Anaís tiene tres hijos, de 8, 10 y 11 años, a diario preguntan por su mamá. No saben el motivo de su detención. En este momento los tres menores de edad viven junto a sus abuelos, los cuales se sostienen económicamente gracias al apoyo de sus vecinos.
No han podido ver a Anaís, no cuentan con los recursos económicos para trasladarse al Centro Penitenciario de Occidente donde se encuentra recluida. Tampoco han podido avanzar con el caso, ya que aparentemente todo se está gestionando a través de Caracas.
Comenta que su hija es acusada de terrorista, término que rechaza al repetir que Anaís ha sido reconocida en su comunidad como una persona “tranquila, noble y colaboradora”, así lo dice una carta de referencia que lleva a todos lados y que está firmada por los vecinos.
“El 29 de julio ella salió a comprar una harina para darle de comer a mis nietos, había una situación ahí y a ella sin saber de eso se la llevaron. La acusan de terrorismo, pero ella nunca ha tenido problemas, inclusive ahí en el barrio donde viven la aprecian”, dijo.
Insiste en la inocencia de su hija, dice que el mayor regalo que recibirían en navidad como familia es la liberación de Anaís.
.