Yanara Vivas SNTP 6961 / CNP 16770
Las fallas eléctricas de entre 8 y más de 10 horas diarias, fallas de agua debido a los constantes deslaves en los diferentes diques y planta potabilizadora que surten el preciado liquido a las diferentes comunidades, las angustiosas colas para surtir combustible desde mucho antes de ser publicado el cronograma, y el mal estado de la vialidad, son temas que agobian la cotidianidad del merideño. Las denuncias son numerosas, asi como los hechos públicos y notorios, multiplicándose en las últimas semanas de septiembre y principio de octubre 2023.
El reciente anuncio de Corpoelec, sobre la reducción de la “exportación de energía desde la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, conocida como Guri hacia el resto del país, debido a limitaciones en la red troncal de transmisión” afectando a los estados occidentales en la cola del sistema, entre los que se encuentra Mérida, junto a Zulia, Trujillo, Táchira, Barinas y alto Apure, generan ansiedad y decepción entre los ciudadanos, al reconfirmarse la inexistencia de soluciones al origen del problema, a pesar de las propuestas de expertos universitarios en el tema eléctrico.
En cuanto al servicio de agua, cada vez que llueve, no le queda al ciudadano otra alternativa que recurrir al agua del cielo, mientras los trabajadores del sector proceden a limpiar de nuevo los sedimentos en los diques o plantas potabilizadoras, sin que exista algo que frene el recorrido del barro.
Los métodos utilizados para surtir combustible ya dejaron de ser tan efectivos, generándose accidentes, colas y desorden antes de la publicación del cronograma, sin contar con los inconvenientes a quienes habitan o laboran cerca de las estaciones de servicio, como en caso de la ubicada en la avenida 16 de septiembre, donde la cola bloquea el acceso a los negocios de la zona, generando molestia y serias pérdidas económicas a los propietarios, de quienes se ha conocido, solo les queda expresar improperios a viva voz, para aliviar su frustración y molestia.
Por otra parte, los huecos parecen haberse multiplicado en todas las vías, urbanas y extraurbanas, generando serios daños a los vehículos, sin que sea suficiente lo, hasta ahora, realizado por las autoridades para que los merideños puedan disfrutar de vías y servicio de calidad.
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