Gabriel Montenegro
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Este viernes 22 de marzo partió a la Casa del Señor el conocido y apreciado Miguel » Charra» Estrada, personaje valerano de esos que dejan huella positiva y de alegría por donde quiera que pasen o se encuentren, quien se ganó el cariño y respeto de muchos, especialmente de amigos y gente que tuvo el honor de conocerlo.
Criado entre «El Bolo» y «La Marchantica» de la ciudad de las siete Colinas, Miguel fue otro de los mozalbetes de esos sectores vecinos a La Plata II, junto a sus hermanos Rafael, Gonzalo o » Chalo», este último nuestro compañero de Diario de Los Andes en la oficina de Cobranzas, el hombre del «Cafecito», una columna deportiva de softbol muy leída en los años 90 y parte del 2000.
Prolija familia
Oriundo del Alto de Escuque, hijo de la señora Elvia María Cruz de Estrada y de Luis Alberto estrada Mendez, Miguel se destacó por ser un hombre muy trabajador, dicharachero y echador de bromas, además de insigne comerciante del ramo de los licores por muchos años en la firma «Tamayo & Compañía».
Se granjeó Miguel, a quien apodábamos «El Charra», esto por su voz escarranchada y su apego a la buena parranda muchos amigos desde muy joven, además de gente de comercio y dueños de abastos y clubes, quienes le trataban con cariño y confianza. Hombre generoso, solidario, humano y muy sentimental sin duda alguna.
Jamás tuvo un «no» para sus familiares y conocidos y entre sus muchas echaderas de bromas, Francisco Graterol Vargas, recuerda una ocasión en la cual de jóvenes adolescentes jugaban a los bandidos y policías. Para ello se figuraban que tenían en su poder a un rehén, para lo cual escogieron a Jaime Urdaneta, pariente del también recordado dirigente Wilmer Urdaneta.
En el juego los bandidos supuestamente amarran a un árbol a su víctima y para cumplir el propósito procedieron a atar realmente con un grueso mecate a Jaime a un poste del alumbrado público.
Por casualidad, pero en la vida real, pasaba una patrulla policial por el lugar, cuyos agentes al avistar al joven amarrado se trasladaron al sitio de inmediato. Los muchachos que jugaban al ver la comisión de uniformados salieron corriendo despavoridos para escapar de la policía, sin embargo el pobre Jaime, que en realidad era la víctima y quien debía ser rescatado, fue el único joven preso de ese día. El chalequeo de amigos, por supuesto duró muchos años.
Otra de sus frases famosas era que cada vez que alguna persona o delincuente caía abatido, Miguel expresaba: «A ese le lavaron el flux», sin embargo nunca lo hizo en tono irónico o burlón, porque respetaba mucho la condición humana.
Uno de sus últimos chistes y me lo contó en la Sociedad San José de Valera, en ocasión de las exequias de otro amigo, fue el de un hombre que murió y lo enterraron en una tumba que cada vez que llovía se anegaba totalmente. Como los trabajos para modificar el panteón eran muy caros, la viuda tuvo una idea; le mandó a quitar el traje y la corbata al cadáver de su esposo y simplemente le colocó un short de baño y de nuevo tapó la sepultura. Ese era Miguel, ocurrente y siempre de buen humor.
Con este servidor estuvo muchos años compartiendo vivencias y hasta nos dedicamos a colocar sus famosas «torres navideñas» de licores en los comercios y abastos más conocidos.
Entre sus amados hijos nombramos a Daniel Estrada, Scarleth , Katherin Estrada, Kathiuska , Javier y Karina, quienes
lloran inconsolables la muerte de su querido y excelente padre.
Tuvo Miguel el honor de muchos nietos, entre quienes recordamos a Daniel Alejandro, Daniela, Verónica Marín Estrada, Luis Fernando Marín Estrada, David Barroeta Estrada, Thiago Pérez Estrada, Alejandro, Alexka, Alessa, Diego, Fabiana, Samuel, Isabel, Santiago, Leonardo y Lucas.
Por supuesto que entre sus hermanos destacan Rafael estrada, Bertha, Yolanda, Marina, Rosa(+) Larza, y el compañero nuestro Gonzalo «chalo» Estrada.
Tampoco podemos dejar de mencionar a sus cuñadas, cuñados, sobrinos, sobrinas y todo el universo de amigos buenos, como Onésimo Caracas(+), Vicente González(+), Rafael La Cruz(+), Alberto González, Ernesto González, Eloy(+) y Paco Matheus(+) Francisco Graterol, El doctor «Tono» Materano y su hermano el » Catire» Rafa, Iván Hidalgo, Amador «la pluma» Peña, Juan Peña(+), Baudilio Chiche» Avendaño(+), Chilangi González(+), Orlando » Chalanga» Guillén, Libio Fossi, Jaime Urdaneta, el «Coco» Morillo, Silvestre Segovia(+), Gilberto Matheus(+), Ramón Albornoz, José Pulido, Jacinto González, Rubén Jiménez, Harry Castillo, Emiro(+) y Gerardo Caracas(+), Oscar Piñero(+) y muchos otros, como este servidor, que le apreciamos de verdad.
En el acto de velatorio en la sede de Servicios Especiales de Previsión también conversamos con su siempre amada Nora, con quién compartió muchos años y con Emilia de
Estrada, una de sus cuñadas más cercanas.
Sus restos mortales serán inhumados este sábado 23 de marzo en el cementerio del Alto de Escuque, a las once de la mañana, en el panteón familiar donde reposan los de su amada madre, doña Elvia La Cruz de Estrada.
Desde Diario de Los Andes enviamos nuestra sincera palabra de pesar a sus familiares, especialmente a nuestro compañero Gonzalo » Chalo» Estrada.