Tal como había sido anunciado en junio último por el cardenal venezolano, Baltazar Porras, este lunes 26 de octubre se llevó a cabo la exhumación de los restos mortales de José Gregorio Hernández Cisneros, los cuales reposan en la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria, en Caracas, como parte del proceso previo a la beatificación y rumbo a su canonización.
Con una ceremonia religiosa, la cual incluyó la instauración de un llamado Tribunal Eclesiástico, el pronunciamiento de oraciones por parte del cardenal Porras y otros actos litúrgicos se realizó el proceso de exhumación de Hernández, el cual se extendió durante cerca de dos horas.
En junio último, la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano promulgó el decreto con la autorización del papa Francisco para concretar la beatificación del doctor José Gregorio Hernández, quien nació en 1864 en el pueblo de Isnotú en el estado de Trujillo y fue uno de los precursores en Venezuela del estudio de la Bacteriología e Histología.
Se le atribuyen numerosas intervenciones y curación de pacientes en Venezuela y otros países, siendo el último de sus milagros el de una niña guariqueña que recibió un disparo en la cabeza, la cual habría sido intervenida quirúrgicamente por el “Médico de los Pobres”.
Este milagro fue autenticado por El Vaticano y de allí la decisión de elevarlo a la condición Beato, luego de ser por largo tiempo Venerable.
El proceso de El Vaticano incluye, además de la exhumación, la revisión del estado del cuerpo por un grupo de expertos debidamente autorizados y el traslado posterior de reliquias (partes de su cuerpo) a la Santa Sede , como requisito de la Causa de Los Santos.
La alegría de su pueblo
La noticia de su beatificación, llegó a Venezuela en medio de la crisis de la Covid-19 y con el simbolismo añadido que, de acuerdo a sus biógrafos, J. G. Hernández habría combatido de manera especial la pandemia de la llamada «gripe española», de 1918 y, también, habría «ofrecido su vida a Dios» para que la (Primera) Guerra Mundial acabara de una vez.
Hernández falleció al día siguiente de la firma de uno de los Tratados de Versalles, en 1919, los cuales habían puesto fin, al menos de manera oficial, al conflicto armado.
El galeno venezolano fue arrollado por un vehículo en la esquina de Amadores, en la parroquia La Pastora de Caracas, cuando precisamente acudía a llevar unas medicinas a una paciente enferma que no contaba con recursos para adquirir los fármacos.
Esto demuestra la inmensa condición humanística de este trujillano ilustre, el Venezolano más Popular del Siglo XX.
Fuente: Telesur