 millones de venezolanos fuera del país. Quizá nuestro cine se está enriqueciendo por todos esos nuevos lenguajes cinematográficos que se están aprendiendo en el exterior, para estar en contacto con otras culturas e industrias. Creo que eso nutre para distintas perspectivas”, expresó.

Miguel Ángel Ferrer también viajó al país para asistir al Festival del Cine Venezolano de Mérida, donde La sombra del sol fue una de las películas más celebradas y premiadas. El largometraje también obtuvo Mejor Actor (Carlos Manuel González), Mejor Actor de Reparto (Anyelo López) y Mejor Diseño Sonoro (Enrique Díaz). En total, cinco galardones.

Fue en 2021 que decidió superar esos obstáculos que le impedían llevar a cabo su proyecto. En 2022 llevó a cabo el rodaje. “El impedimento era yo mismo”, comenta el director del largometraje.

Cotidianidad bien llevada

La sombra del sol es una historia familiar. La trama está ambientada en la ciudad de Acarigua. Alex es un joven sordo que se entera de un concurso de talentos en Caracas. Sabe que Leo, su hermano mayor, dejó atrás su sueño de ser cantante. Entonces, lo convence de participar. Él se encarga de escribir la canción para que él la interprete.

Esa es una idea que detona una serie de acontecimientos alrededor de estos personajes. Dramas domésticos, amistades que se recuperan, pasiones que se retoman, rencillas que confrontan, pero especialmente, acercamiento de dos hermanos que a su modo han sobrevivido a los dolores de su vida.

Hay un país circunscrito en la historia, una cotidianidad muy cercana que evita la obviedad de la denuncia para subrayar desde la cotidianidad muy bien llevada.

 

La sombra del sol es una historia muy cercana, amena y entretenida

“Medité en una historia que siempre me ha llamado la atención, la historia del espíritu venezolano que tiene una voz increíble y como poder transmitir eso en una película. Pensé en estos personajes. Un hombre que tiene una voz increíble, pero nunca ha utilizado, y su hermano menor, que no tiene una voz, pero moriría por tenerla, aunque en realidad sí la posee. Dos contrastes con personas con dones y oportunidades, a la vez que hay otros que la desperdician”, afirma Miguel Ángel Ferrer, quien escribió el guion con Guillermo de la Rosa.

Considera que ese espíritu venezolano es soñador y no se rinde a pesar de cualquier adversidad. “Siempre busca la sonrisa en la vida. Nos reímos de lo cómico y de las penas. Es lo que he visto en los venezolanos tanto en el país como en el exterior. Es un espíritu que sabe lo que vale y puede tener”.

El realizador asegura que cada uno de los dos personajes de su obra son una mitad de él: “He vivido en el exterior mucho tiempo. 26 años. Aunque he aprovechado las oportunidades, estuve durante 10 años tratando de hacer una película. Esperaba que alguien me diera la oportunidad. Hacía publicidad y tenía éxito, pero siempre esperaba la oportunidad para hacer cine. Jugaba un poco a la víctima de que Hollywood o la gente con dinero no me daba esa oportunidad. Hasta que llegó un momento en que me dije que esa oportunidad me la tenía que dar a mí mismo. Aprovechas ese don que tengo”.

Los documentales

En el Festival del Cine Venezolano, en la categoría para no ficción hubo empate en Mejor Largometraje Documental. Fueron reconocidos Niños de Las Brisas, de Marianela Maldonado, y La plaza, de Andrés Agustí.

El primero registra durante una década a tres jóvenes habitantes del barrio Las Brisas del estado Carabobo. Integrantes del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, Edixon, Dissandra y Wuilly son los protagonistas de una historia de aspiración a partir del arte, de concentrarse en un objetivo para cambiar sus vidas y su entorno más inmediato.

Sacrificios y esperanza. A través de ellos, la documentalista también presenta la tragedia de un país: la crisis económica, la escasez, la protesta y el pensamiento en el futuro.

“Hace mucho, en 2009, vivía en Inglaterra. Había mucho interés en todo lo relacionado con el Sistema de Orquestas. Yo iba a Venezuela todos los años. Me puse a investigar para escribir una historia de ficción, pero cuando comencé a trabajar me di cuenta de que era mucho más interesante contar todo como desde el documental. Estuve en varios lugares de Caracas como el Centro de Acción Social para la Música”, comentó la cineasta, quien fue investigadora y guionista de Érase una vez en Venezuela, de Anabel Rodríguez Ríos.

