Fedecámaras-Trujillo: “Llegamos a la necesidad de negociar la realidad económica”

“El Estado tiene que labrar acuerdos políticos para llegar a los acuerdos económicos”: Berríos. Gráficas: Henner Vieras

 

En opinión del economista y presidente de Fedecámaras-Trujillo, Ricardo Berríos, el Gobierno Nacional se “autoacorraló económicamente” por haberse apegado a un programa de gobierno llamado Plan de la Patria, que a su  juicio tiene como objetivo fundamental la profundización del acoso, cierre, confinación y destrucción  del sector productivo e industrial en el país, además de darle la “guinda” (fruto) – con el control de precios, monetario y cambiario – al sector comercio.

“El Gobierno golpeó con diferentes piedras los tres sectores principales del país (productivo, industrial y comercial), asumió funciones de esos tres factores en una bonanza petrolera falsa de 140-150 dólares por barril de petróleo, entonces cae la producción, cae el precio petrolero y el Gobierno no tiene cómo importar, cómo alimentar al pueblo y hoy no tiene ni cómo pagar la deuda externa. Eso es un autoacorrolamiento”.

Para Berríos, el presidente Nicolás Maduro – “con un claro desconocimiento de cómo se maneja el tema de la deuda internacional – debería saber que los negociadores tienen que ser conocedores del tema, y a su criterio el Vicepresidente de la República no es la persona más idónea.

¿Y el plan?

“¿Cómo voy yo a renegociar una deuda tan importante con acreedores internacionales si no domino el tema? En la reunión del lunes no hubo resultados. Cuando se llama a un refinanciamiento o reestructuración, no es una acción unilateral sino bilateral. Tengo información de primera mano  que la reunión no duró ni media hora, porque ningún país del mundo se puede presentar a renegociar una deuda sin presentarle a sus acreedores un plan de estabilización macroeconómica, un plan de la reestructuración de la producción del país, un plan donde le permita señalarle a sus acreedores de dónde va a obtener los recursos para en el futuro poder honrarle las deudas. No con ‘buenas intenciones’ se puede refinanciar o reestructurar la deuda. Si el Estado no presenta ese plan, veo difícil que Venezuela pueda honrar sus compromisos”, sostiene Berríos.

Para el presidente de Fedecámaras-Trujillo, “Venezuela llegó no al fondo económico – porque en economía no hay fondo – pero sí al subterráneo de la necesidad de sentarnos seriamente sin prepotencia a negociar la realidad económica de este país”. Explica que reestructurar la deuda es un punto importante, pero el objetivo debe ser sanear la economía, y eso pasa por un acuerdo nacional.

¿Hay solución?

“Totalmente. Perú solucionó su problema inflacionario y de deuda, al igual que Argentina y Grecia, e incluso Estados Unidos. Pero en Venezuela tenemos que bajar los egos políticos y por supuesto los económicos. El Estado tiene que labrar acuerdos políticos para llegar a los acuerdos económicos. Fedecámaras aspira que con un acuerdo del estamento político y los factores económicos, se va a lograr no sólo el refinanciamiento de la deuda, sino que necesitando 45 mil millones de dólares para restablecer el aparado industrial del país, tenemos que apelar con la inversión fresca extranjera, la cual llega cuando haya señales de que el Estado ha honrado y cumple con sus compromisos económicos, cuando haya respeto a la empresa privada pasando por la seguridad jurídica que permite mejorar la expectativa en las inversiones”.


DATO

Sin resultados / ante la ausencia de un Plan de estabilidad macroeconómica, Gobierno venezolano no avanza en acuerdos con los acreedores de la deuda externa

 


Así no

Ricardo Berríos señala que con incrementos salariales y controles de precios no se va a resolver la inflación. “Sacar una gran cantidad de funcionarios a perseguir y ponerle los ganchos a los comerciantes, eso no da ninguna señal positiva para que un inversionista extranjero quiera venirse a nuestro país, al contrario, lo aleja más. Control de cambio genera corrupción, emisión de dinero inorgánico genera mayor inflación”.


45 mil millones de dólares necesita Venezuela para restablecer el aparato industrial del país

 



¿Por qué está endeudada Venezuela?

Ricardo Berríos explica que Venezuela no tiene la suficiente fuente de divisas para honrar las obligaciones financieras que tiene con el exterior, porque la principal fuente de divisas en el país sigue siendo la actividad rentista petrolera – profundizada en los últimos años – y al caer el precio del barril petrolero en el mundo, ha hecho que Venezuela reduzca significativamente su nivel de ingresos y por ende no  puede cumplir con su presupuesto en divisa.

