Al parecer el origen del término “navidad” responde a fiestas paganas desde tiempos babilónicos e instaurada por el imperio politeísta romano que persiguió, crucificó a Jesucristo y asesinó a miles de seguidores, y ante el crecimiento descomunal de la nueva religión, no le quedó otra alternativa sino la de adaptar y adoptar el cristianismo para los fines de su expansión, sustituyendo al Dios sol por la figura del Niño Jesús y además, implantando el 24 de diciembre como su natalicio aquí en la Tierra.
Pero no soy el indicado para introducir elementos de duda en una sociedad marcada por el mercantilismo y la religión. Quién esté interesado sobre el tema del origen de la Navidad, las páginas del internet están abiertas gratuitamente.
En el mundo occidental el mes de diciembre cierra un ciclo para hacer una evaluación de nuestro desempeño personal. Evaluamos el aumento en salud, finanzas, adquisición de bienes, vehículos, electrodomésticos, muebles, nuevos conocimientos, títulos, ropas. Alcance de metas, objetivos, mayor felicidad.
Tradicionalmente la fecha se ha tomado para reencontrar y unificar la familia limando desencuentros entre sus miembros y amistades lo cual es extremadamente positivo.
“Felices fiestas” en la Venezuela con una de las mayores reservas de petróleo del mundo. La segunda de gas en el planeta. La segunda o tercera reserva de oro de la tierra con más de once mil toneladas bajo su superficie; el segundo caudal de agua dulce más grande del globo y la segunda reserva de coltán, el material estratégico para fabricar componentes informáticos.
Además posee la segunda reserva de uranio en el mundo y la reserva de thorium más grande del planeta. Este es un mineral superior al uranio en radioactividad con propiedades para fabricar armas nucleares de extraordinaria potencia jamás imaginada ni construida.
Esta es la Venezuela “rica” donde la hiperinflación va rumbo a la astronómica cifra de dos millones por ciento y donde más del 80% de la población no podrá disfrutar de una cena de navidad, ni de fin de año.
Urge acabar con esa Venezuela que ha sido arrasada y arruinada por un clan político miserable y criminal.
Debemos trabajar para tener una Venezuela al estilo de Corea del Sur o Japón –por nombrar solo dos países desarrollados- donde sus suelos no poseen minerales y ni siquiera agua dulce, pero llenos de ciudadanos pensantes, organizados, investigadores, responsables, disciplinados, metódicos, estudiosos. Con alto grado de moralidad, honradez, trabajo, emprendimiento. Empeñados en obtener mayor calidad de vida con la producción de bienes y servicios óptimos; donde se castiga a los corruptos o ladrones del presupuesto nacional.
Estamos a escasos días del 5 y 10 de enero del 2019, donde desde Unidad Visión Venezuela estamos seguros que la mayoría de las fuerzas políticas respetarán el acuerdo firmado hace 3 años cuando obtuvimos el apoyo de dos tercios del pueblo venezolano.
En lo particular quiero una Venezuela democrática, progresista, libre y con un nuevo presidente en Miraflores. Urge trabajar todos juntos en esa vía que permita lograr el cambio tan necesario para poder salir de esta terrible situación en la que hoy nos encontramos sumergidos. Felicidades, bendiciones y un abrazo para todos.
(*) Secretario general estado Sucre de Unidad Visión Venezuela