“Me tomó varias semanas llegar a Las Brisas, un lugar bellísimo en el que trabajaba uno de mis primos. Me dijo que me encantaría lo que ahí pasaba. Familias que no habían tenido contacto con la música ni con alguna organización de este tipo. Fue conociendo a los protagonistas, todos ellos con un deseo por contar lo que estaban viviendo en este pequeño núcleo al sur de Valencia”, acotó.

 

Niños de Las Brisas es un amplio retrato de constancia en medio de la tragedia

 

Aseguró que el documental fue pensado para compartirlo con la gente de Venezuela y llevar a la reflexión y al diálogo a las personas.

“Ver qué nos ha pasado. Es una historia sobre una generación que nació con este proceso. Ver qué ha ocurrido con ellos. Después de conocerlos, tener una relación por tanto tiempo, hemos seguido esta relación de afecto y cariño. Tenemos una campaña para ayudarlos a continuar sus estudios. Como muestra la película, han tenido muchos obstáculos”, agregó la directora sobre Niños de Las Brisas, que continuará su participación en festivales mientras definen cuál será el plan para proyecciones en Venezuela.

Es poca la información en redes sobre La plaza, de Andrés Agustí. La sinopsis describe: “En la pequeña plaza de la pequeña ciudad andina de Mérida, Venezuela, asistiremos a un combate singular entre el espacio y el tiempo, del que saldremos airosos únicamente por haber escrito un pacto de carácter mítico entre lo sincrónico y lo diacrónico; el cine etnográfico conoce muy bien esas contradicciones, entre la buena forma y el buen contenido, entre el ver y el decir que transforma lo cualitativo de una mirada en una medida necesariamente cuantitativa. Nuestro filme se refiere a una plaza, pero también a los problemas que conlleva la descripción de los espacios convertidos en lugares”.

Premio a Azpúrua

La entrega del Premio de la Prensa a Mejor Largometraje Documental para La batalla de los puentes, de Carlos Azpúrua, generó críticas entre algunas figuras del gremio, especialmente porque el director es también presidente del Centro Autónomo de Cinematografía, institución que estuvo entre los organizadores del festival.

“Algunos pueden poner en entredicho la decisión porque soy presidente del CNAC, pero más allá de eso, soy un director de cine. Para los que tengan duda, nunca dejaré de ser cineasta. Soy un cineasta político, de la política cinematográfica. Tuve una participación importante en la redacción de la ley de cine. Uno navega esas aguas. También fui diputado, soy militante y cineasta”, expresó.

La batalla de los puentes es un documental ambientado en los sucesos ocurridos en la frontera con Colombia en febrero de 2019 durante el envío de la ayuda humanitaria al país. “Me llena de orgullo este documental, que tiene un gran sentido informativo. Le dice al país las consecuencias de ser afectado por estrategias para desestabilizar la democracia venezolana”, acotó sobre la película, producida en alianza con Telesur y la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de Venezuela.

El jurado de la prensa del Festival del Cine Venezolano estuvo integrado por Juan Antonio González (El Universal), Ana Teresa Pérez (Venezolana de Televisión) y Homer Márquez (Gobernación de Mérida).

Sobre lo ocurrido con La batalla de los puentes, Juan Antonio González indicó: “Los tres acordamos que luego de ver todas las películas cada jurado haría una lista de sus favoritas; las películas que coincidieran entre los tres serían sobre las que decidiríamos. Eso funcionó perfecto en la decisión del Mejor Largometraje de Ficción, pero cuando se discutió sobre el Mejor Largometraje Documental, Intemperie. La experiencia de Armando Rojas Guardia figuró en las listas de todos pero, sorpresa, los otros dos integrantes del jurado en lugar de aceptar que la película de los hermanos Rodríguez fuera la ganadora, se tranzaron por la de Azpúrua. Les dije que ese no había sido el acuerdo, y hasta planteé la posibilidad de renunciar al jurado. Para no fastidiar el festival, al final, se impuso la mayoría, pero exigí que en el veredicto se expresara que yo había salvado mi voto”.