“Por otro lado las erráticas políticas macroeconómicas lo que han ocasionado es la destrucción del aparato productivo, y el Estado tuvo que asumir la importación, fabricación y siembra de productos que requería el comercio, aunque estas eran las funciones del sector privado (…) Ahora Venezuela no está en capacidad de atender no sólo la deuda, sino que hace más de un año el Estado ha disminuido la cantidad de importaciones de alimentos y medicinas por cancelar los intereses de esta deuda”.


5 claves para entender la reestructuración de la deuda que busca Venezuela

El presidente Nicolás Maduro dijo a principios de noviembre que el país se dispone a “refinanciar y reestructurar” toda su deuda externa. Un paso así implicaría renegociar las condiciones en las que la República Bolivariana paga a los inversionistas extranjeros el dinero que les adeuda. El objetivo que esgrimió el presidente fue “luchar contra la persecución financiera” que, según él, sufre Venezuela a causa de las sanciones impuestas por Estados Unidos a destacados dirigentes venezolanos.

Venezuela debe 60 mil millones de dólares en bonos pendientes. Ese monto comprende títulos de deuda emitidos por el Gobierno y también por la petrolera estatal Pdvsa. Pero el total de la deuda es aún mayor. Se estima en 140 mil millones de dólares e incluye los préstamos recibidos de países como Rusia y China.

Las sanciones de Washington son el principal obstáculo, ya que impiden que ningún ciudadano estadounidense haga negocios con una lista de individuos que incluye altos cargos de la administración venezolana. Y los dos hombres a los que Maduro ha confiado la dirección de las negociaciones están incluidos en la lista. Se trata del vicepresidente Tareck El Aissami, al que el Departamento de Estado acusa de tráfico de drogas, y el ministro de Economía, Simón Zerpa, al que se le atribuyen prácticas corruptas y antidemocráticas. Negociar directamente con el Gobierno de Venezuela supondría una violación de las sanciones y sería ilegal para los EEUU. “No creo que muchos directivos estén dispuestos a asumir el riesgo de hacerlo, especialmente si su base está en EEUU”, dice Jan Dehn, responsable global del Centro de Gestión de Inversiones Ashmore.

La respuesta depende de a quién se le pregunte. El Gobierno de Maduro asegura que son los bajos precios del petróleo los que han puesto las cosas difíciles, aunque también culpa a la “guerra económica” y las sanciones estadounidenses. El país obtiene de sus exportaciones de crudo hasta un 95% de sus ingresos. La caída en la cotización del crudo ha supuesto un duro golpe, pero es que, además, la producción también ha caído.

Luis Vicente León, de Datanálisis, estima que las exportaciones petroleras venezolanas son ahora una cuarta parte de lo que eran en 2012. “Las ganancias extraordinarias por el petróleo es algo que a veces se obtiene, pero que no debe tratarse como si fuera a estar ahí para siempre”, dice. “El dinero debería invertirse de manera que genere beneficios duraderos, en educación, en infraestructuras. Pero Venezuela no ha hecho nada parecido a esto”.

Cabe la posibilidad de que Venezuela no pueda llegar a un acuerdo sobre cómo hacer frente a los futuros pagos. Los inversionistas que tomaron parte en la reunión de Caracas señalaron que los representantes oficiales solicitaron su ayuda para sortear el efecto de las sanciones, que dificultan el uso de los sistemas de pago internacional.

El Gobierno reafirmó la voluntad del país de seguir honrando sus pagos, pero no detalló cómo podrá hacerlo posible. Luis Vicente León dice que la situación se complica todavía más por la gran necesidad de dólares para pagar los bienes importados que tiene la economía venezolana. Advierte también de que el impago podría llevar a que el sector petrolero venezolano sea vetado en los mercados internacionales. Si eso sucede, “Venezuela no conseguirá dólares. Y si no hay dólares, tampoco va a haber comida”.

La analista Risa Grais-Targow, del grupo Eurasia de análisis de riesgos geopolíticos, cree que si Maduro opta por no pagar, podría ver reflotar su popularidad a corto plazo. Podría resultar una decisión popular dedicar el dinero – en principio destinado al pago de la deuda – a partidas sociales. Esto podría fortalecer su situación de cara a las elecciones presidenciales.

“Con el caos que hay ahora en la oposición, Maduro ya se encuentra en una situación relativamente cómoda, pero el alivio a la falta de liquidez que a corto plazo podría producirse si se decidiera no pagar podría darle un margen de maniobra adicional”, señala Grais-Targow. Pero la analista no tiene claro que el Presidente pueda sobrevivir políticamente a un “default”. “Sería un revés muy significativo a la credibilidad del Gobierno”. La experta cree que podría dejar al Estado sin apenas vías de financiación.

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