El planeta rojo no para de sorprendernos con su naturaleza. Aunque muchos de los elementos se parecen a los terrestres, o son los mismos, aún hay otros que no tienen ninguna explicación,como las arañas de martes.
No se trata de arácnidos reales, sino de unas impresionantes formaciones de las cuales no conocemos análogos en la Tierra.
¿Qué son las arañas de Marte?
El geólogo Nahúm Méndez Chazarra, colaborador en el proyecto HiTranslate de la NASA, que gira en torno a la Mars Reconnaissance Orbiter y su investigación en Marte, explica:
«Las arañas marcianas son un tipo de forma del terreno que observamos en la superficie de Marte muy peculiar. Cuando las vimos por primera vez, los científicos se quedaron sorprendidos por su extraña forma y su regular aparición. No eran elementos aislados. Fueron descubiertas a finales de la década de los 90 gracias a las imágenes de la Mars Global Surveyor, posteriormente complementadas por misiones como la Mars Reconnaissance Orbiter, la Mars Odyssey o la Mars Express».
Las arañas toman su nombre de la palabra latina aranea, o puede que del griego arachnoeidḗs, «semejante a una tela de araña», por su forma intrincada.
Estas estructuras son extrañas en muchos sentidos. No hemos visto nada por el estilo en el planeta Tierra, así que no sabemos con total certeza cómo se forman.
«Hay varios mecanismos de formación propuestos, pero el más aceptado es el siguiente: durante el invierno marciano comienza a acumularse sobre el suelo una capa de hielo de dióxido de carbono. Cuando llega la primavera, el Sol comienza a calentar el hielo desde abajo, en la zona de contacto con el suelo, formando pequeñas bolsas de CO2 en estado gaseoso. Cuando, por alguna razón, se agrieta la capa de hielo superior, sale expulsado este gas junto con partículas del suelo, formando patrones con forma de araña o, cuando son más complejos, con la forma de una copa de árbol vista desde arriba».
Las arañas de Marte, creemos, tienen entre uno y dos metros de profundidad y son irregulares, adoptando una forma conocida como aracniforme. Pueden tener varios cientos de metros de longitud, alcanzando el kilómetro en algunos casos, y parecen ir acompañadas de deformaciones más grandes como montículos y depresiones.
Como comentábamos, en la Tierra no hemos encontrado ninguna formación que se le parezca. ¿Por qué? «Puede que no se den las condiciones adecuadas en ninguna parte de nuestro planeta. De hecho, al menos hasta ahora, no hemos encontrado nada ni tan siquiera parecido», comenta el experto. Pero es que, aunque a grandes rasgos todos los cuerpos sólidos se parecen, las formas y fenómenos son únicas de cada uno de los planetas o satélites.