Palmarés

Largometraje Ficción

Mejor Actriz: Naomi de Oliviera, por  Hijos de la Revolución.

Mejor Actriz de Reparto: Jeska Lee Ruiz, por Hijos de la Revolución

Mejor Actor: Carlos Manuel González, por La Sombra del Sol

Mejor Actor de Reparto: Franklin Virgüez, por Simón, y Anyelo López, por La Sombra del Sol

Mejor Actor Debutante: José Millán, por Machera, el de la corte de los caballeros

Mejor Dirección de Arte: Diego Rísquez, por Hijos de la Tierra

Mejor Vestuario: Felia Torres, por Hijos de la tierra

Mejor Cámara: José Gabriel Méndez “Camello”, por Venite Pa´ Maracaibo

Mejor Fotografía: Horacio Martínez, por Simón

Mejor Sonido Directo: Josué Saavedra, por Mónica entre cielo y la tierra

Mejor Diseño Sonoro: Enrique Diaz, por La sombra del Sol

Mejor Música: Abiran Brizuela, por Miki Maníaco 

Mejor Edición: Diego Vicentini, por Simón

Mejor Ópera Prima: La Sombra del Sol

Mejor Guion: Simón

Mejor Película: Simón

Mejor Director: Diego Vicentini, por Simón

Mejor Largometraje Documental: La Plaza, de Andrés Agustí, y Niños de Las Brisas, de Marianela Maldonado.

Premio de la prensa

Mejor Largometraje de Ficción: La Sombra del Sol de Miguel Ángel Ferrer.

Mejor Largometraje Documental: La Batalla de los Puentes de Carlos Azpúrua, con una mención especial a Intemperie. La experiencia de Armando Rojas Guardia de Luis y Andrés Rodríguez.

Cortometraje de ficción

Mejor Dirección: Simón González, por No ai

Mejor Actor: Abilio Torres, por Polilla

Mejor Actor de reparto: Alejandro Kolman, por Maribel

Mejor Actriz: Zair Mora, por Maribel

Mejor Actriz de Reparto: María Brito, por De la zorra y el viento

Mejor Guion: Danny García, por La cura

Mejor Dirección de Arte: Simón González, por No ai

Mejor Dirección de Fotografía: Emmanuel Sevilla por No ai

Mejor Edición y Montaje: Mariana Aznar, por Caen las olas

Mejor Sonido: Gabriel Avilán, por Polilla

Mejor Cámara: Camilo Paparoni, por Caen las olas

Mejor Música: Rudy Portal, Gabriela Villalobos y Danny Young, por Anhelo constante

Mejor Cortometraje de Ficción: No ai de Simón González.

Maratón Cine Átomo

Categoría Ficción

Primer lugar: Ángel exterminador de Anthony González.

Segundo lugar: La espera de Patricia Lantieri

Tercer lugar: Martirio de Rafael Nava.

Mención especial: La espera de Claudia Parra.

Categoría Documental

Primer lugar:  Dolencias cotidianas de Alexandra Dewdney.

Segundo lugar:  Cuando sonreímos de Gilberto Polo Pacheco.

Tercer lugar: Macario Colombo de Orlando Pifano.

Mención especial: Baraja papá de Pedro David Grima.

Categoría Animación

Primer lugar:  De mí para mi de Jesús Decary.

Segundo lugar: Sedientos de cine de Luis Mario Fernández.

Tercer lugar: Aquí de Felix Robinson.

Mención especial: Del experimento del teleférico rojo de Luis Mario Fernández

Mejor Universidad Audiovisual: EMA Universidad de los Andes

Categoría Cortometraje Documental

Mejor Dirección: Mariángeles Pacheco, por Mi retorno

Mejor Guión: Ricardo Guerrero y Gabriela Codallo, por Figura abstracta humana

Mejor Dirección de Fotografía: Daniel Matos, por Gregorio

Mejor Edición: Argelia Bravo, por Figura abstracta humana

Mejor Sonido: Luis Lorenzo Trujillo, por Retrato de mi abuela

Mejor Cámara: Zoum Domínguez Blanco, por Fotógrafo callejero

Mejor Música: Juancho Domínguez, por Fotógrafo callejero

Mejor Corto Documental: Figura abstracta humana de Gabriela Codallo y Ricardo Guerrero

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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