Banderas, uñas postizas, pelucas, gorros y otras mercancías con los colores de la selección brasileña son ofrecidos en los mercados de Río de Janeiro
A una semana de que empiece el Mundial de fútbol de Rusia, los mercados de Río de Janeiro, inundados en una fantasía de color verde-amarilla, venden todo lo necesario para acompañar a la selección en su sueño por el sexto título mundialista, desde la clásica bandera hasta uñas postizas.
Y la impresión general de los comerciantes es que las ventas de estos artículos están aumentando, si bien «lo harán más a partir de la semana que viene, más cercana al inicio del campeonato», afirmó a EFE Junior França, un vendedor del mercado popular carioca de Uruguaiana y quien aclaró en forma de broma que «el brasileño siempre deja todo para última hora».
«Las ventas aún no han dado ese repunte bonito, pero están mejor. Ya se están vendiendo bastantes cosas de Brasil y las personas están animadas, están decorando las casas, comprando pelucas, comprando banderas…», manifestó Gabriel Muniz de Lojas Silván otro de los vendedores de este mercado ubicado en el centro de Río de Janeiro.
La expectativa de los comerciantes es que las ventas crezcan el 1 % durante el tiempo del Mundial, porcentaje que podría ir aumentando si la selección brasileña avanza en la competición, según apunta una encuesta del centro de estudios de la patronal de comerciantes de Río de Janeiro (CDL-Rio).
«El brasileño, respecto al fútbol, es muy consumista; compra muchas cosas del equipo nacional», contó França, quien añadió que para dar respuesta a esta demanda ellos «innovan en la oferta comprando productos nuevos con los que apoyar a Brasil».
Brasil es sinónimo de fútbol y su población no va a dejar de creer nunca en las posibilidades de su selección, a la que siempre sigue con fervor, si bien desde el pasado Mundial «los brasileños no están creyendo tanto porque siguen desanimados con la derrota por 7-1 contra Alemania», recordó el comerciante Sergio Alves. Los aficionados de la Canarinha «no esperan esta Copa con tantas ganas», por ello, a pesar de estar «vendiendo bien, no está siendo tanto como en el anterior Mundial», matizó Alves, quien explicó que fue en la Copa de Sudáfrica en 2010 cuando se registraron las mejores ventas.
«En el último Mundial (que tuvo lugar precisamente en Brasil), en 2014, el débil desempeño del equipo brasileño se reflejó negativamente en las ventas de productos verde-amarillo», lo que dejó una mercadería sobrante de en torno a 5,7 millones de reales (aproximadamente 1,5 millones de dólares) en la ciudad, explicó el presidente del CDL-Rio, Aldo Gonçalves.
«Antes de que empiece la competición, los artículos decorativos son los más vendidos, y cuando realmente comiencen los partidos serán los sombreros, las pelucas y las cornetas, objetos éstos muy demandados porque a las personas les gusta hacer ruido y festejar», afirmó Muniz. Esta mercancía temática que acompaña a la afición durante algunos partidos en forma de gafas, gorras, camisetas o banderillas para luego acabar en el fondo de algún cajón, tiene un precio asequible que oscila entre un real (en torno a 0,26 dólares) para los artículos más baratos a 25 reales (6,56 dólares) los más caros, como bufandas o camisetas para adultos.
Respecto a la política de precios, Víctor Hugo manifestó que «intentan aumentar un poco el de los productos relacionados con la Copa del Mundo para obtener un beneficio mejor, pero el precio del resto de artículos no varía». No solo los brasileños apoyan a la selección más laureada de la historia, muchos «turistas vienen a comprar productos de Brasil porque es un país que atrae, el brasileño es muy carismático y hace que muchos extranjeros le apoyen y pidan artículos del país», añadió Hugo.
Una mujer que pasea por este céntrico mercado con su hijo, un niño de apenas dos años absorto con el crisol de colores, se detiene en uno de los comercios y prueba sobre su pequeño un abultado gorro verde con detalles amarillos, a la vez que expresa «estoy comprando estas cosas para ver el partido, a ver si ahora lo conseguimos». «Al brasileño le gusta mucho comprar estos productos para animar a su selección, el brasileño nunca desiste de su sueño» expresó con una sonrisa en la cara otra de las vendedoras de Uruguaiana, María de Paz.
Con información: EFE