El colapso es evidente. Lo enfrentan directamente los familiares de quienes fallecen en Carabobo por causas distintas a la COVID-19. Ellos deben esperar varios días por un cupo en los hornos de cremación.
Es un proceso muy doloroso. Ana Piñango lo sabe porque lo vivió con su padre, cuyo cuerpo estuvo en su casa por cuatro días mientras llegaba su turno en el servicio de cremación de San Joaquín, que es uno de los dos que lo prestan en la entidad y que se mantienen cada vez más saturados por el incremento de fallecimientos como consecuencia del coronavirus, cuyo protocolo sanitario impide que sean sepultados.
Los argumentos que le dieron en la funeraria fueron variados. “Además del colapso por COVID-19, tenían otros problemas porque no contaban con equipos suficientes, había hornos dañados por unas piezas y no tenían dinero para comprarlas”.
Sin más opciones, esperó con el cuerpo de su padre en casa y todas las implicaciones de ese drama, entre el dolor y los gastos económicos. Pagó 150 dólares para que prepararan el cadáver por todo el tiempo que estaría ahí en su hogar. Tampoco pudieron velarlo en la capilla de alguna funeraria, también estaban colapsadas.
A eso se sumaron 180 dólares correspondientes a los gastos fúnebres y la cremación. “Fue una experiencia muy fuerte y dolorosa”.
El drama de enfermarse en Venezuela
Fue una noche cuando todo empezó para esta familia. De repente al padre de Ana le dio un dolor muy severo y pidió desesperadamente que lo llevaran a algún hospital, desde su casa ubicada en la urbanización Colinas de Girardot, en el municipio Naguanagua.
Pero el drama de enfermarse en Venezuela se hizo presente. Ella salió corriendo a pedir ayuda a los vecinos, pero nadie pudo apoyarla. “Todos tenías sus carros accidentados o sin gasolina”. Y fue así que su padre murió en casa.
Aunque las cifras oficiales indican que en Carabobo son 39 los fallecidos hasta ahora por COVID-19, familiares reportan a diario otros decesos en hospitales y clínicas de la entidad, tras haber padecido coronavirus y no son incluidos en los reportes que se dan desde el Ejecutivo. Así como sucede con el personal de la salud que, de acuerdo con la data de Médicos Unidos Venezuela, ya es de 37 muertes en el sector.
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