Noviembre se tornó el mes de los aniversarios. Hace unos días, el 3 de noviembre, al percatarme de la fecha, hice un alto en mi rutina, y dije: “hace 6 anos salí de Venezuela, desde hace 6 anos no piso mi suelo patrio”, y aunque solté una carcajada por ser una expresión tan trillada, no por eso dejó de ser cierta. Dos días después, el domingo 5 de noviembre, recordé: “hoy estamos cumpliendo 6 años en Brasil”.
Sin duda, las fechas son importantes, y estas dos se hicieron especiales en los últimos anos. Pienso que el 3, cerré un ciclo, y el 5, inicié otro. Fue hace 6 años, justo días antes del aniversario de Diario de Los Andes, que emigré y tuve la oportunidad de un nuevo comienzo, con todo lo que eso implica. Y lo que hoy, 9 de noviembre, quiero destacar, es que no fue comenzar de cero, no, fue simplemente andar por otros caminos. Y que ese recorrido ha sido más satisfactorio, gracias a los pasos dados en Diario de Los Andes.
El periodismo no es solo un oficio, es una filosofía de vida; y Diario de Los Andes no fue solo un trabajo, es parte de mi historia de vida. La memoria nos constituye, y la mía cuida con recelo muchas de las vivencias dentro de esa, mi casa. Si no hubiese sido por las experiencias y aprendizajes adquiridos a lo largo de esos diez años, mi condición actual como migrante, no hubiese sido lo satisfactoria que ha resultado ser.
Migrar, nos obliga a reinventarnos, a construir una mejor versión de nosotros. Y es eso lo que he conseguido este tiempo. Profesionalmente, no solo tuve que aprender otro idioma, también tuve que ser fotógrafa, diseñadora, editora, correctora…y más. Entonces agradecí haber tenido la convivencia que tuve con tantas personas y la oportunidad de participar en todo el proceso de elaboración de nuestros productos editoriales, de las conversaciones, de los desacuerdos, de las negociaciones, de todo, siempre se aprende.
Y hoy es un día propicio para agradecer, hoy Diario de Los Andes Táchira está cumpliendo 31 años, y yo le digo: ¡Gracias! Gracias en primer lugar al Dr. Eladio, por su confianza y tanto amor. Siendo yo tan joven, me dio grandes responsabilidades y estimuló mi pasión por la investigación, y apoyó mis propuestas. Incluso hoy, cuando me ‘’obliga’’ a llamarlo simplemente Eladio y se emociona con mis logros en esta nueva ruta, siento su afecto y agradezco su presencia en mi vida.
Gracias a todos mis compañeros, todos, no los voy a nombrar porque fueron muchos, pero sinceramente agradezco los buenos y no tan buenos ratos compartidos, de eso está hecha la vida. Y hoy especialmente mi saludo, reconocimiento y agradecimiento a los ‘’veteranos’’: Mariana, Carlos Eduardo, Eduardo, Yuslendy, Diocelina y Wilmer, por su constante esfuerzo y entrega diaria. Un gran abrazo para todos, y que Diario de Los Andes continue siendo no solo esa escuela de periodismo que ha sido hasta ahora, sino una escuela de vida.
Con amor,
Yulliam
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