Feliciano Reyna espera que se concrete el retorno de la oficina de la ONU para Derechos Humanos a Venezuela

Feliciano Reyna Ganteaume, fundador y presidente de la ONG Acción Solidaria, en una fotografía de archivo. EFE/ Miguel Gutierrez

 

Caracas, 27 abr (EFE).- El activista venezolano Feliciano Reyna, presidente de la ONG Acción Solidaria, considera como una «muy buena noticia» la invitación del Gobierno a la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU (Acnudh) a que vuelva a Venezuela, de donde fue expulsada en febrero, un retorno que espera se concrete, indicó este sábado la organización no gubernamental.

«Al final, esto es un beneficio para el país, tener a unas personas que, de manera independiente, imparcial, autónoma, puedan expresar lo que no esté funcionando en materia de derechos humanos y, al mismo tiempo, hacer recomendaciones, como se ha venido haciendo», dijo el activista, citado en una nota de prensa de la ONG.

A juicio de Reyna, la labor de la Acnudh es fundamental para ayudar al Estado y a las instituciones a cumplir con sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos, por lo que espera que, de materializarse el regreso de la oficina de la ONU, sus recomendaciones «sean tomadas en cuenta» por las autoridades.

El pasado martes, el mandatario Nicolás Maduro, junto al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, aseguró estar de acuerdo con la «propuesta de invitar nuevamente» al equipo de la Acnudh, luego de que en febrero su Gobierno diese un lapso de 72 horas al personal adscrito a esta oficina en Caracas -establecida en septiembre de 2019- para que abandonase el país.

En esa oportunidad, el Ejecutivo remarcó que esa expulsión se mantendría hasta tanto esta oficina de la ONU rectificase «públicamente ante la comunidad internacional su actitud colonialista, abusiva y violadora de la carta de las Naciones Unidas», según expresó en un comunicado.

Pese a la expulsión, Caracas había dejado clara su «voluntad de seguir cooperando con los mecanismos internacionales de protección de los derechos humanos, siempre sobre la base del diálogo genuino y en estricto apego a los principios de objetividad, no selectividad, imparcialidad, respeto a la soberanía y no injerencia en los asuntos internos».

 

 

 

 

 

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